Aunque
parezca mentira, nuestra salud es peor que la de nuestros padres cuando tenían
nuestra edad. Vivimos más, pero «metabólicamente» somos mucho menos saludables
que las generaciones anteriores. Esa es la conclusión de un extenso estudio
realizado en los Países Bajos que ha comparado los cambios generacionales en
una serie de factores de riesgo metabólicos para la enfermedad cardiovascular .
Tras analizar los datos, los investigadores afirman: «las generaciones más
recientes deben estar haciendo las cosas mal». Y advierten: «la prevalencia de
factores de riesgo metabólico y la exposición a ellos de por vida a ellos se
han incrementado y, probablemente, continuará aumentando».
El
estudio, publicado en European Journal of Preventive Cardiology, ha revisado
los datos de más de 6.000 personas a los que se analizó a los 6, 11 y 16 años.
El peso corporal, la presión arterial, los niveles totales de colesterol
(hipercolesterolemia) y los de lipoproteína de alta densidad (HDL) fueron los
parámetros analizados. Los sujetos fueron clasificados por sexo y generación en
grupos de edad de diez años (20, 30, 40, y 50 años), con la finalidad de determinar
si una generación tenía un perfil de riesgo diferente al de otra nacida 10 años
antes.
Los
resultados mostraron que la prevalencia de sobrepeso, obesidad e hipertensión
aumentaba con la edad en todas las generaciones pero, en general, las
generaciones más recientes tenían una mayor prevalencia de estos factores de
riesgo que las nacidas diez años antes. Por ejemplo, el 40% de los hombres que
tenían 30 años al inicio del estudio tenían sobrepeso, pero, 11 años después,
la prevalencia de sobrepeso en la segunda generación de varones con 30 años había
aumentado hasta el 52%. En las mujeres estos cambios en el peso fueron sólo
evidentes en las generaciones más recientes.
Similares
resultados se vieron en enfermedades como la hipertensión, la diabetes, aunque
no en el caso de la hipercolesterolemia.
Salud
pública
¿Qué
significan los resultados para la salud pública? El coordinador del trabajo,
Hulsegge Gerben, del Instituto Nacional Holandés de Salud Pública y Medio
Ambiente destaca el impacto de la obesidad cada vez en personas más jóvenes. «Por
ejemplo, la prevalencia de la obesidad en generación más jóvenes a los 40 años
es similar a la menos reciente a la edad de 55 años. Esto significa que la
primera generación está 15 años y que se expondrá a su obesidad durante más
tiempo». En su opinión, el estudio, subraya la necesidad de mantener un peso
corporal saludable -mediante el fomento de una mayor actividad física y una
dieta equilibrada-, sobre todo entre las generaciones más jóvenes.
Además
el trabajo muestra que, debido a que la prevalencia de tabaquismo en los países
de altos ingresos está disminuyendo, es probable que «veamos un cambio en las
enfermedades no transmisibles relacionadas con el tabaco -como el cáncer de
pulmón- a patologías relacionadas con la obesidad -como la diabetes-». Para el
experto, dicha disminución en la prevalencia del hábito de fumar y la mejora en
la calidad de la atención a la salud han mejorado la esperanza de vida de las
generaciones más jóvenes, pero también es posible que, en un futuro más lejano,
como resultado de «el aumento de la obesidad se revierta la tendencia en
nuestra esperanza de vida».
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