Una
nueva molécula que activa un grupo de hormonas denominadas incretinas podría
convertirse en un fármaco capaz de reducir el peso corporal y al mismo tiempo
controlar la diabetes. El nuevo fármaco, que ha demostrado su eficacia tanto en
modelos animales -roedores y en monos-, pero también en 56 personas, podría ser
un gran paso para el tratamiento y control de dos de las enfermedades más
importantes del siglo XXI que se han convertido ya en epidemias mundiales y que
algunos ya denominan diabesidad.
El
compuesto, diseñado en el laboratorio de la Universidad de Indiana, en EE.UU.
que coordina Richard DiMarchi, se dirige a unos receptores de origen natural,
dos hormonas peptídicas, GLP-1 y GIP , que son fundamentales para la regulación
corporal del metabolismo. «Los resultados demuestran que GLP-1 y GIP, cuando se
combinan en una sola molécula, producen una sinergia capaz de controlar la
glucosa y de disminuir el peso corporal en modelos animales, pero también en un
ensayo clínico en humanos», señala DiMarchi.
Localizadas
en el intestino, las incretinas participan en la liberación de insulina que se
produce después de comer. De hecho, las incretinas son una de las «dianas»
farmacológicas de un familia de antidiabéticos, pero el problema es estos fármacos
no son muy efectivos si no se administran en grandes dosis, lo que puede causar
efectos secundarios, como náuseas.
Síndrome
metabólico
Para
resolver esta cuestión, los investigadores diseñaron una molécula sintética
que activa a ambos receptores el GLP-1 y GIP, en vez de activar únicamente el
receptor de una incretina. «Combinar estas dos hormonas fisiológicas es un
enfoque único y beneficioso para el tratamiento de llamado síndrome metabólico
y representa un importante paso en la búsqueda de alternativas terapéuticas más
eficaces», subraya en el artículo Brian Finan, uno de los autores del trabajo.
Para
probar su nuevo compuesto los investigadores primero trabajaron en roedores y
monos obesos con diabetes tipo 2. «Vimos que el tratamiento reducía el peso
corporal y mejoraba la glucosa en la sangre de los animales lo que nos animó a
iniciar un pequeño ensayo clínico». Así, diseñaron un ensayo clínico y probaron
el producto en 53 pacientes obesos con diabetes tipo 2 durante seis semanas. Y
los resultados mostraron dos cosas: en primer lugar, los pacientes tratados
secretaron más insulina, pero también presentaban mejores niveles de glucosa y
una mayor pérdida de peso en comparación con los pacientes no tratados. No
obstante, reconocen los investigadores que los datos a seis semanas no son
significativos como para proporcionar evidencia definitiva acerca del control
de la obesidad en humanos.
Otros
aspecto positivo del ensayo clínico es que tampoco se apreciaron efectos
secundarios. En este sentido, Finan destaca que la mayor potencia de la molécula
combinada sugiere que podría ser administrada en dosis más bajas que los
medicamentos desarrollados anteriormente, con lo que se reducirán los efectos
secundarios como náuseas y vómitos.
El
estudio, que se publica en Science Translational Medicine, supone un importante
avance en los esfuerzos para encontrar tratamientos eficaces para hacer a la
epidemia mundial de la obesidad y la diabetes tipo 2, y también para el síndrome
metabólico - obesidad asociada a factores como hipertensión arterial, niveles
altos de triglicéridos y de azúcar hiperglucemia y colesterol bueno o HDL bajo.
Según la Federación Internacional de Diabetes, cerca de 20 por ciento de los
adultos en el mundo tienen alguna forma de síndrome metabólico, lo que favorece
la enfermedad cardio o cerebrovascular.
AdipoRon
En
otro trabajo, publicado en Nature, se ofrecen los primeros resultados de un
medicamento que tiene un doble efecto sobre ratones obesos con diabetes: mejora
su salud y prolonga la vida. Si estos resultados pueden extrapolarse a los
seres humanos, los investigadores creen que sus resultados pueden representar
un nuevo enfoque prometedor para el tratamiento de algunas enfermedades
relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2.
La
molécula, que se ha administra por vía oral descrita, se ha desarrollado en el
laboratorio de Toshimasa Yamauchi, de la Universidad de Tokio, en Japón, y
funciona actuando sobre dos receptores de adiponectina, una hormona derivada de
la grasa que se sabe que ejerce efectos antidiabéticos y sus niveles se ven
reducidos cuando hay obesidad, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
En
el trabajo se demuestra que el compuesto, denominado AdipoRon, tiene efectos
muy similares a la adiponectina en el músculo y en el hígado. En concreto,
explica en Nature Yamauchi, AdipoRon atemperó la resistencia a la insulina y la
intolerancia a la glucosa en un grupo de ratones alimentados con una dieta alta
en grasas y en ratones genéticamente obesos. Pero además, prolonga la esperanza
de vida en ratones genéticamente obesos alimentados con una dieta alta en
grasas .
Estos
hallazgos muestran que AdipoRon altera el perfil fisiológico de los ratones
alimentados con una dieta hipercalórica y lo asemeja al de los ratones que
siguen una dieta estándar, además de modular las vías de la longevidad para
mejorar la salud y prolongar la vida útil . Por lo tanto, concluye el experto,
los agentes que actúan sobre los receptores de adiponectina podrían ofrecer una
opción de tratamiento deseable para la diabetes tipo 2.
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