El
cansancio puede ser una señal de anemia, diabetes, hipotiroidismo o hepatitis C
pero si el examen médico descarta los principales trastornos que la producen,
es hora de buscar otras posibles causas a esta importante amenaza para la
calidad de vida.
Según
explica en el boletín digital de la Clínica Cleveland Tanya Edwards, directora
médica del Centro de Medicina Integrativa de la institución estadounidense,
"nuestro trabajo es buscar las raíces menos obvias del cansancio".
Entre estas causas, que se exponen en la web estadounidense
health.clevelandclinic.org, la especialista incluye:
1.
Una dieta basada en la comida basura
Las
dietas que son altas en grasas trans, grasas saturadas, alimentos procesados y
azúcares añadidos pueden hacer caer la energía. La doctora Edwards recomienda
cambiar a una dieta alta en fuentes de proteínas buenas, sobre todo pescado,
frutos secos, semillas y judías, con entre ocho y diez raciones de frutas y
vegetales al día.
Sin
embargo, hay que tener cuidado con los cereales porque estos carbohidratos
complejos afectan a la insulina. "La insulina es la hormona del
almacenamiento que nos hace más pesados. Cuanto más peso tenemos, mayor es la
cantidad de azúcar en sangre y más resistencia a la insulina
desarrollamos", señala.
2.
Pérdida de nutrientes
Las
prácticas de agricultura intensiva actuales eliminan del suelo los minerales
clave que combaten el cansancio, señala Edwards, que recomienda tomar un
suplemento multivitamínico y mineral.
Los
suplementos contienen minerales que tienen poca presencia en la dieta como el
selenio, importante para la función tiroidea y el metabolismo o el yodo,
presente en la sal yodada que muchas personas con enfermedad cardiaca e hipertensión
tienen que evitar. "Estados carenciales de yodo pueden dar lugar a
cansancio", apunta la especialista.
3.
Insuficiente omega-3
El
pescado es rico en ácidos grasos omega-3 pero la mayoría de las personas no
toma el suficiente. Si se toman suplementos, Edwards recomienda el procedente
del aceite de pescado, ya que posee una forma de cadena larga necesaria para el
organismo humano.
4.
Vitamina D bajo mínimos
Esta
vitamina proporciona energía. Los bajos niveles de vitamina D pueden producir
baja energía y depresión. "Vitamina D y omega-3 son necesarios para que
cada célula de nuestro cuerpo, incluyendo las del cerebro, funcione de forma
correcta", apunta la especialista. Una prueba sanguínea puede revelar la
existencia de carencias en esta vitamina.
5.
Bajos niveles de magnesio
El
ser humano nace con una cantidad limitada de magnesio, también necesario para
la producción de energía, en huesos y músculos. Una gran parte de la población
toma menos de la mitad de la cantidad necesaria de este mineral a través de la
dieta.
Los
síntomas de un déficit total de este mineral en el organismo incluyen insomnio,
cansancio, estreñimiento, dolores musculares y articulares, ansiedad y presión
sanguínea alta.
6.
Sueño pobre
En
lo que se refiere a dificultades para dormir, la especialista señala que
"se dan las condiciones de la tormenta perfecta entre los 40 y 60
años". Las razones para la pérdida de sueño incluyen mayores responsabilidades
laborales, vivir con adolescentes, padres ancianos y una bajada de los niveles
de magnesio.
En
el caso de las mujeres, la menopausia y la perimenopausia son también factores
a tener en cuenta. El descenso de los niveles de progesterona, una hormona
femenina que ayuda al sueño, y los sofocos pueden causar insomnio.
Los
cambios en el metabolismo de la cafeína tampoco ayudan. "Las mujeres que
toman dos tazas de café al día desde que tienen 20 años de pronto no pueden
metabolizarlo tan deprisa a los 50 años", explica Edwards. La cafeína
puede llevar entre ocho y diez horas en ser eliminada del organismo en vez de
cinco horas. Para estas mujeres, la especialista recomienda reducir la dosis al
menos a una taza de café al día antes de las diez de la mañana.
7.
Una vida sedentaria
No
realizar suficiente ejercicio puede hacer que nos sintamos cansados, señala la
especialista. El ejercicio regular promueve la energía así como el estado de
ánimo y el nivel de forma física.
Si
los cambios saludables en la dieta, el sueño y el ejercicio no mejoran el
cansancio tras un par de meses, Edwards señala que se puede probar tanto con
las vitaminas del complejo B como con la coenzima Q10. Las primeras ayudan al
organismo a producir energía especialmente en épocas de estrés y la segunda
ayuda a las enzimas a producir energía en las células y a menudo se ve
bloqueada por las estatinas, unos fármacos comunes para la enfermedad cardiaca.
Además,
la especialista recomienda probar la acupuntura, que puede ser de gran ayuda
para el cansancio, el sueño, el dolor y los sofocos.
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