Más
del 50 % de las reacciones adversas causadas por fármacos podrían evitarse con
análisis genéticos previos, mientras que entre el 20 % y el 40 % de los
pacientes, según los tratamientos, no responde adecuadamente a los fármacos
debido a su perfil genético.
Así
lo advierte la primera guía de recomendaciones en farmacogenética para
profesionales que hoy ha presentado la Real Academia de Farmacia de Cataluña
(RAFC), que considera necesario antes de prescribir un tratamiento aplicar la
farmacogenética, disciplina que establece la relación entre el perfil genético
del paciente y su respuesta a los medicamentos.
Según
la RAFC, entre el 20 % y el 40 % de los pacientes no responde de forma adecuada
a los fármacos que, en muchos casos, provocan efectos adversos graves y ello
podría evitarse con un análisis de sangre previo para determinar el perfil
genético de cada paciente, puesto que de él depende que la misma dosis de un
fármaco funcione correctamente en un paciente pero no en otro.
La
farmacogenética estudia cómo determinadas mutaciones genéticas influyen en la
respuesta del organismo ante un medicamento.
De
ahí "la necesidad de aplicarla en la práctica clínica diaria", ha
dicho el director de la comisión científica de la RAFC, el doctor Jaume
Piulats.
"Actualmente,
España dispone tanto de la tecnología como del conocimiento para incorporarla,
pero falta que las autoridades apuesten por ella, ya que el futuro de los
tratamientos pasa por la personalización de las terapias", según Piulats.
Además
de los beneficios que comportaría en la salud de los pacientes, la RAFC asegura
que se lograría reducir el gasto sanitario que conllevan los efectos negativos
de los medicamentos.
En
España se calcula que cada año se producen 20.000 ingresos hospitalarios a
causa de una mala respuesta a los fármacos.
Según
Piulats, "la inversión inicial en las pruebas previas para determinar el
perfil genético de cada paciente se vería rápidamente compensada por la
eficacia de los tratamientos, que evitarían ingresos y, por tanto, costes
innecesarios".
Según
la RAFC, uno de los ejemplos de la aplicación de la farmacogenética es el de
las estatinas, familia de fármacos que reduce los niveles de colesterol.
Este
tratamiento, en un 12 % de casos, suele provocar efectos secundarios, como
mialgias y miopatías, y se ha comprobado que los pacientes con una determinada
mutación genética no deben ser tratados con estatinas, pues presentan un riesgo
elevado de sufrir esos efectos secundarios.
En
sus "Recomendaciones de la Academia", la RAFC incluye "los
marcadores genéticos que, según ha quedado demostrado científicamente,
predisponen a la ineficacia de un tratamiento y a la aparición de efectos
adversos", según Piulats.
La
nueva guía analiza cinco áreas terapéuticas que, por su incidencia y
características, pueden mejorar gracias a esta disciplina: oncología,
psiquiatría, infecciones por VIH y hepatitis C, anticoagulación y antiagregantes
plaquetarios y tratamientos con estatinas (ateroesclerosis).
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