martes, 18 de diciembre de 2012

El consumo crónico de alcohol y marihuana compromete la integridad del cerebro



El uso crónico de alcohol y marihuana en la juventud se asocia con una peor estructura neuronal, función y metabolismo, así como capacidades neurocognitivas empeoradas en la adolescencia tardía y la madurez, según un nuevo estudio, publicado en 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research'. En conclusión los autores creen que el abuso de estas sustancias puede compremeter la integridad de la materia blanca, zonas del cerebro que se componen en su mayoría de axones.

Los investigadores creen que puede deberse a las transiciones biológicas y psicosociales que ocurren durante la adolescencia que son más vulnerables a las influencias neurotóxicas. Así, su estudio de los cambios longitudinales en la integridad de la fibra del tracto asociados con el consumo de alcohol y marihuana en la adolescencia durante 1,5 años apoya hallazgos anteriores de reducción de la integridad de la materia blanca en estos jóvenes.

"Las investigaciones han mostrado diferencias en los cerebros de los adolescentes que consumen alcohol y marihuana, en comparación con los que no utilizan toman estas drogas o lo hacen de forma muy poco frecuente, un uso mínimo", explica Joanna Jacobus, de la Universidad de California, San Diego (Estados Unidos) y una de los autores.

"Alcohol y marihuana pueden tener un impacto negativo importante en el cerebro mediante la alteración de la comunicación celular, impidiendo el desarrollo de nuevas células sanas y causando la inflamación, lo que puede afectar negativamente al desarrollo del cerebro sano de muchas maneras. Por ejemplo, los resultados pueden conducir a cambios en la estructura del cerebro, como el volumen y la función tal como la actividad", resume.

"El desarrollo del cerebro adolescente, en comparación con el de un adulto plenamente desarrollado, es probablemente más vulnerable a la neurotoxicidad del alcohol. Los adolescentes son vulnerables a la pérdida de control y cuando esta pérdida de control implica el uso excesivo de sustancias o consumo de sustancias de riesgo puede tener consecuencias adversas", agregó Duncan Clark, profesor asociado de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, también en Estados Unidos.

Durante 18 meses, los investigadores siguieron a 92 adolescentes (63 varones y 29 mujeres), de 16 a 20 años, divididos en dos grupos: 41 con gran consumo de alcohol y de marihuana en la adolescencia media, y 51 con uso mínimo o nulo de sustancias. "Hemos encontrado pruebas de una peor salud del teijo blanco en los adolescentes que consumen alcohol en exceso y marihuana en comparación con los que se abstienen", sentenció Jacobus, quien subrayó que la materia blanca permite una comunicación rápida y eficiente entre las regiones del cerebro.

Así, una materia blanca deprimida puede significar un procesamiento cognitivo más lento y un peor rendimiento cognitivo, afetando a la memoria, la atención y la toma de decisiones. "El uso creciente de alcohol de más de 1,5 años al final de la adolescencia se relaciona con un deterioro de la salud de la sustancia blanca 18 meses más tarde", insistió Jacobus.

La organización de la materia blanca se vio comprometida en particular en un área llamada el fascículo longitudinal superior, que es uno de los caminos de conexión importantes en el cerebro. "Cuando las conexiones entre las zonas del cerebro están gravemente dañadas, esas áreas del cerebro no funcionan correctamente. El grado de déficil más sutil puede deteriorar el funcionamiento pero es probable que no sea evidente en el funcionamiento durante el día a día. Nos preocupa que incluso estos déficits sutiles pueden conducir a la disminución de autocontrol", añade este experto.

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