miércoles, 9 de abril de 2014

Las 'google glass' mejoran la calidad de vida de las personas con párkinson



No cabe duda de que la tecnología va ayudar a muchas personas que sufren algunas enfermedades. Robots que operan con máxima seguridad, chips que controlan a los pacientes con diabetes o con problemas de corazón y ahora las Google Glass como una ayuda para que las personas con párkinson conserven su independencia el mayor tiempo posible.

Un equipo de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, está analizando la aplicación de las gafas más famosas de la historia para mejorar la calidad de vida de estos pacientes. ¿Cómo? Las gafas, dicen los investigadores, pueden servir para avisar de forma discreta a los pacientes de ciertos comportamientos típicos del párkinson, como el bloqueo a la hora de hablar, evitar el babeo o facilitando información sobre aspectos claves de su vida -medicamentos y citas, etc.- Las gafas funcionan como un ‘discreto’ ordenador portátil que funciona además como un teléfono inteligente de manos libres.

Los estudios iniciales realizados por los investigadores dirigidos por John Vines se han centrado en la aceptación de la herramienta por parte de los pacientes. De momento han estado trabajando con un grupo de voluntarios con párkinson de edades comprendidas entre 46-70 años. La segunda fase, que se iniciará este año, explorará cómo los sensores de movimiento de las gafas pueden ser utilizados para apoyar a las personas con «congelación», una conducta causada por el bloqueo de la capacidad motora, un síntoma común de la enfermedad de Parkinson. Los resultados preliminares se han presentado iniciales en la Conferencia ACM Human Factors in Computing Systems (CHI) 2014.

«Estamos aprendiendo las enormes aplicaciones de este sistema», señaló Vines, quien reconoció que lo realmente alentador de este estudio ha sido «lo bien que nuestros voluntarios llevaron a la tecnología portátil y el hecho de que podían ver un potencial en él».

10 millones de afectados

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica que afecta a 10 millones de personas en todo el mundo. Se manifiesta con síntomas motores que incluyen rigidez, temblor y ‘bradicinesia’ o lentitud de movimientos. Los síntomas afectan al equilibrio, la marcha, el brazo y los movimientos faciales. Los problemas motores afectan a las piernas de las personas haciendo que se ‘congelen’. También se ve afectada el habla y el mecanismo de deglución automática. Pero además de los signos físicos, los problemas emocionales y sociales, relativos a la pérdida de la independencia, la confianza social, la vergüenza y el estigma, son muchs veces los más graves, pero los más olvidados.

Para Roisin McNaney, uno de los investigadores, uno de los retos en estas enfermedades es encontrar una tecnología que no sólo sea útil, sino también discreta. «Las personas con párkinson tienen que hacer frente a la enfermedad, pero también al aislamiento social que produce el estigma que rodea a comportamientos como el babeo y los temblores sobre los que no tienen ningún control», explica. Por eso, «lo último que queremos es un sistema tan notorio que añada vergüenza. Por eso, sistemas como ‘Google Glass ‘nos ofrecen una oportunidad real para el tratamiento a largo plazo de estas situaciones».

Para Vines, esta tecnología «tiene el potencial de desempeñar un papel central en el desarrollo y mejora de vida de las personas. El desafío es entender las diferentes necesidades de cada individuo y adaptar la tecnología para que tenga un impacto real en la sociedad».

Lynn Tearse y Ken Booth fueron algunos de los primeros voluntarios que han probado esta tecnología. Ken fue diagnosticado de párkinson en 1991, se sometió a estimulación cerebral profunda del año pasado en un intento de aliviar algunos de los efectos secundarios de la condición.

Devotos

Ken probó las gafas durante una semana y reconoce que tanto él como Lynn son ya «devotos» de las gafas. «Son simplemente fantásticas; el potencial para una persona con párkinson es interminable. Para mí el mayor beneficio fue la confianza. Cuando se nos paralizan las piernas es muy fácil que nos caigamos y, en esas ocasiones, gracias a las gafas, podemos ponernos en contacto con nuestras familias o cuidadores con solo una ‘mirada’ para que nos ayuden». Por su parte Lynn, una maestra jubilada que fue diagnosticada en 2008 , añade: «La gente probablemente dirá que se pueden hacer todas estas cosas con un teléfono inteligente, pero en realidad, con el párkinson, manejar una pantalla táctil es francamente complicado». Y concluye: «cualquier tecnología que promueva la confianza y la ayuda para que las personas tengan un mejor control de su enfermedad y su vida debe ser bienvenida».

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