Fabricar
tejidos artificiales con propiedades de los tejidos vivos a partir de miles de
gotas de agua y con aplicaciones médicas. Eso es lo que ha logrado un equipo de
la Universidad de Oxford (Reino Unido) gracias a una impresora 3-D programable
que ha logrado un material tridimensional que algún día podría imitar el
comportamiento de las células en los tejidos.
El
nuevo tipo de material se compone de miles de gotas de agua conectadas y
encapsuladas dentro de las películas de lípidos, por lo que, según los
investigadores cuyo trabajo se publica en Science, podrían llevar a cabo
algunas de las funciones de las células humanas. Los materiales similares a los
tejidos, desarrollados por el equipo de Gabriel Villar, tienen la consistencia
de caucho blando y físicamente se asemejan a los tejidos del cerebro y de la
grasa.
Los
investigadores han tratado de construir materiales que puedan ser utilizados en
aplicaciones médicas, como la liberación controlada de fármacos. A largo plazo,
esperan integrar la tecnología con los tejidos vivos para reparar o aumentar
potencialmente los problemas orgánicos.
Medicamentos
Los
expertos creen que estas «redes de gotas» impresas podrían desarrollar un nuevo
tipo de tecnología capaz de administrar medicamentos a los lugares donde más se
necesitan y, potencialmente, reemplazar o interactuar con los tejidos humanos
dañados. Dado que las redes de gotas son completamente sintéticas, explica, no
tienen genoma y no se replican, por lo que se evitan algunos de los problemas
asociados con otros enfoques para la creación de tejidos artificiales, como los
que utilizan células madre.
Debido
a que las impresoras 3-D convencionales no están capacitadas para crear estas
redes de gota, los investigadores fabricaron una a su medida. «En este momento
hemos creado redes de hasta 35.000 gotas, pero el tamaño de la red que podemos
hacer es realmente limitado por el tiempo y el dinero. Para los experimentos se
hemos empleado dos tipos diferentes de gota, pero no hay razón para que se
puedan usar 50 o más clases diferentes».
«No
se trata de que los materiales se asemejen fielmente a los tejidos, sino más
bien que sean estructuras que puedan llevar a cabo las funciones de los tejidos»,
explica el profesor Hagan Bayley. Bayley cree que este trabajo demuestra que es
posible crear redes de decenas de miles de gotas conectadas que, impresas con
poros de proteínas para formar vías a través de la red, imitan a los nervios y
son capaces de transmitir señales eléctricas desde un lado de una de la red al otro.
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