La
técnica no es nueva, pero los logros no han dejado de perfeccionarla. El diseño
de órganos de laboratorio avanza a un paso imparable como lo demuestra, esta
semana, la presentación de un riñón bioartificial que ha sido implantado con éxito
en ratones.
A
grandes rasgos, este tipo de órganos son el resultado de un proceso que,
seguramente resulta más sencillo de explicar que de llevar a cabo: los
investigadores 'lavan' un órgano de cadáver (un riñón de ratón en este caso) en
un detergente que elimina completamente cualquier rastro de las células de su
propietario, dejando únicamente una especie de armazón: un cartílago acelular
con forma de riñón.
Como
explica el equipo de Harald Otto en las páginas de 'Nature Medicine', a
continuación se colocan en dicho 'andamio' células madre (tanto fetales como
procedentes de tejidos humanos). En el caso de la investigación de Otto, al
cabo de sólo 12 días, dichas células se habían multiplicado hasta cubrir
completamente todos los recovecos renales.
Los
científicos probaron en primer lugar el funcionamiento de dicho órgano
artificial en un bioreactor en el laboratorio, haciendo pasar por sus conductos
fluidos, como lo harían a través de un riñón real.
Otto
y su equipo observaron que el órgano era capaz de generar una orina
rudimentaria, lo que demostraba que era plenamente funcional. Así que, a
continuación, se animaron a injertar el riñón en ratones con daño renal severo.
Órganos
más complejos
Aunque
con una función reducida en comparación con un órgano sano, el riñón de
laboratorio cumplió su función una vez trasplantado al organismo de los
roedores.
Paolo
Macchiarini, cirujano del Instituto Karolinska de Suecia (y que ya implantó una
tráquea por este sistema en Barcelona), es cauto a la hora de valorar los
resultados y, sobre todo, al hablar de su traslación a pacientes con fallo
renal severo. "Es un avance desde el punto de vista de la investigación,
es un órgano más; pero no va a cambiar nada para los pacientes", explica a
ELMUNDO.es desde EEUU.
En
primer lugar, señala, porque Otto empleó para repoblar el andamiaje células de
origen fetal, algo que suscitaría muchas dudas desde el punto de vista ético en
el caso de querer intentar lo mismo con un riñón humano. Además, añade,
"no se ha estudiado suficientemente la biomecánica, por lo que no sabemos
cuánto tiempo van a funcionar los riñones injertados en los ratones".
Macchiarini
es también crítico con el uso de un modelo de ratón que, genéticamente, está
diseñado para no generar rechazo; cuando uno de los objetivos de esta técnica
es, precisamente, comprobar si los pacientes -algún día- podrían ahorrarse la
medicación antirrechazo que ahora sí es necesaria tras un trasplante de
donante. "Con este tipo de ratón, esto no se ha podido comprobar",
apunta.
Otros
órganos
No
es la primera vez que un laboratorio logra crear con éxito un 'órgano
descelularizado'; sin embargo, se trata probablemente de uno de los más
complejos que se ha implantado en un ser vivo hasta ahora.
En
humanos, la medicina regenerativa ha trasplantado con éxito vejigas, tráqueas y
venas diseñadas con este mismo procedimiento, con el que se trabaja también
para llegar algún día a crear órganos más complejos, como los propios riñones,
hígados, pulmones o un corazón.
Los
científicos son conscientes de que este tipo de órganos, con un funcionamiento
mucho más complejo que una 'simple' tráquea, supondrá un reto mucho mayor a la
hora de trasladarlo a humanos. "Aunque hay muchos laboratorios de todo el
mundo trabajando en esta bioingeniería de tejidos, es cierto que estos serán
los más complejos de culminar", señala Anthony Atala, director del
Instituto de Medicina Regenerativa de Wake Forest (en Carolina del Norte,
EEUU).
En
este sentido, Atala, pionero en este campo (donde lleva más de 20 años
trabajando), asegura a ELMUNDO.es que la seguridad deberá ser rigurosamente
evaluada antes de que estas 'biocreaciones' puedan trasplantarse sin riesgo en
personas. En EEUU, añade, será la agencia del medicamento (FDA, según sus
siglas en inglés), "quien determine qué tratamientos están listos para ser
evaluados en humanos y qué tipo de pacientes pueden participar en los
estudios".
En
el caso del riñón, como el propio Otto admite en su trabajo, habrá que seguir
trabajando en los protocolos para obtener la mejor fuente de células madre para
repoblar el armazón y mejorar la función del órgano resultante.
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