Uno
de los grandes anhelos de las personas amputadas es recuperar el sentido del
tacto en sus miembros superiores. Algunos proyectos han intentado devolver la
sensación de sentir, pero no se han culminado aún con éxito. En esta senda, la
Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación Avanzada (Darpa, por sus
siglas en inglés) ha puesto en marcha un departamento, gracias a todo el conocimiento
en robótica que ha desarrollado a lo largo de su historia. Se trata de un nuevo
programa de la Oficina de Tecnologías Biológicas, cuyo objetivo es devolver la
calidad de vida a los amputados, mediante avances en prótesis e interfaces
neurales.
Bajo
las siglas Haptix, se esconde un proyecto que restaura el sentido del tacto en
amputados de miembros superiores, que busca superar los efectos físicos y
psicológicos de la pérdida de éstos. La idea que persigue es devolver la
conexión entre el cerebro y los nervios periféricos. Esto nos permite ser
capaces de cerrar los ojos y mover la mano y el brazo en diferentes
direcciones, y saber dónde está antes de volver a abrirlos.
El
programa de Darpa pretende ofrecer ese tipo de sensaciones, muchos más
naturales para los pacientes amputados. En el proceso se permite un control
intuitivo, ya que las prótesis empleadas son más avanzadas y proporcionan a su
vez un beneficio psicológico al mismo tiempo que se busca reducir el dolor del
miembro fantasma. El programa se basa en tecnologías avanzadas de interfaz
neural, que se han desarrollado en la agencia estadounidense, una suerte de
vínculo directo y preciso entre la intención del usuario y control de la misma
a través de Prótesis y Tecnología Neural-Interface fiable (RE-NET).
¿Cómo?
Haptix
pretende alcanzar sus objetivos mediante el desarrollo de sistemas de interfaz
que miden y decodifican señales motoras registradas en los nervios y/o en los
músculos periféricos. El programa se adaptará a uno de los sistemas de prótesis
avanzadas desarrollados en el programa «Revolucionando Prótesis» para
incorporar sensores que proporcionan retroalimentación táctil y propioceptiva
para el usuario, enviado a través de la estimulación modelada de vías
sensoriales en el nervio periférico. Uno de los principales desafíos es la
identificación de estrategias de modelado de estimulación que provocan las
ensaciones naturalistas del tacto y el movimiento. El objetivo final es crear
un dispositivo totalmente implantable que seguro, fiable, eficaz y aprobado
para uso humano.
«Los
nervios periféricos contienen ingente información de fácil acceso para la
interfaz con el sistema nervioso humano. Toda la investigación se realizó en el
marco del programa RE-NET de Darpa, junto a otros departamentos, y demostramos
que estos nervios mantienen fibras motoras y sensoriales, antes inervados en el
miembro amputado, y que estas fibras siguen siendo funcionales durante décadas
después de la pérdida de extremidades», explica Doug Weber, el director del
programa Darpa. «Haptix intentará aprovechar en estas vías de comunicación
biológicas para que los usuarios puedan controlar y detectar la prótesis a
través de las mismas vías de señalización neuronales utilizadas para las manos
intactas y los brazos», añade el director de Darpa.
Además
del rendimiento de las funciones motoras, se restaurarán el tacto y la
propiocepción del usuario. La creciente evidencia sugiere que la estimulación
sensorial en amputados puede proporcionar importantes beneficios psicológicos
tales como la mejora de la prótesis «encarnación» y reducir el dolor del
miembro fantasma que sufre aproximadamente un 80 por ciento de los amputados.
Por esta razón, Darpa busca la inclusión de los psicólogos en los equipos
multidisciplinares de científicos, ingenieros y médicos que proponen para
desarrollar los componentes de la tecnología de electrodos, algoritmos y
sistemas electrónicos para el sistema Haptix. Los equipos tendrán que estudiar
la forma en que este sistema puede afectar al usuario en varios dominios
importantes, incluyendo la función motora y sensorial, la psicología, el dolor
y calidad de vida.
Mejoras
«Tenemos
la oportunidad no sólo de mejorar significativamente la capacidad de un
amputado para controlar una prótesis, sino de provocar un profundo impacto
psicológico positivo», sostiene Weber. «Hoy los amputados ven las prótesis
existentes en el mercado como meras herramientas, como una llave o un
abrelatas, que se utiliza sólo para realizar un trabajo específico, por lo que
muchas personas abandonan sus prótesis a menos que sea absolutamente necesario.
Creemos que Haptix creará una experiencia sensorial tan rica y vibrante que el
usuario va a querer usar su prótesis a tiempo completo y lo aceptará como una
extensión natural del cuerpo. Si podemos lograr eso, Darpa estará aún más cerca
de cumplir su compromiso de ayudar a restaurar la funcionalidad completa y
natural para los miembros del servicio herido» .
El
plan del programa culmina con una prueba de 12 meses, para llevar a casa del
sistema de prótesis Haptix completa. Para ayudar a los científicos en la
realización de las gestiones necesarias para lograr las aprobaciones
regulatorias para los ensayos en humanos, Darpa ha consultado con la FDA de EE
UU para incorporar los plazos establecidos en el proceso del programa. «Llevar
a cabo pruebas a modo de ensayos clínicos en el hogar son el primer paso para
hacer realidad esa visión. Sólo si la experiencia resulta cómoda y fácil,
conseguiremos tener un éxito rotundo», explica Weber.
Antecedentes
Con
técnicas distintas, pero con el mismo propósito, en 2007 dos personas con
prótesis de brazo recuperaron la sensación cutánea cuando los nervios que
conservaron de las extremidades perdidas fueron conectados a músculos del
pecho, tal y como recogía un artículo publicado en «Proceedings of the National
Academy of Sciences». Un equipo integrado por ingenieros y terapeutas físicos
del Instituto de Rehabilitación en Chicago y los departamentos de Terapia
Física y de Ingeniería Biomédica en la Universidad Northwestern (Michigan)
logró que los amputados percibieran sensaciones indirectas mediante ese
procedimiento. «Hemos desarrollado una técnica que transfiere los nervios
restantes del brazo, después de la amputación, a los músculos del pecho»,
explicó el artículo. De esta forma, los amputados (una mujer de 24 años y un
hombre de 54 ) sentían la extremidad perdida cuando se les tocaba en el pecho.
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