¿Te
contenta tomar una copa de vino y pensar que es bueno para tu salud? Lo es,
pero el resveratrol no es responsable, como se pensaba hasta ahora. Un nuevo
estudio pone en duda que el resveratrol (presente en el vino tinto, el
chocolate negro o las bayas) reduzca el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares o incluso cáncer.
Los
investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins han
concluido que quienes consumen una dieta rica en resveratrol no viven más, ni
son menos propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares o cáncer, que
aquellos que toman pequeñas cantidades de la famosa sustancia.
«El
caso del resveratrol es el típico en el que hay muchísimo despliegue
publicitario, pero al final sus beneficios no superan la prueba del tiempo»,
aseguró Richard D. Semba de la Universidad Jonhs Hopkins y autor del estudio
publicado en JAMA Internal Medicine. «Se sostiene que hay ciertos alimentos que
son buenos para la salud porque tienen resveratrol pero nuestra investigación
no lo concluye en absoluto», agregó Semba.
Alimentos
que protegen el corazón
Pese
a los resultados, Semba ha asegurado que hay numerosos estudios que sí
demuestran que el consumo de vino tinto, chocolate negro y bayas reduce la
inflamación en algunas personas y protegen el corazón. «Si estos beneficios
realmente existen se deben a otros polifenoles o sustancias. Son alimentos complejos,
y por lo que sabemos gracias a nuestro estudio, dichos beneficios no se asocian
al resveratrol», aseguró.
Semba
es parte de un grupo internacional de investigadores que durante 15 años ha
estudiado los efectos del envejecimiento en un grupo de gente que vive en
Chianti (Toscana), región famosa por el vino del mismo nombre. Para el estudio
se analizaron muestras de orina de 783 personas de esta comunidad, de más de 65
años, para medir los metabolitos del resveratrol. La concentración de
resveratrol no se asoció con enfermedades cardiovasculares, cáncer o marcadores
de inflamación.
La
«paradoja francesa»
El
resveratrol se encuentra también en los cacahuetes y ciertas raíces de plantas
asiáticas. La llamada «paradoja francesa», según la cual una dieta más rica en
grasas saturadas (queso, por ejemplo) provoca una menor incidencia de
enfermedades coronarias (infartos), se atribuye precisamente al consumo de
resveratrol y de otros polifenoles del vino tinto.
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