En
los últimos años se ha producido un leve aumento de todas y cada una, sin
excepción, de las enfermedades de trasmisión sexual (ETS). Tanto es así que,
según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se infectan
448 millones de personas en todo el mundo de cuatro enfermedades sexuales
curables: clamidia, sífilis, gonorrea y tricomoniasis.
En
España, aparecen al año de cinco a 10 episodios de gonorrea por cada 100.000
habitantes, y aproximadamente siete-ocho casos de Clamidia por 100.000
habitantes. Por su parte, el virus del papiloma humano (VHP, por sus siglas en
inglés), que puede manifestarse de muchas formas, siendo la más frecuente las
verrugas genitales, ocupa el mayor número de las consultas de ETS. En cuanto a
la incidencia de VIH, y según el último informe de Vigilancia Epidemiológica se
notificaron 3.210 nuevos diagnósticos en 2012, lo que supone una tasa de 8,5
por cada 100.000 habitantes.
Jorge
del Romero, director del Centro Sanitario Sandoval, una clínica monográfica, de
referencia en España, sobre infecciones de transmisión sexual, que atiende
anualmente entre 28.000 y 30.00 visitas, constata este aumento. Sobre todo, en
población masculina homosexual. En 2012, expone el doctor, "se
diagnosticaron entre otras infecciones sexuales, 515 casos de sífilis, 381
casos de gonorrea, 529 casos de infección por Chlamydia trochomatis y 264
nuevos casos de infección por el VIH".
Importancia
del diagnóstico
Por
ello, no hay que relajarse, pues las ETS siguen siendo una realidad más que
palpable en nuestro país. "Lo importante es consultarlas, detectarlas y
tratarlas", sostiene la doctora Estrella Caballero Requero, microbióloga
del Hospital Universitario Vall d'Hebrón (Barcelona).
Principalmente,
los pacientes consultan por la aparición de la sintomatología que suele ser más
clara en los hombres que las mujeres. Pero hay que tener en cuenta, destaca la
experta, que muchas de estas infecciones son asintomáticas o tienen síntomas
similares pese a que pueden estar causadas por microorganismos diferentes y,
por tanto, es importante la realización de pruebas para identificar la
infección. Así, sostiene que "un diagnóstico precoz, con el consiguiente
tratamiento precoz del paciente y el diagnóstico de todos sus contactos
sexuales permite cortar la transmisión e incidir en la disminución de la
incidencia de estas infecciones". El diagnóstico dependerá, según aclara
la experta, de la sintomatología y del tipo de infección o microorganismo que
queramos diagnosticar.
"El
diagnóstico precoz de una enfermedad tan grave como puede ser la hepatitis, la
gonorrea, la sífilis o el propio sida es fundamental: por un lado, para evitar
que la persona exponga a su (o sus) pareja(s) a un posible contagio y por otro
porque, clínicamente, siempre cualquier tratamiento es más efectivo cuanto
antes se aplique", explica el doctor en Bioquímica y Biología Molecular,
Miguel Ángel Llamas, delegado de Empireo, una empresa de ámbito privado que se
dedica desde hace más de una década, entre otras actividades científicas, al
tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual.
Según
este especialista, el herpesvirus es la infección diagnosticada que más
incidencia tiene en su centro, representando algo más del 15% del total. De
lejos, le siguen gonorrea, sífilis, papilomavirus y Clamidia con entre un 3 y
un 4%, y a continuación el VIH con algo menos del 3%. "Un virus como el
herpesvirus encabeza la lista de causantes del cáncer de cuello de útero posee una
mayor incidencia y, sin embargo, tiene menos impacto mediático que otras ETS
como por ejemplo el sida", comenta. Por eso es importante que no cesen las
campañas de sensibilización.
"La
crisis ha eliminado de nuestras vidas las campañas preventivas y, si lo pensamos
bien, ya van tres o cuatro generaciones de chavales que cuando llegan a su
madurez sexual no han sido machacados informativamente hablando como lo fuimos
nosotros", comenta Llamas. Por otro lado, también expone cómo ha habido
una relajación general con respecto al tema de las ETS. "Lamentablemente,
la sociedad de países desarrollados está asimilando cada vez más la idea de que
el sida es una enfermedad crónica pero no mortal. Que los avances en
tratamientos permitan este extremo, no significa que haya que bajar la guardia.
El apoyo de la investigación básica que realizan nuestras universidades,
hospitales y centros de investigación es fundamental para avances como estos y
para colaborar algún día en una vacuna efectiva", afirma.
Por
su parte, la doctora Caballero hace especial hincapié en la importancia de la
prevención: para combatir las ETS, lo mejor es evitarlas. Actualmente,
sostiene, el sistema de salud pública está implementando medidas para atajar el
problema, aumentando sus infraestructuras para atender estas patologías,
realizando pruebas cada vez más sensibles y todo ello conlleva un coste
elevado, pero sin duda, señala que "el mejor dinero ahorrado sería el de
la prevención".
El
paciente tiene un papel muy importante. La finalidad última del diagnóstico no
es sólo la instauración de un tratamiento adecuado sino la prevención de la
transmisión de estas enfermedades: "La prevención es la mejor solución, ha
quedado demostrado que las diferentes medidas que existen para ello son
efectivas y que son ellas principalmente las que pueden hacer frenar estas
enfermedades", concluye.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario