miércoles, 2 de abril de 2014

La mitad de reacciones adversas a fármacos se evitaría con análisis genéticos



Más del 50 % de las reacciones adversas causadas por fármacos podrían evitarse con análisis genéticos previos, mientras que entre el 20 % y el 40 % de los pacientes, según los tratamientos, no responde adecuadamente a los fármacos debido a su perfil genético.

Así lo advierte la primera guía de recomendaciones en farmacogenética para profesionales que hoy ha presentado la Real Academia de Farmacia de Cataluña (RAFC), que considera necesario antes de prescribir un tratamiento aplicar la farmacogenética, disciplina que establece la relación entre el perfil genético del paciente y su respuesta a los medicamentos.

Según la RAFC, entre el 20 % y el 40 % de los pacientes no responde de forma adecuada a los fármacos que, en muchos casos, provocan efectos adversos graves y ello podría evitarse con un análisis de sangre previo para determinar el perfil genético de cada paciente, puesto que de él depende que la misma dosis de un fármaco funcione correctamente en un paciente pero no en otro.

La farmacogenética estudia cómo determinadas mutaciones genéticas influyen en la respuesta del organismo ante un medicamento.

De ahí "la necesidad de aplicarla en la práctica clínica diaria", ha dicho el director de la comisión científica de la RAFC, el doctor Jaume Piulats.

"Actualmente, España dispone tanto de la tecnología como del conocimiento para incorporarla, pero falta que las autoridades apuesten por ella, ya que el futuro de los tratamientos pasa por la personalización de las terapias", según Piulats.

Además de los beneficios que comportaría en la salud de los pacientes, la RAFC asegura que se lograría reducir el gasto sanitario que conllevan los efectos negativos de los medicamentos.

En España se calcula que cada año se producen 20.000 ingresos hospitalarios a causa de una mala respuesta a los fármacos.

Según Piulats, "la inversión inicial en las pruebas previas para determinar el perfil genético de cada paciente se vería rápidamente compensada por la eficacia de los tratamientos, que evitarían ingresos y, por tanto, costes innecesarios".

Según la RAFC, uno de los ejemplos de la aplicación de la farmacogenética es el de las estatinas, familia de fármacos que reduce los niveles de colesterol.

Este tratamiento, en un 12 % de casos, suele provocar efectos secundarios, como mialgias y miopatías, y se ha comprobado que los pacientes con una determinada mutación genética no deben ser tratados con estatinas, pues presentan un riesgo elevado de sufrir esos efectos secundarios.

En sus "Recomendaciones de la Academia", la RAFC incluye "los marcadores genéticos que, según ha quedado demostrado científicamente, predisponen a la ineficacia de un tratamiento y a la aparición de efectos adversos", según Piulats.

La nueva guía analiza cinco áreas terapéuticas que, por su incidencia y características, pueden mejorar gracias a esta disciplina: oncología, psiquiatría, infecciones por VIH y hepatitis C, anticoagulación y antiagregantes plaquetarios y tratamientos con estatinas (ateroesclerosis).

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