miércoles, 21 de mayo de 2014

Un equipo de fútbol contra los riesgos del alcohol



Hace pocos días, un informe de la Organización Mundial de la Salud señalaba que España duplica la tasa mundial de consumo de alcohol. Según sus datos, en nuestro país se beben algo más de 11 litros por persona al año, una cifra ligeramente superior a la de la media europea y muy por encima de la media mundial, que habla de 6,2 litros por persona y año.

El documento alertaba especialmente del fenómeno del atracón (binge drinking en sus siglas en inglés), un patrón de consumo extendido entre los jóvenes -el porcentaje de atracones entre mayores de 15 años es del 13,4% en España- que se ha asociado con más riesgos para la salud.

Distintas iniciativas, tanto gubernamentales como impulsadas desde las ONG, están intentando frenar el inicio temprano del consumo de alcohol y estos atracones habituales en el ocio del fin de semana. En este sentido, impulsar las actividades deportivas podría ser una buena táctica, según los datos de un reciente trabajo.

La investigación, publicada en la revista Criminal Behavior and Mental Health, muestra que la participación en deportes de grupo se asocia con un menor consumo de bebidas alcohólicas.

En este caso, el trabajo se ha centrado en un grupo de jóvenes que habitualmente no está lo suficientemente representado en los estudios: los chicos que han tenido problemas con la justicia.

En concreto, los autores de este trabajo reclutaron a 93 jóvenes con antecedentes de delincuencia, que completaron varios cuestionarios sobre sus hábitos, problemas de comportamiento y consumo de alcohol, entre otras cuestiones. Después, compararon sus datos con los de otros 53 jóvenes -todos ellos varones- de un estatus socioeconómico similar y que no habían sido detenidos en ninguna ocasión.

Tal y como preveían los investigadores, el porcentaje de jóvenes con problemas con la ley que participaban en una actividad deportiva de grupo era menor que el de sus compañeros. Asimismo, las tasas de alto consumo de alcohol eran superiores en ese grupo.

Sin embargo, si estos jóvenes estaban involucrados en un equipo deportivo, sus cifras de consumo de alcohol caían drásticamente.

"Nuestros datos indican que estos jóvenes vulnerables que podrían beneficiarse en gran medida de las actividades deportivas tienen escaso acceso a ellas", señalan los autores del trabajo, quienes hacen un llamamiento para "identificar las barreras a esta participación, ya sean ambientales, sociales o psicológicas" y para "desarrollar y evaluar intervenciones deportivas" destinadas a jóvenes con problemas.

Según su hipótesis, la actividad deportiva puede reducir los riesgos del alcohol a través de su demanda física, el mayor apoyo social, la influencia de las normas de grupo o un modelo social positivo.

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