jueves, 10 de abril de 2014

La crisis nos aprieta los dientes



«Se calcula que el 70% de la población adulta padece bruxismo, pero muchos de los afectados aún no son conscientes», alerta Conchita Curull, de la Sociedad Española de Periodoncia y Oseointegración (SEPA). Son datos que preocupan a los dentistas y que se han agravado con la crisis, y que, como también señala Alfonso Villa Vigil, del Consejo General del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de España, «debido a la actual situación económica, las visitas a las consultas de los médicos han descendido entre un 30% y un 40% y muchos no saben lo que padecen». Villa cifra en un 50% la población que pudiera estar afectada por esta enfermedad.

Los nervios, el estrés y las situaciones de tensión hacen que, quienes lo padecen, aprieten los dientes de forma inconsciente para intentar controlar o gestionar esa tensión, sobre todo por la noche, momento en el que, además, se hace una mayor fuerza. El desgaste, rotura y movilidad de los dientes, fisuras, dolores de cabeza y cervicales son las principales consecuencias, a las que Villa añade casos de mareo, pérdida de equilibrio, vértigo o ruido en los oídos.

Directivos

Curull señala al colectivo de los directivos como uno de los grandes afectados por esta dolencia «que ha aumentado un 30% de forma gradual desde 2009». La doctora puntualiza que, si bien, los altos ejecutivos siempre han estado sometidos a una gran presión, «en ejecutivos medios, sobre todo del sector de la banca, no habíamos visto un aumento significativo del bruxismo hasta ahora». También el colectivo policial y el de los maestros son otros de los grandes afectados.

Sus principales síntomas son dolor de cabeza al despertar, dolores en la mandíbula y en los oídos (muy similares a los de una otitis), así como contracturas en las cervicales y dificultades para girar el cuello a causa del dolor. También suele conllevar dolores en gestos cotidianos como al comer o al bostezar. Además, suele agudizar las pesadillas, que generan un mal descanso que puede traducirse en depresión. En general, si no se soluciona a tiempo, el apretamiento de los dientes provoca destrucción y desgaste de las piezas dentales, caries, gingivitis y traumatismos de las encías.

Férula de descarga

La solución no es fácil y pasa por una férula de descarga. Se trata de un molde de la dentadura, sobre todo de arriba, hecho de plástico. Su coste suele oscilar entre los 300 y 400 euros y puede durar entre 5 y 10 años. Aunque el paciente seguirá, irremediablemente, apretando los dientes, la férula hará que los dientes no choquen entre sí, amortiguando la fuerza y haciendo que la musculatura se relaje.

«La consecuencia directa es un mayor descanso, menos dolores y una mayor relajación», dice Curull, quien apunta que, para los casos más graves es conveniente la ayuda de fisioterapeutas e incluso acudir a la psicoterapia.

Lo que hay que saber

La peridoncista Mónica Vicario explica lo que debemos saber sobre el bruxismo.

¿Qué es? El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin ningún objetivo masticatorio, durante el día o durante la noche, y en muchos de forma inconsciente.

¿Existe algún síntoma? Las visitas periódicas al dentista ayudarán a que se pueda realizar un diagnóstico precoz evitando situaciones de desgaste irreversibles tanto de los dientes, como de la musculatura y articulación. En algunos casos de bruxismo nocturno será la pareja quien los detecte y en otros el paciente puede observar que sus dientes se van haciendo más pequeños por el desgaste, que son más sensibles al frío y al calor, que se levanta por las mañanas con molestias en la musculatura facial, dolores de cabeza…

¿Rechinar o apretar? Las dos formas son muy frecuentes. Asociamos más el apretamiento durante el día y el rechinar en el bruxismo nocturno.

¿Tienen el mismo tratamiento? En algunos casos se pueden combinar los dos tipos de fuerzas por lo que el tratamiento suele prevenir las consecuencias de ambos.

¿Qué se puede hacer para frenar el bruxismo diurno? Se recomienda el control del hábito por parte del paciente quien debe mentalizarse para detectar aquellos momentos en los que se encuentra apretando sus dientes. Debe aprender a sustituir el hábito de apretar los dientes por otro tipo de movimiento que no sea nocivo. El movimiento que se recomienda cuando se detecta el apretamiento de dientes es posicionar la punta de la lengua en el paladar. Sólo algunos pacientes podrán llevar la férula durante el día en los ratos que puedan estar en casa.

¿Qué se puede hacer para prevenirlo? Su origen es multifactorial: en algunos casos el origen no está tan justificado en causas emocionales o de estrés y sí está desencadenado por una mala oclusión. En otros casos es el resultado del efecto secundario de ciertas medicaciones antidepresivas. Lo más importante es el diagnóstico precoz. Cuanto antes se detecte el bruxismo antes se podrán evitar sus consecuencias.

¿Es recomendable llevar la férula toda la vida? Si se consigue detectar el origen del bruxismo y erradicar o disminuir sus causas, el uso de la férula puede limitarse temporalmente hasta conseguir que desaparezca este hábito. A lo largo de la vida del paciente y dependiendo de la época de estrés en la que se encuentre puede tener recidivas y necesitarla otra vez.

La confección, uso y retoques de las férulas o placas de descarga debe llevarse siempre a cabo por el dentista tras un estudio riguroso del caso. Las férulas no tratarán el origen del problema, sólo serán parte de un tratamiento integral y su función será la de evitar que progresen los síntomas y signos de este hábito.

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