viernes, 19 de abril de 2013

Después del gimnasio... una cerveza



Tomarse una o dos cañas con los amigos tras 'machacarse' en el gimnasio es para muchos un premio, pero buena parte de ellos no saben que este consumo moderado de la 'reina de los bares', acompañado con unas tapas saladas, les permite recuperar todo el agua y el sodio que han perdido.

Pero eso sí, como dice el doctor Carlos Peñas-Ruiz, investigador de la Universidad de Swansea (Inglaterra), se puede hablar de esos beneficios de la cerveza tras hacer ejercicio, siempre que sea un consumo moderado y después de haberse rehidratado con agua.

Y consumo moderado se entiende como de unas tres cañas en el caso de los hombres y dos en el de las mujeres, con lo que no vale, por tanto, lo del partido de fútbol de los domingos con los amigos y después 'hincharse' de botellines, si seguimos la teoría del experto.

"No podemos decir a una persona que se beba seis o siete litros de cerveza porque no es consumo moderado y le estaremos generando una intoxicación, pero si tomamos una o dos cañas con los amigos después de hacer ejercicio y se lleva una dieta equilibrada no va a tener efectos negativos en nuestra vida", según Peñas-Ruiz.

Es más, va a facilitar la rehidratación porque la cerveza tiene un alto contenido en agua (entre 90 y 92 %), pero además también contiene carbohidratos y electrolitos, así como vitaminas y compuestos antioxidantes.

Ese consumo moderado, además, según un estudio de la Universidad de Granada, puede contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales del estrés por su contenido en maltodextrinas, unos carbohidratos que facilitan una adecuada hidratación en competiciones de larga duración.

"Una o dos cervezas, combinadas con una tapita o un pincho, que normalmente son saladas, nos va a ayudar a reponer -según el experto- la pérdidas de agua y sodio, y también de glucógeno, que es como la energía que se almacena en nuestros músculos y que la vamos a utilizar durante el ejercicio".

La cerveza tiene una baja graduación alcohólica, pero hay muchos a los que no les gusta el alcohol o no deben tomarlo, y pueden optar por la 'sin' porque si de lo que se trata es de rehidratar tras el ejercicio las dos bebidas tienen los mismos beneficios y pueden ser una estrategia aceptable para facilitar la hidratación.

Además, ese consumo moderado en personas sanas que hacen ejercicio físico proporciona protección al sistema cardiovascular y se suele acompañar de una dieta equilibrada, con una mayor ingesta de verduras, legumbres, pescado, cereales y aceite de oliva.

Por tanto, lo de la "barriguita cervecera" parece ser un mito en el caso de estas personas que ingieren una cantidad moderada.

"Si el aporte calórico de la cerveza que se ingiere está en equilibro con nuestras perdidas por la actividad y el gasto metabólico no tiene por qué aumentar nuestra barriga, nuestra masa corporal ni acumularse la grasa en la cintura", dice el investigador.

Es decir, que de lo que se trata, como dice Peñas-Ruiz, es de una de las máximas que figuraban a la entrada del Templo de Apolo en Delfos: "Nada en exceso".

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