Con
el otoño llega también la gripe. El contraste de temperaturas propicia esta
infección viral que tarda dos días en dar la cara desde el momento del
contagio, muy fácil de persona a persona a través de las pequeñas gotas
expulsadas al toser o estornudar. Se caracteriza por fiebre alta (hasta 39
grados), escalofríos, dolor de cabeza y muscular, estornudos, tos intensa y
persistente, rinorrea, lagrimeo y faringitis leve. Se trata de una infección
autolimitada, es decir, que normalmente se resuelve sola entre cinco y siete días,
aunque algunos de los síntomas pueden durar más, hasta tres semanas.
El
virus de la gripe prolifera en determinadas condiciones ambientales, como las
temperaturas bajas y ambiente seco. Y es que con ayuda del frío seco adquiere
mayor estabilidad y permanece durante más tiempo en el aire. De ahí que el
punto álgido de la gripe estacional se suela alcanzar entre finales de enero y
principios de febrero, época del año en la que se registran las temperaturas más
bajas en nuestro país y que también coincide con cielos nocturnos despejados y
pocas precipitaciones. Sin embargo, el pistoletazo de salida suelen darlo los más
pequeños a finales de diciembre.
Los
síntomas de la gripe pueden confundirse con los de otras patologías
respiratorias, como el catarro común, por lo que se recomienda consultar al médico
o pediatra y, sobre todo, no automedicarse con antibióticos, ya que no son
efectivos contra los virus y, por el contrario, pueden crear resistencias que
los harán menos eficaces cuando de verdad los necesitemos para combatir
infecciones causadas por bacterias.
Junto
con unas normas adecuadas de higiene para evitar el contagio, la vacunación es
la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones, como
recuerdan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de
Sanidad. Hay que tener en cuenta que las vacunas empiezan a hacer efecto a los
15 días de ser administradas y su protección dura un año, como recuerda Luis
Salleras Sanmartín, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de
Barcelona y miembro del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Geriatría y
Gerontología (SEGG).
Hace
más de 60 años que se vienen utilizando vacunas seguras y eficaces para
combatir el virus de la gripe, que ocasionalmente nos da sustos importantes,
como ocurrió en 2009, con la aparición de la gripe A. La existencia de una red
de vigilancia internacional trata de evitar que nos pille desprevenidos. Para
ello, cada año la OMS recomienda una vacuna en función de los virus que en la
temporada anterior han tenido relevancia en el hemisferio sur, cuyo invierno
coincide con nuestro verano, y que se prevé que serán los causantes de la gripe
en el hemisferio norte durante el otoño-invierno siguiente. Para este año, según
los datos así recogidos, se ha determinado que la vacuna actual contenga dos
cepas tipo A y otra B.
En
la temporada 2012-13, la actividad gripal en España se asoció a una circulación
predominante de virus de la gripe B, la mayor proporción de ellos similares a
los incluidos en la vacuna antigripal, y fue moderada, alcanzando el máximo
entre la semana del 18 al 24 de febrero, con 229,44 casos por cada 100.000
habitantes. Pero no por ello hay que bajar la guardia en la presente campaña,
ya que el 70% de los ingresos por complicaciones de la gripe se dan cada
temporada en personas que no se habían vacunado.
Objetivo,
75% de vacunación
A
pesar de esas cifras, que se recuerdan cada año, la temporada pasada, la
tercera después de la pandemia de 2009, poco más de la mitad de los mayores de
65 años se vacunaron frente a la gripe (el 56,7%), según datos del Ministerio
de Sanidad. Una cifra inferior a la de campañas anteriores y que está muy lejos
del 75% de personas vacunadas recomendado por la Organización Mundial de la
Salud. Los más precavidos fueron los riojanos, que llegaron al 67,22% de
vacunados, aún así, 8 puntos por debajo de lo aconsejado. Los más
despreocupados fueron los residentes en Ceuta, donde apenas uno de cada cuatro
mayores de 65 años se vacunó, seguidos de Melilla (31,55%), Canarias (36,15%) y
Murcia (41,83%).
