Investigadores
del Centro de Investigación Cardiovascular de la Escuela de Medicina Icahn del
Monte Sinaí, en EE.UU., han probado con éxito una terapia génica, que se
administra directamente en el corazón, para revertir la insuficiencia cardiaca
en modelos animales. En concreto, permite reducir el agrandamiento del corazón
y mejorar la función cardiaca y el flujo sanguíneo.
Los
resultados de este trabajo, publicados en Science Translational Medicine, son
de la fase final de la investigación previa a los ensayos clínicos en humanos
para probar la terapia génica SUMO-1. SUMO-1 es un gen que está «desaparecido
en combate» en los pacientes con insuficiencia cardiaca. Para los autores de la
investigación, «la terapia génica SUMO-1 puede ser uno de los primeros
tratamientos que realmente reducen el tamaño de los corazones agrandados y
mejoran significativamente la función vital de un corazón dañado». El
coordinador del estudio, Roger J. Hajjar, está deseando iniciar los ensayos en
pacientes con insuficiencia cardiaca grave.
La
insuficiencia cardiaca sigue siendo la principal causa de hospitalización en
las personas mayores. Se produce cuando el corazón es demasiado débil para
bombear adecuadamente y hacer circular la sangre por todo su cuerpo.
En
humanos
Hajjar
ya ha solicitado la autorización por parte de la agencia norteamericana del
medicamento (FDA) para probar la nueva terapia del gen SUMO-1 en pacientes con
insuficiencia cardiaca. Cuando comience, el ensayo clínico será el segundo
tratamiento de terapia génica diseñado para revertir la insuficiencia cardiaca
puesto en marcha por Hajjar y su equipo. El primer ensayo, llamado CUPIDO, se
encuentra en su fase final de las pruebas de la terapia génica con SERCA2, cuyos
resultados de la fase 1 y fase 2 fueron positivos.
En
ese ensayo, un gen conocido como SERCA2 se administra a través de un virus
inerte, un virus modificado sin partículas infecciosas. SERCA2 es un gen que
produce una enzima crítica para el bombeo adecuado de calcio fuera de las células
y que, en la insuficiencia cardiaca, es disfuncional, lo que obliga al corazón
a trabajar más duro y, en este proceso, a crecer más grande de lo normal. El
virus que lleva SERCA2 se admnistra a través de las arterias coronarias en el
corazón durante un procedimiento de cateterismo cardiaco y sólo se necesita una
dosis de terapia génica una sola vez para restablecer la producción de la
enzima beneficiosa de los genes SERCA2.
Pero
SERCA2 no es la única enzima que falta en la acción en la insuficiencia
cardiaca, ya que un estudio publicado en 2011 en Nature por Hajjar y su equipo
mostró que el gen SUMO-1 también se encuentra disminuido en los corazones
humanos defectuosos. SUMO-1 regula la actividad de SERCA2, lo que sugiere que
se puede mejorar la función de SERCA2 sin alterar sus niveles. Un análisis de
seguimiento en un modelo de ratón de insuficiencia cardiaca demostró que la
terapia del gen SUMO-1 mejoró sustancialmente la función cardiaca.
Así,
estos expertos probaron la entrega de la terapia sola del gen SUMO-1, la
terapia génica SERCA2 sola y una combinación de SUMO-1 y SERCA2. En modelos
animales grandes de insuficiencia cardiaca, vieron que la administración de la
terapia génica de alta dosis de SUMO-1, así como SUMO-1 y SERCA2 juntos,
provocan fuertes contracciones del corazón, mejoran el flujo de la sangre y
reducen los volúmenes del corazón, en comparación con la terapia génica de
SERCA2 solo.
«Estos
nuevos hallazgos apoyan el papel crítico que juega SUMO-1 para la función de
SERCA2 y son la base del potencial de SUMO-1 en la terapia de reemplazo de
genes en pacientes con insuficiencia cardiaca», señala Hajjar.
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