Elimina las convulsiones y mejora la calidad de vida. Lo que en principio podría parecer un tratamiento agresivo y el último recurso para cualquier persona, es para los pacientes con un tipo de epilepsia resistente a los fármacos la mejor opción para poder llevar una vida normal. La cirugía anteromesial temporal, es decir, la extracción de una porción del cerebro donde se originan las crisis lleva años aplicándose en estos casos, pero por lo general los enfermos llegan al quirófano después de años con un tratamiento que no les funciona. Un estudio estadounidense demuestra que la intervención precoz es eficaz y segura.
Aproximadamente entre el 20% y el 40% de las personas con epilepsia no responden a los fármacos que controlan este trastorno y sufren convulsiones que les generan, entre otros problemas, un deterioro cognitivo. El síndrome de la esclerosis mesial temporal es la más frecuente de las epilepsias resistentes a los medicamentos. "Cuando se diagnostica este tipo de epilepsia, la cirugía es el tratamiento de elección", afirma José Luis Herranz, jefe del Servicio de Neuropediatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y al frente de la Unidad de Epilepsia.
Sin embargo, muchos pacientes se pasan años tomando fármacos y sufriendo convulsiones antes de pasar por un quirófano. "La media son unos 10 años antes de pasar por quirófano. Por eso es tan importante este estudio", explica Rafael García de Sola, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital de la Princesa de Madrid y uno de los especialistas en España con más experiencia en este tipo de intervenciones.
Lo que muestra el estudio estadounidense liderado por Jerome Engel, de la Universidad de California (Los Angeles, EEUU), y publicado por la revista 'The Journal of American Medical Associattion' (JAMA), es que no hay que esperar tanto tiempo para someterse a una cirugía de este tipo, ya que su realización de forma precoz es segura y eficaz.
El ensayo, desarrollado en 16 centros estadounidenses de referencia para la cirugía de la epilepsia, incluyó a 38 participantes (18 hombres y 20 mujeres, de 12 o más años de edad) que tenían la epilepsia mencionada y que llevaban no más de dos años con convulsiones. Se dividió a los participantes en dos grupos, 23 siguieron recibiendo el tratamiento farmacológico y 15, además de la medición, fueron sometidos a la intervención quirúrgica.
Tras dos años de seguimiento, se comprobó que 11 de los 15 pacientes intervenidos no habían vuelto a sufrir ninguna crisis mientras que ninguno de los otros 23 enfermos del grupo farmacológico quedó libre de las convulsiones.
Cirugía compleja, pero segura
Por otro lado, un cuestionario para valorar su calidad de vida mostró que la cirugía tuvo un impacto positivo principalmente en el terreno cognitivo y psicosocial. No obstante, no hubo diferencias entre los grupos a la hora de mejorar la tasa de empleo. Aspecto éste que, para José Ángel Mauri, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología, "nos hace pensar que en la epilepsia no sólo influyen las crisis, hay otros factores discriminatorios. La población tiene creencias falsas sobre esta enfermedad, la asocia a retraso mental o problemas psiquiátricos. La mayoría de los pacientes nos dicen que no cuentan nada de su enfermedad cuando van a buscar trabajo, también la ocultan los niños en el colegio. Por este motivo, hay que desmitificar las creencias falsas".
En cuanto a los efectos adversos registrados en el estudio, se produjeron 13 episodios graves (siete en el grupo del tratamiento farmacológico y seis en el grupo quirúrgico) ocurrido en nueve participantes (cuatro del grupo médico). Tal y como aclara García de Sola, "se trata de una cirugía compleja pero segura, de unas cinco o seis horas de duración, ya que además realizamos estudios neurofisiológicos intraoperatorios para intentar quitar el menor tejido posible. Tiene una mortalidad del 0% y una morbilidad [aparición de lesiones incapacitantes] del 1%. En cambio, en un 90% de nuestros pacientes desaparecen las crisis".
Aunque en España existen varios centros de referencia para este tipo de operaciones (como el Hospital de la Princesa en Madrid o el Virgen de las Nieves en Granada), para el doctor Mauri harían falta más. De la misma forma que en España se necesitan más estudios sobre esta enfermedad. "Hemos comenzado un estudio epidemiológico, denominado Proyecto Epiberia, para conocer el número real de afectados. Esperamos tener algunos resultados a finales de este año", informa este especialista.
Con un mayor conocimiento sobre la enfermedad y una evidencia de los beneficios de la cirugía precoz, podrían tratarse antes estos pacientes. "La epilepsia de larga evolución con crisis progresa con los años y aumenta el deterioro cognitivo, hay problemas de memoria o de habilidades visoespaciales", señala Mauri.
En sus más de 500 pacientes intervenidos, García de Sola insiste en la importancia de la terapia precoz. "Muchas de estas personas llegan a mi consulta mayores, tomando más de 20 pastillas diarias, con una vida complicada, ya que la medicación les machaca el sistema nervioso y su capacidad mental. Les explico que la operación es para controlar las crisis no para quitar la medicación por completo, pero muchos de ellos en un año pasan de la politerapia a la monoterapia e, incluso, a tomar sólo una pastilla por la noche. Es como si despertaran de un sueño", afirma.
No obstante, tanto los especialistas españoles como los autores del estudio y de un editorial, que también publica la revista JAMA, aclaran que este estudio se trata de un paso en la evidencia científica que habrá que corroborar con ensayos con más participantes que habrán de ser evaluados durante un tiempo de seguimiento mayor. Aún así, no dejan de ser buenas noticias para estos expertos en epilepsia.
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