En
los adultos sanos la vacunación antigripal puede prevenir un 70% a 90% de los
casos de enfermedad gripal específica, mientras que en los ancianos reduce los
casos graves y las complicaciones en un 60%, y las muertes en un 80%. El Grupo
de Vacunas de la SEGG insiste en que las vacunas son seguras, eficaces y
proporcionan beneficios no solo personales, sino también comunitarios.
Y
es que no hay que olvidar que la gripe es una de las causas más importantes de
morbimortalidad entre las personas mayores de 60 años, ya que directa o
indirectamente aumenta el riesgo de complicaciones y de hospitalizaciones más
frecuentes y prolongadas. Solo en España se producen entre 1.400 y 4.000
muertes al año causadas por la gripe y sus complicaciones, recuerda la SEGG.
Además de los mayores de 65 años, deben vacunarse también los profesionales
sanitarios, que deberían dar ejemplo, resalta la SEGG, y para evitar el
contagio a sus pacientes. Sin embargo, el año pasado sólo se vacunó entre el 20
y el 30 % del personal sanitario. También deben inmunizarse los trabajadores y
personas que están al cuidado de los mayores en residencias o en el propio
domicilio.
La
edad, riesgo añadido
La
edad avanzada es un importante factor de riesgo añadido en la enfermedad
gripal, incluso sin otras patologías. El motivo: el sistema inmune se vuelve
menos eficaz con los años. Esta mayor vulnerabilidad inmunológica, junto con el
hecho de que con frecuencia se añaden una o más patologías crónicas al cumplir
años explica por qué las muertes por gripe se incrementan con la edad. «Los
mayores de 65 años son un grupo importante de riesgo frente a la gripe y
especialmente vulnerable si presentan un proceso crónico o si viven en
residencias» explica José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG que
advierte además que «la gripe puede causar neumonías, bronquitis, otitis y
sinusitis y suponer un riesgo para la vida de las personas mayores y grupos con
patología crónica y factores de riesgo».
Desde
la SEEG recomiendan la vacunación a todas las personas incluso a partir de los
60, como ya se hace en comunidades como Madrid, Cataluña, Murcia y Navarra y se
espera que el resto se vayan sumando a esta rebaja en la edad. Estados Unidos
ya ha rebajado la edad aconsejable para vacunarse a los 50, edad en la que
empiezan a aparecer factores de riesgo que aconsejan la vacunación, señalan
desde la SEGG. También deben vacunarse los menores de 60 que padezcan alguna
enfermedad crónica y las mujeres gestantes.
Desde
la SEGG recomiendan vacunarse a la vez frente al neumococo, responsable de la
mitad de las neumonías. La enfermedad neumocócica es un importante problema de
salud en especial a edad avanzada, que produce además meningitis y septicemia.
En pacientes de edad avanzada, la tasa de mortalidad está entre un 20 y un 40%.
Además, esta bacteria frecuente en niños y adultos, en España se muestra muy
resistente a los antibióticos, como destaca la Sociedad Española de
Quimioterapia, Infección y Vacunas, junto con otras 15 Sociedades en un
documento de consenso que recomienda vacunarse a pacientes en espera de
trasplante o en tratamiento con quimioterapia, entre otros.
Consejos
para convivir con la gripe
- Agua y jabón durante 1 minuto: Para evitar el contagio es importante lavarse las manos con agua y jabón durante un minuto, también entre los dedos. Limpie con más frecuencia superficies y pomos
- Tápese con el antebrazo al toser: El virus se transmite por las gotas de saliva y secreciones nasales al toser o estornudar. Si utiliza las manos para taparse puede quedar en muebles, pomos y objetos. Mejor con la cara interna del codo
- Tómeselo con calma: La gripe es una infección autolimitada que acabará en 5-7 días. No se la lleve a la oficina. Quédese en cama
- Evite males «mayores»: Más de un 70% de los pacientes hospitalizados por un cuadro grave de gripe no se habían vacunado. Es aconsejable sobre todo en mayores de 65 años y grupos de riesgo
- Cerco al virus: Utilice un pañuelo desechable o papel higiénico cuando estornude o tosa y tírelo después de usado a la basura. A continuación lávese bien las manos con agua y jabón
- Los antibióticos, ineficaces: La gripe está causada por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos para combatirla. Por el contrario, su uso inadecuado puede crear resistencia a estos fármacos
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario