Se
acerca el verano. Nos miramos en el espejo, y después del invierno, una vez más,
notamos cómo nos ha crecido un «flotador» que rodea a nuestra cintura.
Es
el momento de tomar medidas, e inmediatamente nos ponemos a dieta. Tanto si el
régimen de alimentación lo realizamos nosotros mismos siguiendo unas pautas
saludables, como si acudimos a un especialista y nos ponemos en sus manos, la pérdida
de peso no siempre significa la desaparición de los «michelines». La grasa
abdominal se nos resiste, pero ¿por qué?.
Pedro
García, experto en salud, deporte y nutrición, explica que según un estudio con
ratas, los científicos se dieron cuenta de que hay unas células en la grasa
abdominal que producen una hormona llamada «neuropeptido» y que funciona como
un estimulante del apetito, echando por tierra las creencias existentes hasta
ahora y que responsabilizaban únicamente al cerebro de la sensación de hambre.
Según
García, cuantos más neuropeptidos tengamos también tendremos más sensación de
hambre «por lo que se entra en un círculo vicioso, cuanta más grasa abdominal
había en ratas, más grasa se acumulaba en su abdomen ya que más apetito tenían
y más comían».
Esta
investigación explica por qué es tan difícil perder la grasa abdominal si solo
recurrimos a una dieta, ya que tras los primeros días es fácil perder la fuera
de voluntad y caer de nuevo en la tentación.
Por
eso, para el responsable de «deporteysaludfisica.com», es importante combinar
esta dieta con un aumento de la actividad física.
Y
sobre todo tener en cuenta que no es lo mismo perder peso que perder grasa.
Aclara Pedro García que perder peso es algo muy peligroso, mientras que perder
grasa es mucho más saludable. No nos tiene que dar lo mismo con tal de que los
números que refleja la báscula cuando nos pesamos sean cada vez más bajos, ya
que «si tu único objetivo es perder peso, eso significa que metes en el mismo
saco a la grasa, agua y músculos»,
.afirma.
La
diferencia estiba en que si pierdes masa muscular al hacer dieta significa que
tu cuerpo la ha utilizado como combustible para proteger la grasa, ya que esta
es más importante para el organismo que el músculo. Eso se traduce en menos
fuerza y sobre todo a una musculatura menos eficiente, ralentizando tu
metabolismo y siendo más propenso a coger más grasas en el momento que dejes de
hacer dieta.
Sin
embargo perder grasa conservando el músculo es muchísimo más saludable y a la
larga más efectivo. Para conseguirlo recomienda comer al menos 5 veces al día
en pequeñas cantidades y aportar al organismo proteína en al menos dos de las
cinco comidas diarias.
Y
en cuanto a la actividad física, es importante realizar ejercicio para aumentar
el gasto de calorías. «Busca excusas para salir a caminar, montar en bici, ir
al gimnasio. aunque la mejor excusa es cuidar de tu cuerpo», recomienda Pedro
García.
Si
no tienes tiempo para hacer deporte, intenta encontrar momentos a lo largo del
día para quemar calorías. Por ejemplo, deja de usar el ascensor, ve a hacer la
compra andando en vez de utilizar el coche, y cuando dispongas de tiempo libre,
por ejemplo, durante el fin de semana, no te quedes en casa viendo la tele. Es
mejor salir a dar un paseo.
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