viernes, 29 de noviembre de 2013

La menopausia no es un impedimento para el sexo



La menopausia acarrea consigo muchos malestares físicos y sólo la palabra en sí produce connotaciones negativas. Sin embargo, y en contra de lo que pueda parecer, no hay ninguna razón para que sea un inconveniente para la satisfacción sexual. Así lo asegura un reciente estudio liderado Virginie Ringa, investigadora en el Centre for Research in Epidemiology and Population Health (CESP) en Francia y publicado en la revista científica The Journal Sexual of Medicine: "Los cambios biológicos que caracterizan la menopausia no afectan negativamente a la vida sexual".

Ringa y sus colaboradores evaluaron diversos aspectos relacionados con la función, práctica y concepción sexual de dos grupos diferenciados de mujeres: mujeres post-menopáusicas (desglosándose a su vez en aquellas que tomaban terapia hormonal y las que no) y mujeres pre-menopaúsicas. "Nuestros datos sugieren que quienes reportan efectos negativos son las mujeres que anticipan el momento de la menopausia como algo negativo", reza el documento. Es decir, quienes ya tienen de ella una idea preconcebida de forma negativa. Lo que, según el estudio, podía ser más a un factor simbólico que biológico.

Ana Jurado, médico y sexóloga, miembro de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual y presidenta del Instituto Europeo de Sexología, asegura EL MUNDO que efectivamente, la menopausia no es un obstáculo para la sexualidad. De hecho, también en España, durante este año, el Grupo de Sexualidad de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), del cual la doctora Jurado forma parte, ha elaborado una Menoguía sobre la sexualidad después de los 50, para lo que han tenido que hacer una revisión exhaustiva de toda la bibliografía disponible en este terreno.

Cuando apareció la terapia hormonal sustitutiva (THS, HRT en inglés), explica esta especialista, se insistió mucho en la idea de que esta terapia mejoraría la sexualidad de las mujeres durante la menopausia, sin embargo "parece que se trata de la mejora de la calidad de vida que puede producir en algunas mujeres muy sintomáticas, lo que conllevaría a su vez la mejora en la sexualidad". De hecho, señala, entre las indicaciones actuales de la THS no figura la mejora de la sexualidad.

"Al revisar la bibliografía tampoco se obtienen resultados concluyentes que confirmen el empeoramiento de la sexualidad al llegar la menopausia, aunque se puede encontrar dificultades con la penetración en mujeres con elevada sintomatología urogenital debida a la disminución del nivel hormonal", afirma la experta.

Según se ha demostrado, la disfunción sexual más frecuente durante este periodo es la dispareunia o lo que es lo mismo dolor en el coito. "Se aprecia dificultad en el coito en las mujeres que han sufrido doble anexectomía y histerectomía", explica la doctora Carmen López Sosa, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.

A veces, también pueden darse casos de bajo deseo sexual, pero "la menopausia no altera por sí sola el potencial de la mujer para desear, excitarse y sentir placer sexual. La persistencia o pérdida de deseo depende de factores relacionales, o de la existencia de mecanismos autorreguladores", agrega Jurado. Por ello, recomienda que es muy importante no suponer que la menopausia vaya a ser un problema en la actividad sexual y, en segundo lugar, consultar todo aquello que cree una dificultad, ya sea debido a la menopausia, a la edad, a patologías concomitantes (físicas o psíquicas) o a conflictos relacionales.

La importancia de la sexualidad previa

La sexualidad en una mujer de mediana edad, mantienen contundentes estas especialistas, está totalmente condicionada por su sexualidad anterior. Aunque la respuesta sexual puramente fisiológica dependa del estado de salud, la edad y la evolución física y psicológica de las personas, existen gran cantidad de factores psicosociales que favorecen o reducen su capacidad de adaptación. Uno de ellos es precisamente cómo se haya vivido y la sexualidad a lo largo de la vida.

Por ejemplo, si una mujer ha concebido la sexualidad como un método para la reproducción y no ha tenido hacia ella una concepción positiva seguramente, indica la experta, puede sentir que su sexualidad ya no es aceptada, además de las exigencias físicas que las modas imponen, de forma más acusada para las mujeres. "Es un concepto individual", añade López Sosa. En las que tuvieron una buena vida sexual se mantiene, para las que tuvieron miedo al embarazo es una liberación y para las que viven con parejas imposibles es un modo de cortar o bien de distanciar.

Es fundamental para ello, aseguran ambas facultativas, tener las herramientas adecuadas para afrontar una nueva situación y en definitiva, reinventarse. "Yo animo a mis pacientes a que tomen las riendas de su sexualidad si hasta entonces no lo han hecho y que descubran lo que en realidad les satisface", confiesa Jurado. La clave, concluye López Sosa, está en pensar "yo soy algo más que hormonas": "Debe pensar que está viva y que cuenta con el factor de la madurez y experiencia para poder disfrutar la sexualidad para sí misma y su pareja, sea ésta quien sea".

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