La
primera evidencia de que el defecto genético responsable de la trisomía 21,
también conocido como síndrome de Down, se puede suprimir en el laboratorio
gracias a una terapia que utiliza las células madre derivadas del paciente
acaba de ser presentada en EE.UU. Si finalmente se confirma esta aproximación
terapéutica se podría estar hablando de una curación para el Down, aunque es
una posibilidad todavía muy lejana.
El
estudio presentado durante la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Genética
Humana, los investigadores han logrado «silenciar» los genes del cromosoma 21
extra, de manera que queda neutralizado. Las personas con síndrome de Down
nacen con un cromosoma 21 de más, lo que se traduce en una gran variedad de
anomalías físicas y cognitivas. Y, explica Jeanne Lawrence, de la Universidad
de Massachusetts-Worcester, en EE.UU., al comparar las células madre trisómicas
derivadas de pacientes con síndrome de Down, en las que el cromosoma 21
sobrante había sido silenciado, con células idénticas de pacientes que no había
sido manipuladas, «vimos que mientras que en las segundas existían defectos en
la proliferación y diferenciación o especialización, en aquellas en las que el
cromosoma había sido silenciado, estos defectos habían desaparecido».
Prueba
superada
Esto
es, en opinión de los investigadores, «un gran paso», porque gracias al
silenciamiento de la trisomía 21 en el laboratorio «se ha superado el primer
obstáculo importante para el desarrollo de una potencial terapia cromosómica
para esta enfermedad».
El
enfoque utilizado por el equipo de Lawrence se inspira en el proceso natural
por el que se silencia una copia uno de los dos cromosomas X que definen el
sexo femenino durante el desarrollo embrionario. «En los varones -señala
Lawrence-, los cromosomas determinantes del sexo son X e Y, y el silenciamiento
de genes ayuda a mantener similares patrones de expresión de genes del
cromosoma X en las hembras y los machos».
Para
comprender este proceso biológico, Lawrence y sus colaboradores comenzaron a
estudiar hace años el gen de inactivación X (XIST ). Así, en el laboratorio se
ha visto que esta molécula oculta la superficie de los cromosomas X de las
hembras, lo que produce el sexo femenino. Lawrence y su equipo imitaron este
proceso natural mediante la inserción del gen XIST en un gen determinado del
cromosoma 21 de células madre pluripotentes de pacientes con síndrome de Down.
Pero antes ya habían demostrado que se podía insertar con éxito un «transgén»
en una zona específica mediante el uso de una sofisticada tecnología. Y lo que
ocurrió es que el ARN del gen insertado XIST provocó una cascada de
modificaciones epigenéticas que silenciaron los genes del cromosoma 21 extra.
Es decir, se modificó el genoma.
Gen
en alzhéimer
Además,
los resultados revelaron que uno de los genes silenciados es APP, ligado a la
proteína beta-amiloide, un dato de gran importancia porque las mutaciones en el
gen APP conducen a la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
Para
Lawrence sus resultados son una promesa de que esta estrategia «es un nuevo
enfoque para identificar las vías celulares poco conocidas en el síndrome de
Down» y «abre una oportunidad para estudiar diversos tipos de células con
capacidad potencialmente relevante para el tratamiento del síndrome de Down,
además de otras alteraciones cromosómicas».
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