Investigadores
de la Universidad de Murcia han analizado la incidencia de lesiones sobre los
posibles cambios en el estado de ánimo de los futbolistas. El estudio confirma
que después de haber sufrido el daño, manifiestan niveles superiores de
depresión y ansiedad.
Víctor
Valdés, portero del Fútbol Club Barcelona de 32 años, se quedará sin Liga, sin
Champions, sin Copa y sin Mundial tras romperse la pasada semana el ligamento
cruzado anterior de la rodilla derecha.
Con
entre seis y ocho meses de baja por delante, el futuro del guardameta catalán
no está claro. Pero las lesiones deportivas no afectan solo a la disponibilidad
de un futbolista para su participación en entrenamientos y partidos, sino también
a su disposición psicológica y, por tanto, a su rendimiento.
Así
lo indica un nuevo artículo, publicado en Cuadernos de Psicología del Deporte
por investigadores de la Universidad de Murcia (UM), que analiza la influencia
de la lesión en el estado de ánimo y en la ansiedad de estos profesionales.
"El
análisis de las relaciones entre lesión y aspectos psicológicos del deportista
ha aumentado en los últimos años, aunque todavía quedan muchos interrogantes
por responder", explica a Sinc Aurelio Olmedilla, primer autor del trabajo
e investigador principal del grupo de Psicología del Deporte de la UM.
A
la espera de un estudio con un mayor número de sujetos y un mayor periodo de
investigación, la muestra estuvo formada por 13 jugadores de equipos de fútbol
masculino (de 21 a 29 años) que se lesionaron de forma moderada durante el
desarrollo de la temporada 2011-2012.
Los
resultados revelan que los futbolistas, antes de una lesión, manifiestan
niveles superiores de autoconfianza. Sin embargo, después sufren una
disposición psicológica más negativa, concretamente niveles mayores de
depresión y de ansiedad tanto cognitiva como somática.
"Dada
la relación de estos aspectos con el rendimiento de los jugadores, es
importante trabajar psicológicamente con los futbolistas, no solo para ayudar a
la rehabilitación de sus lesiones, sino para mejorar su disposición psicológica
ante la competición", resalta Olmedilla.
Nueve
lesiones por cada mil horas
Si
en todos los deportes se producen lesiones, el fútbol posee una elevada
incidencia con unas cifras en torno a nueve lesiones por cada mil horas de
juego, ya sea en entrenamientos o partidos.
Por
ello, los autores recomiendan a los entrenadores y gestores de clubes
deportivos trabajar psicológicamente con los futbolistas mediante programas
específicos de control emocional y de estrés.
"Esto
podría incrementar su fortaleza mental, aspecto que puede permitir afrontar
mejor el estrés que implica la práctica deportiva y minimizar la vulnerabilidad
a sufrir lesión", añade Olmedilla.
Por
último, los investigadores consideran que un ámbito cada día más necesitado de
intervención psicológica es el momento de la vuelta a la práctica deportiva
tras una lesión grave, donde aparecen problemas de ansiedad e inseguridad por
parte del deportista, generalmente relacionados con la percepción de
competencia.
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