La
artrosis es una de las enfermedades más prevalentes en España -donde afecta a
unos 7 millones de personas- y es una de las afecciones que más recursos
sanitarios consume, de ahí que coincidiendo con el Día Mundial de la
enfermedad, que se celebra este sábado 12 de octubre, se haga necesario
recordar que el reposo, el cansancio, el sobrepeso y la sobrecarga de la
articulación, están contraindicados si se quiere experimentar una mejoría en la
enfermedad.
"Hay
una gran confusión respecto a la artrosis", afirma a Europa Press el jefe
de Servicio de reumatología del Hospital del Mar de Barcelona y portavoz de la
Sociedad Española de Reumatología (SER), el doctor Pere Benito, quien entiende
que el tratamiento terapéutico de la artrosis debe pasar por la educación del
paciente en buenos hábitos de vida enfocados a la enfermedad.
La
artrosis es un proceso crónico consistente en el desgaste progresivo de la
articulación, esta enfermedad, que provoca dolor, rigidez e incapacidad
funcional, tiene el problema de que "se diagnóstica tarde", cuando ya
se ha producido una insuficiencia del cartílago. A este problema, explica, hay
que añadir que "existe un desconocimiento por parte de los pacientes y de
algunos médicos también de la enfermedad", ya que "creen que es una la
enfermedad en la que se puede hacer poco".
"Es
una enfermedad huérfana de interés y de fármacos porque los resultados no son
tan importantes y brillantes como con otras patologías", añade este
experto, para quien más allá de los actuales tratamientos farmacológicos debe
existir la máxima corresponsabilidad por parte del paciente con su enfermedad.
Con
el objetivo de quitar el dolor y mejorar la función de las articulaciones,
destaca que médico y paciente deben colaborar para que el afectado conozca qué
actitud debe tomar ante la artrosis. "Hay que explicar al paciente su
enfermedad, hacer educación sanitaria e intentar seducirlo", el problema,
añade, es que "eso requiere tiempo y desgraciadamente muchas veces el
médico no se dispone de tiempo necesario".
No
todos los pacientes con artrosis son iguales ni la padecen con la misma
intensidad, además al tratarse de un problema en el cartílago puede afectar a
cualquier articulación, no obstante existen unos consejos prácticos que sí
pueden llevar acabo todos los pacientes para mantener la enfermedad a raya.
"Hay
que desengrasar las articulaciones, fortalecer las estructuras que las hacen
funcionar y engrasarlas", señala el portavoz de la SER, quien explica que
los consejos que más pueden ayudar a mejora la enfermedad tienen que ver con un
cambio de hábitos físicos. "Si un paciente es muy cuidadoso con las
medidas físicas, pueden llegar a ser incluso más importantes que los
medicamentos", afirma a Europa Press.
Las
cuatro recomendaciones básicas son: perder peso, mantener una buena postura,
hacer ejercicio y utilizar si es necesario elementos de descarga (plantillas,
bastones, etc). Todas ellas están encaminadas a conseguir que la articulación
no se "oxide" más de lo que ya está por la artrosis.
"Lo
que les digo a mis pacientes es que tiene las articulaciones oxidadas. Si un
bisagra está oxidada pero no se mueve no hace ruido, cuando se empieza a mover
hace un ruido tremendo, pero cuando ya se calienta la bisagra hace menos ruido;
lo mismo ocurre con la artrosis, cuando uno se levanta de una silla al dar los
primeros pasos, el dolor va inherente a la artrosis, pero si mantiene la
articulación caliente pero no cansada, entonces seguro que va a tener menos
dolor a la larga", explica.
Por
tanto, se aconseja al paciente realizar "movimiento sin cansancio de las
articulaciones, contraindicando el reposo y el cansancio". El problema es
que, la mayoría de la veces, el dolor es de tipo mecánico, es decir que aparece
con la función y disminuye con el reposo, por lo tanto los pacientes lo que
hacen es caminar menos para evitar ese dolor, "y esto es un
contrasentido".
Otra
recomendación del doctor Benito es evitar la sobrecarga de la articulación,
"hacerla trabajar en exceso es algo que hay que evitar incluso para los que
aun no tenemos artrosis", advierte. Esta recomendación es fundamenta para
mantener la función de la articulación en condiciones correctas, y para ello
hay que estar atento a problemas de espalda (escoliosis) o de los pies (planos
o cabos) que pueden ser corregidos mediante soporte físico (corses, plantillas,
bastones, etc).
Falsos
mitos
Aprovechando
el Día Mundial, el experto destaca que es importante que la población sepa que,
"en contra de lo que se piensa", no es una enfermedad exclusiva de la
vejez, y que cualquiera puede padecerla. En este sentido, recuerda, en la
artrosis hay tres variables que pueden desarrollar una insuficiencia en la
articulación: la calidad genética de los tejidos, el trabajo al que sometemos a
la articulación y el tiempo al que llevamos sometiéndola a ese esfuerzo.
"Una
persona joven que tenga una calidad del tejido regular pero que lo someta a
mucho esfuerzo, como puede ser un deporte de alta competición puede hacer una
artrosis en un tiempo menor que el resto de la población", en este caso,
por lo tanto, la idea de la calidad del tejido, el trabajo al que lo sometemos
y el tiempo es fundamental para que se entienda la importancia de utilizar
apoyos de descarga.
La
alimentación no influye en la enfermedad, o al menos "no se conoce ningún
alimento que sea favorecedor", sin embargo es fundamental seguir una dieta
normocalórica para que los pacientes no engorden porque el sobrepeso es un
factor negativo, que además se puede ver provocado y agravado por la tendencia
a seguir una vida sedentaria.
Del
mismo modo, desbanca la idea de que las estaciones pueden afectar directamente
a la artrosis, lo que no significa que las temperaturas no afecten. "El
cambio de estación no tiene porque afectar a la artrosis, lo que sí es que hay
evidencia suficientes de que puede afectar a la percepción del dolor, no tanto
el frío o el calor como los cambios de presión atmosférica", afirma.
Dicho
de otra manera, no hay mas artrósicos en zonas húmedas que no húmedas, ni en un
país más que en otro, ya que se sabe que "la distribución de la artrosis
es universal y la incidencia y la prevalencia es similar en todos los
países".
Por
otra parte, Benito lamenta que "la visión general de la población sobre la
artrosis es que es una enfermedad que evoluciona progresivamente en las
personas mayores y no tiene ningún tratamiento, que va progresando de forma
continua hasta llegar a la potencial invalidez y que no hay tratamientos para
mejorarla ni para tratarlas".
Sin
embargo, actualmente hay un arsenal terapéutico que puede ayudar al paciente a
sobrellevar la enfermedad. "Desgraciadamente no tenemos fármacos diana,
pero los actuales tratamiento van desde el alivio sintomático a ralentizar la
enfermedad", concluye.
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