viernes, 30 de mayo de 2014

Curar la hepatitis C a precio de oro



Los nuevos medicamentos para el virus de la hepatitis C (VHC) han puesto a la medicina a las puertas de la erradicación de la enfermedad. Así lo reconocen las nuevas directrices de la Asociación Europea del Hígado, presentadas hace un mes, que hablan del «cambio de paradigma» que se ha producido con la llegada de los nuevos fármacos antivirales: sofosbuvir, simeprevir y daclatasavir. Disponibles ya en Europa (en España sólo están aprobados para su uso compasivo sofosbuvir y daclatasavir), estos nuevos fármacos han demostrado alcanzar cifras de curación cercanas al 80-90%, asegura Rafael Esteban Mur, del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, que habla incluso de «revolución total» en el tratamiento de la hepatitis C.

Pero todo tiene un precio que, según desde el punto de vista del que se mire puede ser barato o caro. ¿Cuánto cuesta un paciente? Desde hace meses Gilead, fabricante de sofosbuvir, está inmerso en un proceso de negociación de precio/reembolso con el Ministerio de Sanidad. Hasta ahora, más de 100 pacientes, debido a su situación médica, han sido tratados con sofosbuvir; sin embargo, algunas asociaciones de pacientes y ONG han denunciado que hay un número importante de personas que necesitan de forma urgente los nuevos antivirales, ya que la mayoría no han respondido a las terapias disponibles, y no tienen acceso a ellos a través del programa de uso compasivo. Estos programas se establecen para poner a disposición fármacos aún no autorizados en nuestro país a pacientes españoles para las cuales no quedan otras opciones terapéuticas disponibles.

También han denunciado que la realidad es que en algunos hospitales hay pacientes que cumplen los requisitos para acogerse a este uso pero que no acceden a los medicamentos por problemas burocráticos y de coste. Si bien es cierto que son caros (un tratamiento de 12 semanas puede oscilar entre los 50.000 y 60.000 euros) lo cierto es que son eficaces. Para Esteban Mur, «el gasto hay que hacerlo ahora, y evitar las complicaciones de la enfermedad».

Curación en el 90% de los casos

Lo cierto, señala a ABC José Luis Calleja, de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, es que con este nuevo tratamiento «vamos a conseguir unas tasas de curación de cerca del 90%, cuando antes nos encontrábamos en el 70% y, lo más importante, lo vamos a conseguir en periodos más cortos, sin casi efectos secundarios, y va a poder ser aplicado a un porcentaje mayor de pacientes infectados, con lo que vamos a ganar en aplicabilidad del tratamiento, en comodidad en cuanto a duración y efectos secundarios, así como en eficacia».

La cuestión es que, a la espera de su aprobación, la Agencia Española del Medicamento pactó con las Comunidades Autónomas la administración de este tratamiento en tres supuestos. Los casos son, explica Calleja, que los pacientes se encuentren en lista de espera de trasplante hepático y requerir tratamiento contra el VHC para prevenir la reinfección del trasplante; que tras un trasplante hepático haya experimentado una recurrencia agresiva de la infección por VHC y que ello produzca un riesgo de descompensación hepática o muerte en los 12 meses siguientes si no se tratan, y en casos de cirrosis hepática. «Todos estos pacientes deberían acceder a los tratamientos, independientemente de si se ha cerrado o la negociación entre el laboratorio y el ministerio», subraya.

A la espera de que las dos partes se pongan de acuerdo en el precio, fuentes de Gilead han reconocido a ABC que debido a la legislación española no se pueden dar datos sobre el proceso de precio/rembolso hasta que esté cerrado, se habla de que el tratamiento podría costar unos 100.000 euros por paciente, aunque algunas fuentes consultadas por este periódico creen que sería inferior -50.000 o 70.000 euros por paciente-, precios más acordes con los de Alemania o Gran Bretaña, países en donde está aprobado el medicamento. En cualquier caso, «sin poner en duda los beneficios del fármaco», Enrique Ortega, del Hospital Clínico de Valencia, cree que el precio se debe «ajustar a la situación actual».

Ortega recuerda que cuando se aprobó sofosbuvir en EE.UU. «país de libre mercado», las autoridades sanitarias solicitaron a Gilead que explicara el por qué del precio tan elevado –en EE.UU. el tratamiento tiene un coste de 100.000 dólares por paciente-; cuál era su plan de deducciones, y cómo había previsto facilitar el acceso al medicamento a los mercados más pobres. «Y lo mismo deberían hacer en España», apunta Ortega. No hay que olvidar que el tratamiento actual oscila entre los 30.000 y 40.000 euros aunque, advierte Calleja, «el número de pacientes curados es mucho menos».

Para Enrique Ortega el ministerio debe hacer la valoración desde un punto de vista coste/eficacia. «Y yo creo que en este caso preciso lo es. El fármaco cura a los pacientes y cualquier medicamento que cura es coste/eficaz». Ahora, señala, el precio desde luego no puede rondar los 100.000 euros, «más bien debería estar por los 58.000 de Alemania». Y, probablemente añade, en la negociación debería contemplarse el concepto «riesgo compartido», es decir, «en el paciente en el que el medicamento no funcione la terapia no se paga».

Salud Pública

Calleja, que trabaja en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, dice por su parte que hay que mirar el coste/eficacia «a medio plazo». Y en este caso, se refiere a los nuevos farmacos, «lo es». En este sentido reconoce que la Asociación Española para el Estudio del Hígado espera que se llegue a un acuerdo cuanto antes. Mientras tanto, añade, «no se deben poner trabas al acceso a los tratamientos a los pacientes indicados. Estamos hablando de una cuestión de Salud Pública y de algunas personas en las que su historia vital pueda cambiar totalmente.»

La hepatitis C afecta en España a más de 900.000 personas y cerca del 70% de estas desconoce que la padece. Esta enfermedad infecciosa es, a día de hoy, la principal causa de trasplante hepático, de cirrosis y de cáncer de hígado en nuestro país, lo que la convierte, sin duda, en uno de los principales problemas a los que tiene que hacer frente nuestro sistema sanitario.

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