La
menopausia acarrea consigo muchos malestares físicos y sólo la palabra en sí
produce connotaciones negativas. Sin embargo, y en contra de lo que pueda
parecer, no hay ninguna razón para que sea un inconveniente para la
satisfacción sexual. Así lo asegura un reciente estudio liderado Virginie
Ringa, investigadora en el Centre for Research in Epidemiology and Population
Health (CESP) en Francia y publicado en la revista científica The Journal
Sexual of Medicine: "Los cambios biológicos que caracterizan la menopausia
no afectan negativamente a la vida sexual".
Ringa
y sus colaboradores evaluaron diversos aspectos relacionados con la función,
práctica y concepción sexual de dos grupos diferenciados de mujeres: mujeres
post-menopáusicas (desglosándose a su vez en aquellas que tomaban terapia
hormonal y las que no) y mujeres pre-menopaúsicas. "Nuestros datos
sugieren que quienes reportan efectos negativos son las mujeres que anticipan
el momento de la menopausia como algo negativo", reza el documento. Es
decir, quienes ya tienen de ella una idea preconcebida de forma negativa. Lo
que, según el estudio, podía ser más a un factor simbólico que biológico.
Ana
Jurado, médico y sexóloga, miembro de la Academia Española de Sexología y
Medicina Sexual y presidenta del Instituto Europeo de Sexología, asegura EL
MUNDO que efectivamente, la menopausia no es un obstáculo para la sexualidad.
De hecho, también en España, durante este año, el Grupo de Sexualidad de la
Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), del cual la
doctora Jurado forma parte, ha elaborado una Menoguía sobre la sexualidad
después de los 50, para lo que han tenido que hacer una revisión exhaustiva de
toda la bibliografía disponible en este terreno.
Cuando
apareció la terapia hormonal sustitutiva (THS, HRT en inglés), explica esta
especialista, se insistió mucho en la idea de que esta terapia mejoraría la
sexualidad de las mujeres durante la menopausia, sin embargo "parece que
se trata de la mejora de la calidad de vida que puede producir en algunas
mujeres muy sintomáticas, lo que conllevaría a su vez la mejora en la
sexualidad". De hecho, señala, entre las indicaciones actuales de la THS
no figura la mejora de la sexualidad.
"Al
revisar la bibliografía tampoco se obtienen resultados concluyentes que
confirmen el empeoramiento de la sexualidad al llegar la menopausia, aunque se
puede encontrar dificultades con la penetración en mujeres con elevada
sintomatología urogenital debida a la disminución del nivel hormonal",
afirma la experta.
Según
se ha demostrado, la disfunción sexual más frecuente durante este periodo es la
dispareunia o lo que es lo mismo dolor en el coito. "Se aprecia dificultad
en el coito en las mujeres que han sufrido doble anexectomía y
histerectomía", explica la doctora Carmen López Sosa, profesora en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.
A
veces, también pueden darse casos de bajo deseo sexual, pero "la
menopausia no altera por sí sola el potencial de la mujer para desear,
excitarse y sentir placer sexual. La persistencia o pérdida de deseo depende de
factores relacionales, o de la existencia de mecanismos autorreguladores",
agrega Jurado. Por ello, recomienda que es muy importante no suponer que la
menopausia vaya a ser un problema en la actividad sexual y, en segundo lugar,
consultar todo aquello que cree una dificultad, ya sea debido a la menopausia,
a la edad, a patologías concomitantes (físicas o psíquicas) o a conflictos
relacionales.
La
importancia de la sexualidad previa
La
sexualidad en una mujer de mediana edad, mantienen contundentes estas
especialistas, está totalmente condicionada por su sexualidad anterior. Aunque
la respuesta sexual puramente fisiológica dependa del estado de salud, la edad
y la evolución física y psicológica de las personas, existen gran cantidad de
factores psicosociales que favorecen o reducen su capacidad de adaptación. Uno
de ellos es precisamente cómo se haya vivido y la sexualidad a lo largo de la
vida.
Por
ejemplo, si una mujer ha concebido la sexualidad como un método para la
reproducción y no ha tenido hacia ella una concepción positiva seguramente,
indica la experta, puede sentir que su sexualidad ya no es aceptada, además de
las exigencias físicas que las modas imponen, de forma más acusada para las
mujeres. "Es un concepto individual", añade López Sosa. En las que
tuvieron una buena vida sexual se mantiene, para las que tuvieron miedo al
embarazo es una liberación y para las que viven con parejas imposibles es un
modo de cortar o bien de distanciar.
Es
fundamental para ello, aseguran ambas facultativas, tener las herramientas
adecuadas para afrontar una nueva situación y en definitiva, reinventarse.
"Yo animo a mis pacientes a que tomen las riendas de su sexualidad si
hasta entonces no lo han hecho y que descubran lo que en realidad les
satisface", confiesa Jurado. La clave, concluye López Sosa, está en pensar
"yo soy algo más que hormonas": "Debe pensar que está viva y que
cuenta con el factor de la madurez y experiencia para poder disfrutar la
sexualidad para sí misma y su pareja, sea ésta quien sea".
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