Con
el objetivo de poner fin a la exposición de la población mundial al mercurio de
los dispositivos médicos de medición, como son los termómetros y los
tensiómetros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado la
iniciativa 'Salud Libre de Mercurio en el año 2020'.
"El
mercurio es uno de los diez principales productos químicos de mayor
preocupación para la salud pública y es una sustancia que se dispersa y
permanece en los ecosistemas para las generaciones, causando graves problemas
de salud y discapacidad intelectual a las poblaciones expuestas", ha
explicado la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Aunque
esta iniciativa establece como fecha límite el año 2020, lo cierto es que se
lanza coincidiendo con la firma este jueves del Convenio de Minamata en
Mercurio, firmado bajo el auspicio de la OMS, donde se permite que los países siguen utilizando el
mercurio en aparatos de medición médicos hasta 2030 bajo ciertas circunstancias
especiales.
La
OMS y sus asociados del sector de la salud se comprometen a trabajar para la
eliminación de mercurio antisépticos tópicos y mercurio para aclarar la piel de
cosméticos; desarrollar estrategias de salud pública para hacer frente a las
repercusiones sanitarias del uso del mercurio en la extracción aurífera
artesanal y en pequeña escala; realizar medidas para "eliminar por" el
uso de la amalgama dental; y fomentar el intercambio de información de salud,
la sensibilización pública y la investigación en salud.
"Vamos
a trabajar con los Gobiernos para garantizar que puedan cumplir con sus
obligaciones en virtud de la Convención, especialmente en las áreas de
salud", ha añadido la directora de la OMS para Salud Pública y Medio
Ambiente, la doctora María Neira
"QUEDA
UN LARGO CAMINO"
El
Convenio de Minamata fue adoptado en Kumamoto (Japón), con el apoyo de la
organización Salud Sin Daño, con motivo de la Conferencia de Plenipotenciarios
que se esta celebrando hasta este viernes. El Convenio está abierto a la firma
de los Estados Miembros y las organizaciones regionales de integración
económica en Kumamoto y, posteriormente, en la Sede de las Naciones Unidas en
Nueva York (EEUU) hasta el 9 de octubre de 2014.
El
Convenio establece un plan para la acción de los países para eliminar las
formas más perjudiciales de la utilización del mercurio, reducir las emisiones
de mercurio procedentes de la industria, promover métodos sin mercurio,
proteger a los niños y mujeres en edad fértil de la exposición al mercurio, y
tomar medidas para mejorar la salud de los trabajadores y el bienestar.
Tras
la firma, Chang ha recordado que "con la Convención de Minamata en
Mercurio vamos a ir un largo camino en la protección del mundo para siempre de
las devastadoras consecuencias para la salud del mercurio".
Hace
más de quince años Salud Sin Daño empezó a trabajar en la eliminación del
mercurio de los dispositivos médicos, más reciente se unió la OMS, que fue
apoyada por diferentes países y regiones, como la Unión Europea, Estados
Unidos, Argentina, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Filipinas, Nepal, Sri Lanka y
Mongolia, donde se han comprometido a su eliminación.
"El
trabajo incansable y comprometido de las enfermeras, los médicos, y los líderes
de hospitales, junto con organizaciones no gubernamentales, Gobiernos y los
funcionarios de las Naciones Unidas, ha demostrado que el cambio a la salud
libre de mercurio es posible, asequible e inevitable", ha añadido durante
la firma el director global del proyecto Salud Sin Daño, Josh Karliner.
El
mercurio es tóxico para la salud humana, siendo una amenaza especial para el
desarrollo del niño en el útero y temprano en la vida. Concretamente la
inhalación de vapor de mercurio puede producir efectos perjudiciales en los
pulmones y los riñones, en el sistema nervioso, digestivo e inmunológico;
además, es corrosivo para la piel, los ojos y el tracto gastrointestinal, y
pueden inducir toxicidad renal si se ingiere.
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