lunes, 17 de marzo de 2014

Casi la mitad de los españoles no hace jamás ejercicio físico



La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, y que tiene su origen en una interacción genética y ambiental, siendo más importante la parte ambiental o conductual, establecida por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Sin embargo, puede resultar simplista pensar que la obesidad sólo se debe a un consumo excesivo y/o a una actividad física deficiente. Estos son algunos de los aspectos principales abordados en el análisis científico «Etiología de la Obesidad: los ‘dos grandes’ y otros factores emergentes», trabajo que ha servido de base para la elaboración del Documento de Consenso «Obesidad y Sedentarismo en el Siglo XXI: ¿qué se puede y se debe hacer?».

Epidemia de obesidad en la UE

Hoy en día se conoce que la epidemia actual de obesidad coincide con un profundo cambio de hábitos de la población, tanto a nivel de actividad física como de patrones alimentarios, y que los cambios demográficos y culturales han afectado el comportamiento de los seres humanos en múltiples vías. En la actualidad, junto al resto de factores más conocidos, hay abiertas diversas vías de investigación en cuanto a las causas de la obesidad, mereciendo especial atención dentro de los mismas la nutrigenómica y la microbiótica. Entre los factores principalmente asociados a la obesidad, el Prof. Lluìs Serra-Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional, miembro de CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, Instituto Carlos III, y autor de este análisis científico, destaca especialmente aspectos como el estilo de vida o factores sociodemográficos como la edad y el género, el nivel cultural y socieconómico o la distribución geográfica. «En casi todos los estudios realizados con adultos residentes en España vemos cómo la prevalencia de obesidad es mayor en los hombres, y cómo esta aumenta según la edad es mayor» apunta.

Equilibrio energético contra la obesidad

Según el análisis científico, la obesidad es el resultado de un balance energético positivo continuado, en el que la ingesta total de energía supera el gasto energético total. Así, el objetivo del tratamiento de la obesidad es revertir este balance mientras que el objetivo de la prevención de la obesidad es evitar que el balance energético se convierta en positivo.

«Los mensajes a la población para la prevención de la obesidad no se deben dividir en mensajes sobre la importancia de una correcta alimentación por un lado, y mensajes sobre la importancia de la actividad física por otro. Ambos deben ir juntos ya que son componentes de la misma ecuación», añade el Prof. Serra-Majem.

Desde el punto de vista del equilibrio energético, es factible tener un mayor éxito en la prevención del aumento excesivo de peso que en el tratamiento de la obesidad. La razón se debe a que el sistema de equilibrio energético del organismo muestra una oposición más fuerte a la pérdida de peso que al aumento del mismo. Aunque hacen falta grandes cambios de comportamiento para reducir y mantener el peso corporal, pequeños cambios comportamentales pueden ser suficientes para prevenir la excesiva ganancia de peso.

En Europa, la mayor parte de la población (60%) no realiza ningún deporte o lo practican poco a menudo (21%). En España, el 42% de la población nunca realiza actividad física o deporte, y nuestro país se sitúa en la undécima posición entre los 28 países de la UE en los que menos actividad física y deporte se realiza, precedida por Grecia, Bélgica, Portugal, Italia, Hungría, y Polonia, entre otros. Por el contrario, países como Suecia, Finlandia, Dinamarca, Eslovenia, Irlanda u Holanda, registran un porcentaje menor de personas inactivas.

La obesidad infantil

En cuanto a la etiología específica de la obesidad infantil, el análisis «Etiología de la Obesidad: los ‘dos grandes’ y otros factores emergentes» destaca que numerosos estudios científicos muestran que la obesidad infantil determina en gran parte el padecer obesidad en la edad adulta. Según el texto, la franja de edad en la que más casos de obesidad infantil se dan abarca desde los 6 hasta los 13 años.

Entre los factores asociados al sobrepeso y obesidad en la infancia el estudio aborda la importancia del periodo prenatal y perinatal, y cómo la excesiva o limitada ingesta de nutrientes durante estos dos momentos puede jugar un papel relevante en la aparición de obesidad en otros momentos de la vida. Igualmente, el Prof. Serra Majem destaca la relación de la genética con esta patología y señala que «se han descubierto numerosos cromosomas relacionados con la obesidad y la investigación se centra en la localización de los genes específicos involucrados en el desarrollo de esta enfermedad». «no está claro si los niños obesos consumen más calorías que los niños no obesos; por ello es necesario seguir investigando sobre este tema».

Para este experto, «la obesidad es un enfermedad crónica compleja y multifactorial cuyo inicio por lo general ocurre durante la infancia o la adolescencia y cuyo origen radica en una interacción entre la genética y el ambiente. Resultaría muy simplista pensar que la obesidad sólo se debe a un consumo excesivo y/o a una actividad física deficiente. En la actualidad, junto al resto de factores más conocidos, hay abiertas diversas vías de investigación mereciendo especial atención la nutrigenómica y la microbiota intestinal».

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