Las
canciones, la cultura y la propia sociedad nos han llevado a pensar que la
relación entre drogas y sexo (y rock and roll) era una combinación perfecta.
Sin embargo, la bibliografía científica nos dice otra cosa bien distinta: las
drogas producen un efecto fatídico en las relaciones sexuales. Por tanto, esta
mezcla es simplemente, imposible. O posible pero con resultados devastadores.
"Se
piensa que normalmente, las personas que consumen drogas tienen una mayor
disposición a responder de forma positiva ante estímulos sexuales, y en
diversas investigaciones se ha descubierto que no es así, que las personas
consumidoras son más erotofóbicas (rechazo al sexo) que las personas que no
consumen", asegura a EL MUNDO Francisco Javier del Río, psicólogo y
metodólogo del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. Esta y otras
conclusiones son extraídas por este especialista tras una investigación
-realizada en este centro- que analiza la relación entre el consumo de drogas y
sexualidad. En él han participado 1.054 personas que han acudido a centros de
drogodependientes para dejar su consumo tras un largo historial de adicción y
211 personas sin esta problemática, repartidos en 27 provincias españolas.
La
sexualidad, sostiene del Río, es algo integral del ser humano, por ello, hay
diversos elementos que influyen negativamente en la respuesta sexual de los
drogodependientes. Además de tener un mayor rechazo a los estímulos sexuales,
también la ansiedad juega un papel importante. La ansiedad, explica el experto,
es muy elevada tanto en personas consumidoras como en aquellas que se
encuentran en un proceso de recuperación: "Se conocen perfectamente los
efectos negativos que tiene la ansiedad en la respuesta sexual, de hecho, uno
de los primeros objetivos que se plantean en terapia sexual es bajar los
niveles de ansiedad que traen las personas a consulta". Y por otro lado,
la relación de pareja es otra de las víctimas, pues la relación suele
encontrarse bastante deteriorada: hay falta de comunicación, desconfianza, en
ocasiones incluso violencia, falta de intimidad, etc.
Efectos
persistentes en el tiempo
Hace
más de un año otro estudio, Haz click aquí, publicado
en la revista científica 'The Journal Sexual of Medicine', reflejaba que las
drogas empeoran el funcionamiento sexual de los varones y sus efectos persisten
incluso después de años de abstinencia. Algo que rebatía otras investigaciones
que mantenían que, a las tres semanas de abandonar el consumo, el
funcionamiento sexual volvía espontáneamente a su nivel normal.
Según
afirma a este medio, Pablo Vallejo Medina, profesor de la Universidad Konrad
Lorenz de Bogotá (Colombia) y autor, junto con otros colaboradores del citado
estudio, uno de los problemas es que un porcentaje de las recaídas se produce
por intentar solucionar los problemas sexuales mediante el consumo de drogas.
Por lo que si se está en abstinencia, se corre el riesgo de volver a consumir
para mejorar en el plano sexual. De hecho, "según nuestros datos un 69% de
los consumidores han tomado drogas para aumentar el disfrute o mejorar en sus
relaciones sexuales. Por tanto, también podría tener un papel importante en las
recaídas", informa Vallejo.
¿Qué
drogas son peores?
Las
drogas afectan a distintas fases de la respuesta sexual, deseo, excitación y
orgasmo, y provocarán diferentes disfunciones sexuales dependiendo tanto de la
sustancia que se ingiera como de su hábito de consumo (Vea el gráfico). Sin
duda, la sustancia más perjudicial para el sexo es la heroína porque es la que
provoca una mayor dependencia física, por ser la que precisamente estimula una
mayor necesidad de consumo diario.
La
sexualidad, advierte del Río, no debe entenderse únicamente como unos genitales
que funcionan de determinada manera en función del tipo y cantidad de sustancia
que una persona tenga en su organismo, "es mucho más que eso. Hay
sensualidad, erotismo, y, por supuesto, la interacción con la pareja, comunicación,
intimidad, cercanía...". Por eso, una sustancia como la heroína, no sólo
influye en la mera respuesta fisiológica, sino que "también provoca en la
persona que la consume que descuide las relaciones personales y la de pareja,
ya que la persona está fundamentalmente interesada en buscar, conseguir y
consumir heroína".
Del
mismo modo, avisa el especialista, el alcohol es otra sustancia de similares
características y es también de las más perjudiciales para el sexo. En relación
al cannabis, su uso esporádico no suele tener efectos significativos en la
sexualidad, aunque muchas mujeres se quejan de sequedad vaginal. Sin embargo,
su consumo a largo plazo puede afectar a la secreción de hormonas, sobre todo
la testosterona. En este sentido, aclara que "no hay que olvidar el
importante papel que juega en el deseo la testosterona biodisponible en sangre.
Si el consumo reduce la secreción de hormonas, puede disminuir también el deseo
de estas personas". Por otro lado, y en cuanto a la marihuana, se tiene en
el imaginario colectivo, la idea de que esta sustancia aumenta la capacidad de
fantasía sexual, pero "esto es más un efecto psicológico propio de las
expectativas que tiene la persona que la toma que un efecto fisiológico
real".
Con
todo esto, está claro que un largo historial de consumo supone consecuencias a
nivel físico y psicológico y sexual, pero también un consumo puntual de una
cantidad importante, sin un largo historial de adicción, puede generar una
respuesta sexual poco placentera. En este caso, "probablemente, no se
provoquen daños fisiológicos permanentes, pero sí que puede adquirirse un
hábito inadecuado, en el sentido de acostumbrarse a mantener una relación
sexual disfuncional, con lo que eso puede suponer para futuros encuentros
sexuales", subraya.
Pese
a todas estas consecuencias, las personas tardan mucho en solicitar ayuda,
aproximadamente, hasta dos o tres años. Por ello, ambos expertos, insisten en
que la terapia sexual es clave en este tipo de problemática, ya que hay un alto
grado de éxito en los resultados. Eso sí, lamenta del Río,
"desafortunadamente, en la inmensa mayoría de los centros de tratamiento
de drogodependencias no se trabaja esta área como se debería, ya que se centran
específicamente en trabajar la adicción". De este modo, concluye por su
parte Vallejo, las investigaciones, "dan una herramienta extra a los
especialistas para conseguir el éxito terapéutico".
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario