Si
usted es de los que nunca han ido al gimnasio o no se han puesto en la vida
zapatillas para correr y además piensa que la jubilación le da carta blanca
para pasar sus horas de la mesa al sofá, o viceversa, debe saber que se
equivoca. Todavía está a tiempo para ponerse en marcha y sumar años a su vida,
porque según un estudio aquellas personas que realizan una actividad tres veces
por semana a partir de los 60 son más propensas a estar sanas los siguientes
ocho años.
Pero
no sólo su salud física le agradecerá ponerse las pilas (aunque sea a partir de
los 60), el beneficio también se notará en la parte mental, ya que el ejercicio
se vincula con menos depresiones.
A
esta conclusión ha llegado un estudio inglés después de seguir y evaluar a
3.500 personas sanas con una edad media de 64 años. Tras ocho años de
seguimiento, una quinta parte de ellas todavía permanecía libre de enfermedad física
o trastorno mental. Analizando los datos y las encuestas que les realizaron
cada dos años sobre su estado físico y mental y el nivel de actividad física
que realizaban, los investigadores comprobaron que quienes mejor se encontraban
eran aquellas que practicaban ejercicio o que habían empezado a hacerlo.
Las
personas que llevaban tiempo haciendo una actividad física moderada o vigorosa
al menos una vez por semana eran de tres a cuatro veces más propensas a estar
sanas que aquellas que permanecían inactivas. Por otro lado, los individuos que
empezaron a practicar ejercicio en su jubilación también se beneficiaron de
ello, ya que su riesgo de enfermar fue tres veces inferior que el de los
sedentarios.
En
concreto, la actividad física redujo el riesgo de enfermedad cardiaca, ictus,
diabetes, Alzheimer y depresión, según se constata en el estudio cuyos
resultados publica la revista British Journal of Sports Medicine.
El
principal investigador de este trabajo, el doctor Mark Hamer, de la University
College London, insiste en que el mensaje realmente es que hay que mantenerse
activo en la vejez. "Parece un cliché, pero es un caso de úsalo o lo
perderás. Puedes perder los beneficios si no permaneces activo".
No
se trata de ponerse a correr como un loco o apuntarse a un gimnasio para hacer
pesas de forma descontrolada, señala Hamer, caminar o cuidar del jardín también
sirven para estar en forma.
Según
las guías médicas, se recomienda a todos los adultos, incluidos aquellos por
encima de los 65 años, hacer 150 minutos de actividad física a la semana.
Porque, como demuestra este estudio, la práctica de ejercicio tiene un efecto
evidente sobre la salud. De hecho, otra investigación reciente, publicada en
Journal Frontiers in Aging Neuroscience, señalaba que la actividad física
aumenta el flujo sanguíneo cerebral lo que podría vincularse a un retraso en el
deterioro cognitivo vinculado a la edad.
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