Una
nueva investigación publicada en la revista 'Psychological Science' ha
encontrado que las personas que viven en zonas urbanas con más espacios verdes
tienden a reportar menos angustia y un mayor bienestar de los habitantes de la
ciudad que no cuentan con parques, jardines, u otro espacio verde cercano.
En
la investigación, dirigida por el doctor Mathew White, del Centro Europeo para
el Medio Ambiente y la Salud Humana de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Exeter, en Truro, Cornwall (Reino Unido), se examinaron los
datos de una encuesta nacional de hogares del Reino Unido mantenida a lo largo
del tiempo.
Es
importante destacar que esta asociación se mantuvo incluso después de que los
investigadores tuvieron en cuenta los cambios vividos por los participantes, el
empleo, el estado civil, la salud física y el tipo de vivienda. White y sus
colegas se sorprendieron por la magnitud de los efectos de vivir en una zona
verde en comparación con aquellos que no habitan en ciudades así.
"Hemos
encontrado que vivir en una zona urbana con niveles relativamente altos de
espacio verde puede tener un impacto significativamente positivo en el
bienestar, más o menos igual a un tercio del impacto de estar casado",
afirman los expertos, que aseguran que este efecto es equivalente a una décima
parte de los efectos de estar empleado frente a las personas en paro.
Los
resultados muestran que incluso cuando se comparan con otros factores que
contribuyen a la satisfacción con la vida, vivir en un área verde tiene un
efecto significativo. "Este tipo de comparaciones son importantes para las
autoridades cuando se trata de decidir cómo invertir los escasos recursos
públicos, como en el desarrollo o mantenimiento de un parque y averiguar qué
obtendrá por la inversión", dice White.
Los
resultados de los estudios anteriores han sugerido una relación entre espacios
verdes y el bienestar, pero no fueron capaces de descartar la posibilidad de
que las personas con mayores niveles de bienestar simplemente se trasladan a
zonas más verdes. White y su equipo resolvieron el problema mediante el uso de
datos longitudinales (datos obtenidos de la observación repetida de los
participantes a través del tiempo) de la encuesta nacional, recolectados
anualmente de más de 10.000 personas entre 1991 y 2008.
La
nueva investigación no prueba que el paso a una zona más verde necesariamente
cause un aumento de la felicidad, pero encaja con los resultados de estudios
experimentales que muestran que los períodos cortos de tiempo en un espacio
verde pueden mejorar el estado de ánimo de las personas y el funcionamiento
cognitivo. Si bien el efecto de una sola persona puede ser pequeño, White
señala que los posibles efectos positivos de los espacios verdes en la sociedad
en general pueden ser sustanciales.
"Esta
investigación podría ser importante para los psicólogos, funcionarios de salud
pública y los planificadores urbanos que estén interesados en aprender acerca
de los efectos que la planificación de la urbanización y la ciudad puede tener
en la salud y el bienestar de la población", concluye este experto.
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