Da
igual la edad. Si se hace algún tipo de ejercicio al menos una hora día se
reduce el riesgo de cáncer de mama. Y esto es válido para las mujeres de
cualquier edad y cualquier peso, según un estudio presentado en la Conferencia
Europea del Cáncer de Mama (EBCC-9). En comparación con las mujeres menos
activas, aquellas que tienen un mayor nivel de actividad física reducen su
riesgo de cáncer de mama en un 12%, según los investigadores.
El
profesor Mathieu Boniol, del Instituto Internacional de Investigación para la
Prevención de Lyon, en Francia, ha presentado en los resultados de un metaanálisis
de 37 estudios publicados entre 1987 y 2013 , que incluyeron a más de cuatro
millones de mujeres. «Hemos revisado todos los estudios que han evaluado la
relación entre el ejercicio físico y el riesgo de cáncer de mama que se han
publicado hasta la fecha, por lo que estamos seguros de que los resultados de
nuestro análisis son consistentes», señaló.
Aunque
los resultados variaron según el tipo de tumor, el mensaje general es
alentador. Sin embargo, en aquellas mujeres que siguen una terapia hormonal
sustitutiva (THS), el efecto protector del ejercicio parecía no existir.
Afortunadamente, señalan los investigadores, debido a que cada vez hay una mayor
conciencia de los efectos secundarios de esta terapia su uso está disminuyendo
en algunos países, lo que significa que los efectos beneficiosos del ejercicio
aumentará en los próximos años.
La
edad no importa
La
actividad física se sabe que tiene un papel protector en otros tipos de cáncer,
así como en trastornos tales como la enfermedad cardiovascular. Aunque los
mecanismos de sus efectos no están definidos, los resultados son en gran medida
independientes al índice de masa corporal (IMC) , así que sus beneficios van más
lejos de la reducción del peso. Y la edad en la que se inicia la actividad
deportiva también parece ser irrelevante: los investigadores no han encontrado
indicios de que el riesgo de cáncer de mama se reduce únicamente cuando la
actividad física se inició a una edad temprana .
«El
hecho de que el cáncer de mama, incluyendo sus tipos agresivos, se sume a la
lista de enfermedades que se pueden prevenir mediante la actividad física deben
fomentar el desarrollo de ciudades que fomenten una vida más saludable
favoreciendo el transporte en bicicleta o a pié, además de promover campañas de
educación», dijo el profesor Boniol . «Esta sería una estrategia barata y
sencilla para reducir el riesgo de una enfermedad que actualmente tiene un
coste muy elevado, tanto para los sistemas de salud como sobre todo para los
pacientes y sus familias».
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