Practicar
ejercicio entre moderado y vigoroso mejora el rendimiento académico de los
adolescentes, en particular, el de las niñas en materias relacionadas con la
ciencia, según revela una investigación publicada en la edición digital de la
revista 'British Journal of Sports Medicine'. Las mejoras se mantuvieron a
largo plazo, con los resultados apuntando a un efecto dosis-respuesta, es
decir, que cuando se practicó un ejercicio más intenso, mayor fue el impacto en
los resultados de las pruebas.
Si
es confirmado por investigación adicional, esto podría tener implicaciones para
la salud pública y las políticas de educación, dicen los autores. Estos
expertos basron sus hallazgos en una muestra representativa de casi 5.000 niños
que eran parte de un estudio de niños de los años 90, conocido como 'Estudio
Avon Longitudinal de Padres e Hijos (ALSPAC)', en el que se realizó un
seguimiento de la salud a largo plazo de alrededor de 14.000 niños nacidos en
Reino Unido entre 1991 y 1992 en el suroeste de Inglaterra.
La
duración y la intensidad de los niveles de actividad física diaria de los niños
fueron medidas por periodos de entre tres y siete días, cuando tenían 11 años
de edad, utilizando un dispositivo llamado acelerómetro, que mostró que el
número medio diario de minutos de ejercicio moderado a vigoroso en los niños de
11 años era de 29 para los varones y 18 para las niñas, mucho menos que los 60
minutos recomendados.
Posteriormente,
se evaluó el rendimiento académico de los niños en inglés, matemáticas y
ciencias formalmente con pruebas nacionales obligatorias a las edades de 11, 13
y 15/16 años. Se ajustaron los resultados teniendo en cuenta los factores que
pueden influir en el logro académico, como el peso al nacer, la edad de la
madre en el parto, la ingesta de pescado azul y el tabaquismo durante el
embarazo, si el niño había llegado a la pubertad, el peso actual y los factores
socioeconómicos.
El
análisis mostró que a la edad de 11 años, un mejor rendimiento académico en los
tres temas se relacionó con la cantidad de actividad física de moderada a
vigorosa realizada y que la actividad física beneficia, particularmente, el
rendimiento de las niñas en la ciencia. El rendimiento académico a la edad de
13 años se relacionó de forma similar con la cantidad moderada de ejercicio
vigoroso que los alumnos habían tenido a los 11 años .
A
la edad de 15/16, los resultados de los exámenes también mostraron un vínculo
con la práctica de ejercicio, con un incremento en el rendimiento por cada 17
minutos adicionales al día (niños) y 12 minutos/día (mujeres) de ejercicio más
intenso que a los 11 años. Igualmente, hubo mejores resultados en ciencia para
las niñas.
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