Un
nuevo estudio publicado en 'British Journal of Pharmacology' ha identificado
que un componente del pomelo y otras frutas cítricas, el flavonoide
naringenina, bloquea con éxito la formación de quistes renales. Conocida como
la enfermedad poliquística del riñón, es un trastorno hereditario que conduce a
la pérdida de la función renal, la presión arterial alta y la necesidad de
diálisis, con pocas opciones de tratamiento actualmente disponibles.
Un
equipo de científicos de las universidades Royal Holloway, St. George's,
Universidad de Londres y 'Kingston University London', todas en Reino Unido,
utilizaron una simple ameba unicelular para identificar que la naringenina
regula la proteína PKD2 responsable de la enfermedad poliquística del riñón, y
como resultado, bloquea la formación de quistes. "Es un importante paso
adelante en la comprensión de cómo un poliquístico puede controlar la
enfermedad renal", dijo el profesor Robin Williams, de la Escuela de
Ciencias Biológicas de la Royal Holloway.
"En
este estudio, hemos demostrado la eficacia de la ameba 'Dictyostelium' en el
descubrimiento de nuevos tratamientos y sus dianas. Habiendo aplicado el mismo
método de prueba en nuestros trabajos sobre la epilepsia y tratamientos
bipolares, es evidente que este nuevo enfoque podría ayudar a a reducir la
dependencia de los ensayos con animales y proporcionar importantes
mejoras", destacó el doctor Williams.
Para
probar cómo este descubrimiento podría aplicarse en tratamientos, el equipo
utilizó una línea celular de riñón de mamífero y desencadenó la formación de
quistes en estas células. Los científicos fueron capaces de bloquear la
formación de los quistes añadiendo naringenina y vieron que cuando los niveles
de la proteína PKD2 se redujeron en las células renales, se bloqueó la
formación de quistes, lo que confirma una conexión.
El
doctor Mark Carew, de la Facultad de Farmacia y Química en la Universidad de
Kingston, adelantó: "Se ha puesto en marcha investigación adicional para
entender la acción de naringenina en el nivel molecular. Este trabajo se
centrará en analizar la función de la proteína PKD2 como regulador del
crecimiento celular".
"De
hecho, este estudio es un buen ejemplo de cómo los productos químicos
identificados en las plantas pueden ayudar a desarrollar nuevos fármacos para
el tratamiento de la enfermedad", añadió la profesora Debbie Baines, de la
Universidad de St. George.
Finalmente,
la directora de Investigación Operativa e Investigación de Riñón en Reino
Unido, Elaine Davies, señaló que la enfermedad renal poliquística autosómica
dominante afecta a entre una de cada diez personas en diálisis y una de cada
ocho con un trasplante de riñón. Así, celebra este hallazgo porque puede dar
esperanza de un futuro nuevo tratamiento para la enfermedad renal poliquística.
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