miércoles, 12 de diciembre de 2012

PDA 'antiobesidad'



Estar 'enganchado' al móvil o la tableta también tiene su parte positiva. Los investigadores se afanan por saber si las horas que todos pasamos con las nuevas tecnologías tienen algún tipo de beneficio y resulta que la respuesta es positiva para muchos tipos de pacientes.

Si hace unos meses se descubría su utilidad para los autistas al funcionar las PDA como 'entrenadores personales laborales' a través de un programa que les ayudaba a gestionar mejor sus tareas y funciones; un nuevo estudio afirma que también pueden ser valiosas para los pacientes obesos. Así lo demuestra el equipo capitaneado por el doctor Bonnie Spring, de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern en la revista 'Archives of Internal Medicine'.

Perder kilos vía móvil

La utilidad de las nuevas tecnologías para perder peso es controvertida. Pero el doctor Spring y su equipo decidieron comprobar su efecto si se las unía a las terapias planificadas por los médicos para mejorar el estado de las personas obesas. "Lo que hemos encontrado es que si se utilizan las PDA como herramienta complementaria al plan normal de adelgazamiento, se consigue perder más kilos que siguiendo sólo el tratamiento estándar, por lo que esa adicción a la tecnología puede ser beneficiosa para este tipo de pacientes", señala Spring.

Para llegar a esta afirmación, se dividió aleatoriamente a 69 obesos (el 85% de ellos hombres y de una edad media de 57 años) en dos grupos: los que seguían sólo los cuidados estándar del médico y los que, además, utilizaban una PDA. "Todos los participantes asistían cada dos semanas a grupos para perder peso en las clínicas ambulatorias de los Asuntos de Veteranos (VA). Pero además, los que contaban con una PDA podían autocontrolarse la dieta y la actividad física con el 'coaching' telefónico programado, algo que se vio decisivo para seguir los planes de adelgazamiento, ya que podían comprobar el valor energético de los alimentos a ingerir o lo que iban a gastar en cada actividad que hiceran y en ese mismo momento algo que, según explicaron, les resultó un estímulo", explican los autores.

Controlados cada tres, seis, nueve y 12 meses, los resultados se alinearon al lado de la tecnología. Según los datos, los pacientes con PDA perdieron "una media de casi cuatro kilos más que el grupo de tratamiento estándar en cada mes de control, sin que este resultado variara significativamente a lo largo del año estudiado", señala Spring.

"A los tres meses, un 36% de los participantes con PDA había perdido al menos un 5% de su peso corporal, en comparación con los del grupo control, que no consiguieron perder nada en este tiempo", explica Spring. Y lo más interesante para los investigadores es que la diferencia entre las mejoras de un grupo y otro se siguen constantando a lo largo del tiempo. "A los seis meses, el porcentaje de pacientes que alcanzaron el 5% de pérdida de peso fue del 41% en aquellos con PDA, por un 10,7% en los del grupo control. Aunque a los 12 meses, 29,6% del primer grupo contra un 14,8% del grupo estándar", indica.

Pero la conclusión más importante a la que llegan los autores son las mejoras que este tipo de herramientas pueden producir a nivel cardiaco. "Se observó que a corto plazo se pueden mejorar enormemente los biomarcadores de riesgo de enfermedades cardiovasculares", asegura Spring.

¿La tecnología es lo importante?

En un editorial que acompaña al estudio, el doctor Goutham Rao, de la Escuela de Medicina Pritzker de la universidad de Chicago, y la doctora Katherine Kirley, de la Universidad de Evanston (Illinois, EEUU) comentan el futuro prometedor, aunque todavía incierto, de las nuevas tecnologías incorporadas a la salud. "Sin duda estos datos representan una base en la que habrá que seguir investigando a partir de ahora", reconocen.

"Sin embargo, la tecnología cambia constantemente, de manera muy rápida, y hay que preguntarse qué características de las nuevas tecnologías hacen que haya un éxito en la pérdida de peso. ¿Es, por ejemplo, la comodidad, la personalización del tratamiento o la interactividad?", se preguntan. "Si estos u otros elementos son realmente los responsables de estos buenos resultados son los que habrá que tener en cuenta en el futuro, independientemente del formato en el que aparezcan", explican. Mientras, también dejan otra cuestión en el aire: "Hay que buscar medios por los que la diferencia de peso se mantenga, e incluso, aumente en el tiempo".

Pero para ambos especialistas "está claro que este es un camino que no tiene vuelta atrás. Estas y otras preguntas se están convirtiendo en el foco de una intensa investigación, por lo que habrá que estar atentos", concluyen.

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