El
sobrepeso o la obesidad están detrás del 75 % de los infartos, según el
registro ARIAM (Análisis del Retraso del Infarto Agudo de Miocardio), de la
Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias
(SEMICYUC). El informe, de carácter anual y difundido hoy, ha recogido en el
año 2013 los datos de 2.343 pacientes que llegaron a ingresar en la UCI. Los
casos se registraron en 61 hospitales de toda España del 1 de febrero al 30 de
abril.
La
hipertensión (62 % de los casos), el colesterol alto (53 %) y el tabaco (36 %)
siguen confirmándose como los otros grandes factores de riesgo del Síndrome
Coronario Agudo (SCA).
Según
se desprende de los datos obtenidos, el tiempo transcurrido entre la llegada
del paciente infartado al hospital y la apertura de la arteria obstruida
mediante la realización de un cateterismo cardíaco es de 108 minutos.
Si
se considera el periodo transcurrido desde que el paciente tiene el primer
contacto sanitario (atención primaria), ese tiempo asciende a los 129 minutos.
Para
la doctora Ana Rosa Ochagavía, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cuidados
Intensivos Cardiológicos, "es fundamental reducir el tiempo de apertura de
la arteria responsable de un infarto porque cuanto más tiempo está cerrada más
daño se produce en el corazón y existen más probabilidades de sufrir
complicaciones de riesgo vital".
Y
aunque, según señala la misma facultativa, estos tiempos de asistencia se han
reducido en los últimos años, "los profesionales sanitarios debemos seguir
trabajando, a nivel tanto hospitalario como extrahospitalario, para disminuir
el retraso en la reperfusión".
Una
labor cuyo éxito también depende en buena medida de la propia ciudadanía:
"es importante que la población reconozca los síntomas del infarto de
forma precoz y contacte con el sistema sanitario lo antes posible",
recuerda Ochagavía.
La
llegada al centro sanitario se realiza mediante medios o vehículos particulares
en el 56 % de los casos, siendo un 33 % la cantidad de pacientes que lo hacen
vía servicios de urgencia.
En
cualquier caso, solo el 5,1 % de los pacientes infartados que han ingresado en
la UCI fallece, lo que evidencia que, pese a las posibles y deseables mejoras,
la asistencia sanitaria alcanza "altas cotas de éxito y calidad".
El
perfil tipo de una persona que sufre un síndrome coronario agudo es el de un
varón (el 75 % de los casos son hombres) de 66 años y con factores previos de
riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un infarto: obesidad o sobrepeso,
hipertensión, colesterol alto y tabaquismo.
Un
50% de los pacientes que sufren el fallo cardíaco tiene sobrepeso y un 25 %
tiene obesidad. Los datos también certifican que la hipertensión arterial (la
tensión alta) está presente hasta en el 62 % de los casos, y la dislipemia
(colesterol alto) en el 53 %. También se constata que el 36 % de los pacientes
con síndrome coronario agudo son fumadores.
Ochagavía
explica que estos factores de riesgo son modificables y la población debe ser
consciente que cambiando sus hábitos de vida disminuye la probabilidad de
padecer un infarto.
Por
ejemplo, abandonando el tabaco, haciendo ejercicio de forma habitual y
controlando los niveles de tensión arterial, azúcar y colesterol.
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