La
Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología han
publicado una nueva guía de práctica clínica en la que recomiendan llevar una
dieta saludable, con pocas grasas saturadas y trans y limitaciones de sodio,
así como la práctica de actividad física entre tres y cuatro veces por semana
para prevenir ataques al corazón, derrames cerebrales y otras enfermedades
cardiovasculares.
El
nuevo informe, publicado en la edición digital del 'Journal of the American
College of Cardiology' y 'Circulation', el periódico de la Asociación Americana
del Corazón, se basa en una revisión sistemática de la evidencia que resume las
claves de la nutrición y la actividad física para el tratamiento de la presión
arterial y el colesterol en la sangre.
"Llevar
una dieta saludable para el corazón no consiste en comer alimentos buenos y
asilar los malos, sino que se trata de la dieta total", explica Robert
Eckel, copresidente del Comité de Redacción de la Guía y profesor de Medicina
en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Para
bajar el colesterol en la sangre y, en especial, el LDL o colesterol
"malo", las directrices recomiendan la limitación de grasas saturadas
y grasas trans. Las primeras se encuentran principalmente en los alimentos
derivados de los animales, como carnes y aves de corral con la piel, y los
productos lácteos ricos en grasa, aceites tropicales, como el de coco y de
palma, mientras las trans están en los productos hechos parcialmente con grasa hidrogenada,
como muchos alimentos fritos y horneados preparados comercialmente.
Para
disminuir la presión arterial, la guía hace hincapié en la importancia de la
restricción de sodio, con un consumo inferior a 2.400 miligramos de sodio al
día para quienes deban rebajar su presión arterial, siendo deseable que no
supere los 1.500 miligramos diarios para disminuir todavía más la presión
arterial. En general, los expertos norteramericanos recomiendan en su documento
una dieta saludable para el corazón que se centre en frutas, verduras y
cereales enteros, incluya productos lácteos bajos en grasa, pollo, pescado y
frutos secos, y limite el consumo de carne roja, dulces y bebidas azucaradas.
2.000
CALORÍAS AL DÍA
Basándose
en un patrón de alimentación de 2.000 calorías por día, estos expertos han
diseñado una dieta sana para el corazón que consiste en consumir entre cuatro y
cinco porciones de fruta al día; otras tantas de verduras, de seis a ocho
porciones de cereales enteros (preferiblemente con alto contenido en fibra),
dos o tres porciones de leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa,
170 gramos o menos al día de carnes magras, pollo y pescado; entre cuatro y
cinco raciones a la semana de frutos secos, de dos a tres porciones al día de
grasas y aceites saludables y limitar los dulces y los azúcares añadidos,
además de la sal.
A
su juicio, este patrón de alimentación es compatible con la terapia nutricional
para otras condiciones médicas, por lo que consideran que los médicos de
Atención Primaria deben adaptar este plan de dieta saludable para el corazón a
las necesidades calóricas de las personas, las preferencias alimentarias
personales y culturales y la terapia de nutrición para otros problemas de
salud, como la diabetes.
La
actividad física es también una parte importante para reducir el riesgo de
enfermedades cardiovasculares, por lo que la nueva guía aconseja ejercicio
aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, como caminar a paso ligero, durante
un promedio de 40 minutos entre tres y cuatro veces a la semana. "Estas
recomendaciones deben ser una parte de la práctica de cada médico que se ocupa
de la prevención", reclamó Eckel.
Estas
pautas, destinadas a los proveedores de atención médica primaria, cardiólogos y
todos los que trabajan con los pacientes para prevenir las enfermedades
cardiovasculares, se basan en la evidencia científica de estudios de
investigación publicados entre 1990 y 2012, y se han desarrollado para adultos
que se beneficiarían de una reducción de su colesterol en sangre y su presión
arterial.
Esta
pauta de estilo de vida es una de las cuatro orientaciones de prevención de
enfermedades cardiovasculares hechas públicas este martes por la Asociación
Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología. Otras
recomendaciones van dirigidas a reducir el colesterol en la sangre y evaluar
los riesgos y la gestión del sobrepeso y la obesidad.
El
panel de expertos que redactó el informe fue convocado por el Instituto
Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de
Salud de Estados Unidos, asumiendo el gobierno, la gestión conjunta y la
publicación de la guía la Asociación Americana del Corazón y el Colegio
Americano de Cardiología.
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