Imagine
por un momento que todos los parámetros de su cuerpo relacionados con su salud –colesterol,
ritmo cardiaco, azúcar, etc.- están permanentemente controlados por su médico.
Y todo sin acudir al hospital o al centro de salud. Piense en los beneficios
que ello tendrá para salud, pero también en términos de costes. No más visitas
al hospital para hacerse un electrocardiograma o un molesto análisis de sangre.
Todo controlado a través de un pequeño microchip, no más grande que una moneda,
que contiene un complejo mecanismo de sensores, circuitos y sistemas de radio
miniaturizados suspendidos en fluidos, colocado en su piel sin que apenas lo
perciba.
Esto
es lo que propone en un trabajo que publica en «Science» el equipo de Sheng Xu,
de la Universidad de Illinois, en EE.UU., que ha desarrollado un diminuto
microchip que contiene sensores y circuitos miniaturizados y que parece abrir
la puerta a una nueva medicina preventiva basada en dispositivos elásticos que
se adhieren a la piel en la zona del corazón de una persona y que, de forma
inalámbrica, monitoriza todos los datos electrofisiológicos de la persona.
Según
los investigadores, que han contado con la participación de expertos de la
Universidad de Tsinghua y de la de Zhejiang, en China, y de la Universidad de
Hanyang, en la República de Corea, esta tecnología tiene el potencial de
proporcionar una vigilancia continua de la salud fuera de los confines
puramente médicos y hospitalarios.
Los
científicos, mediante la combinación de microfluidos de superficies adhesivas
estructurados, han sido capaces de diseñar placas de circuitos expandibles que
contienen pequeños componentes electrónicos que se mantienen unidos por redes
de interconexión en forma de serpentina y que están suspendidos en soluciones
de polímeros y contenidos por membranas de caucho de silicona. Su nueva
estrategia mejora tanto elasticidad como la adaptación mecánica de los
dispositivos de vigilancia de la salud actuales.
De
hecho, los investigadores sugieren que estos dispositivos suaves y flexibles
podrían un día proporcionar a los pacientes, por ejemplo personas con una
enfermedad crónica o mujeres embarazadas que precisan de un control más
exhaustivo, la información sanitaria precisa en tiempo real desde la comodidad
de sus propios hogares. Como un «gran hermano» de nuestra salud.
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