¿Quién
dice que el estrés es malo? A tenor de algunas investigaciones que se han
publicado recientemente, un poco de estrés, agudo no crónico, puede ser
beneficioso para nuestra capacidad cognitiva y, hoy mismo, un trabajo que se
publica en la revista Science asegura que las madres que son sometidas a
situaciones de estrés durante su embarazo tienen hijos más y mejor preparados
para enfrentarse con éxito a la vida que les espera. Al menos en ardillas
rojas.
El
trabajo, realizado por investigadores de la Michigan State University (EE.UU.)
y la Universidad de Guelph (Canadá), confirma por vez primera como las madres
se someten a situaciones de estrés durante la gestación con el único objetivo
de producir más hormonas de estrés y así, aumentar las posibilidades de
supervivencia de sus crías. «La selección natural favorece el crecimiento más rápido
de la descendencia por lo que las futuras madres se someten a situaciones de
estrés con el objetivo de incrementar las posibilidades de supervivencia de sus
crías» explica Ben Dantzer.
Entornos
hostiles
En
un estudio de 22 años, Dantzer y su equipo observaron las tasas de crecimiento
acelerado en sus descendientes. Un crecimiento rápido es una característica muy
ventajosa en un entorno de alta densidad de animales, ya que puede ayudar a un
que recién nacido sea más competente que otros de los muchos cachorros nacidos
a su alrededor.
Para
verificar su hipótesis, los investigadores simularon condiciones de alta
densidad de población en un grupo de ardillas rojas, mientras que otro grupo
control tenía condiciones normales. Los resultados mostraron que a mayor
densidad de animales, el proceso de gestación de los cachorros era mucho más rápido.
Las mujeres, explica Dantzer, respondieron a la situación estresante
produciendo más hormonas de estrés durante el embarazo y, así, sus crías crecían
más rápido. Los investigadores analizaron los niveles de hormonas de estrés en
las madres para verificar que éstas eran la causa de la mayor tasa de
crecimiento de las crías. Y así era.
«A
pesar de la percepción generalizada de que estar estresado es malo, nuestro
estudio demuestra que los altos niveles de hormonas de estrés en las futuras
madres pueden ayudar a sus hijos», dijo Dantzer.
Los
investigadores también descubrieron que las hembras que experimentaron un
aumento de la densidad tenían concentraciones significativamente más altas de
glucocorticoides durante el embarazo, y dicho aumento se asoció con un
crecimiento más rápido en la descendencia. Así, las crías de ardilla nacidas de
madres con concentraciones elevadas de glucocorticoides crecieron un 41% más rápido
que las nacidas de madres con niveles de glucocorticoides normales.
Efectos
negativos
Sin
embargo, este proceso de crecimiento rápido tiene sus consecuencias negativas.
Los animales, a pesar de tener más capacidad de sobrevivir a corto plazo en
situaciones de estrés, no la tienen a largo plazo. De alguna manera, creen los
investigadores, los nacidos durante estos años de alta densidad no viven tanto
tiempo, lo que sugiere que el éxito inicial «quema» elementos que les habrían
ayudado durante su vida.
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