EE.UU.
parece haberse tomado muy en serio su guerra contra el consumo excesivo de sal,
responsable, solo en 2010, de la muerte de cerca de 2,3 millones de personas en
todo el mundo por causas cardio y cerebrovasculares, como infarto, ictus, etc.
Estos datos, que se publican en Circulation, acaba de ser presentados en la
Reunión 2013 de la Asociación Americana del Corazón, foro en el que también se
han denunciado dos hechos muy significativos relacionados con el consumo de
sal: cerca el 75% de la población mundial consume mucha más sal de lo
recomendado, casi el doble, y que la mayoría de las comidas comerciales
preenvasadas y aperitivos salados para niños pequeños tienen un alto contenido
de sodio (sal). La batalla no ha hecho más que empezar.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 2.000 mg de sal
diarios, pero en EE.UU. han ido más lejos y recomiendan un consumo menor a
1.500 miligramos diarios con el fin de disminuir el riesgo de presión arterial
alta y de sufrir una enfermedad cardiovascular. En España, se calcula que el
consumo medio de sal es más del doble de la cantidad recomendada por la OMS , y
se estima que más del 80% de la población consume más sal de la aconsejada. Se
sabe que la reducción del consumo de sal es una de las formas más sencillas,
eficaces y coste-efectivas de reducir la prevalencia actual de las enfermedades
cardiovasculares y, por estas razones, se ha convertido en una prioridad para
las autoridades de salud pública.
Porque,
según el informe publicado en Circulation, el consumo elevado de sal tuvo la
culpa de 2,3 millones de muertes por ataques al corazón, accidentes
cerebrovasculares cerebrales y otras patologías relacionadas con el corazón en
todo el mundo en 2010, lo que representa el 15 por ciento de todas las muertes
por estas causas.
Estudio
enfermedades 2010
El
trabajo ha analizado un total 247 encuestas sobre el consumo de sodio entre la
población adulta realizadas en diferentes países entre 1990 y 2010 como parte
del Estudio de la Carga Mundial de las enfermedades en 2010, una investigación
internacional de colaboración de 488 científicos de 303 instituciones de 50 países
de todo el mundo.
A
continuación los investigadores, coordinados por el Hospital Brigham and
Women's de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (EE.UU.),
determinaron cómo la ingesta de sal afecta al riesgo de enfermedad
cardiovascular; en concreto cómo afectaba el riesgo de hipertensión arterial.
Los
resultados son elocuentes: casi 1 millón de estas muertes (40%), fueron
prematuras (en personas de 69 años o menos), con un 60% de las muertes en
hombres y un 40% en mujeres. Los mayores asesinos fueron el infarto (42%) y los
accidentes cerebrovasculares (415). Otro dato, aunque no inesperado, es que el
84% se produjeron en los países de bajos y medianos ingresos.
Entre
los 30 países más grandes del mundo, los que tienen las más altas tasas de
mortalidad (por cada millón de adultos) debido a un consumo excesivo de sal
son: Ucrania (2.109), Rusia (1.803) y Egipto (836), frente a Qatar (73), Kenia
(78) y Emiratos Árabes (134), que son los que menos.
Para
el coordinador del trabajo, Dariush Mozaffarian, «medidas públicas nacionales y
mundiales de salud, como programas integrales de reducción de sodio, podrían
salvar millones de vidas».
Demasiada
sal
Porque
lo que está claro, a tenor de los datos presentados en este foro, es que se
consume mucha sal. Casi el 75% de la población mundial consume casi el doble de
la cantidad diaria recomendada y la mayoría proviene de los alimentos
preparados. «Es la primera vez que hay información sobre el consumo de sodio
por país, edad y género», señala Saman Fahimi, de la Universidad de Harvard. «Esperamos
que nuestros hallazgos influyan en los gobiernos nacionales para desarrollar
programas de salud pública para reducir el sodio».
Un
total de 181 de los 187 países que representan el 99% de la población mundial
superó la ingesta recomendada por la Organización Mundial de la Salud de menos
de 2.000 mg de sodio al día, y 119 países, lo que representa el 88% de la
población mundial, la supera en más de 1.000 mg al día. Todos los países,
excepto Kenia, sobrepasaron los consejos de la Asociación Americana del Corazón,
menos de 1.500 mg al día de sodio.
Comidas
preparadas
El
informe, tras analizar el contenido de sodio por porción de 1.115 productos
para bebés y niños, muestra además que casi el 75% de las comidas comerciales
preenvasadas y aperitivos salados para los niños pequeños tienen un alto
contenido de sodio. «Nuestra preocupación son los posibles riesgos a largo plazo
de la salud por la introducción de los altos niveles de sodio en la dieta de un
niño, porque la presión arterial alta, así como la preferencia por los
alimentos salados pueden desarrollarse a temprana edad», explica Joyce Maalouf,
del Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la
Salud en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta.
Por eso advierte que los padres y otros cuidadores «deberían leer la información
nutricional de las etiquetas de los alimentos para bebés y niños pequeños con
el objetivo de elegir las opciones más saludables para sus hijos».
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