El
uso crónico de alcohol y marihuana en la juventud se asocia con una peor
estructura neuronal, función y metabolismo, así como capacidades
neurocognitivas empeoradas en la adolescencia tardía y la madurez, según un
nuevo estudio, publicado en 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research'.
En conclusión los autores creen que el abuso de estas sustancias puede
compremeter la integridad de la materia blanca, zonas del cerebro que se
componen en su mayoría de axones.
Los
investigadores creen que puede deberse a las transiciones biológicas y
psicosociales que ocurren durante la adolescencia que son más vulnerables a las
influencias neurotóxicas. Así, su estudio de los cambios longitudinales en la
integridad de la fibra del tracto asociados con el consumo de alcohol y
marihuana en la adolescencia durante 1,5 años apoya hallazgos anteriores de
reducción de la integridad de la materia blanca en estos jóvenes.
"Las
investigaciones han mostrado diferencias en los cerebros de los adolescentes
que consumen alcohol y marihuana, en comparación con los que no utilizan toman
estas drogas o lo hacen de forma muy poco frecuente, un uso mínimo",
explica Joanna Jacobus, de la Universidad de California, San Diego (Estados
Unidos) y una de los autores.
"Alcohol
y marihuana pueden tener un impacto negativo importante en el cerebro mediante
la alteración de la comunicación celular, impidiendo el desarrollo de nuevas
células sanas y causando la inflamación, lo que puede afectar negativamente al
desarrollo del cerebro sano de muchas maneras. Por ejemplo, los resultados
pueden conducir a cambios en la estructura del cerebro, como el volumen y la
función tal como la actividad", resume.
"El
desarrollo del cerebro adolescente, en comparación con el de un adulto
plenamente desarrollado, es probablemente más vulnerable a la neurotoxicidad
del alcohol. Los adolescentes son vulnerables a la pérdida de control y cuando
esta pérdida de control implica el uso excesivo de sustancias o consumo de sustancias
de riesgo puede tener consecuencias adversas", agregó Duncan Clark,
profesor asociado de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de
Pittsburgh, también en Estados Unidos.
Durante
18 meses, los investigadores siguieron a 92 adolescentes (63 varones y 29
mujeres), de 16 a 20 años, divididos en dos grupos: 41 con gran consumo de
alcohol y de marihuana en la adolescencia media, y 51 con uso mínimo o nulo de
sustancias. "Hemos encontrado pruebas de una peor salud del teijo blanco
en los adolescentes que consumen alcohol en exceso y marihuana en comparación
con los que se abstienen", sentenció Jacobus, quien subrayó que la materia
blanca permite una comunicación rápida y eficiente entre las regiones del
cerebro.
Así,
una materia blanca deprimida puede significar un procesamiento cognitivo más
lento y un peor rendimiento cognitivo, afetando a la memoria, la atención y la
toma de decisiones. "El uso creciente de alcohol de más de 1,5 años al
final de la adolescencia se relaciona con un deterioro de la salud de la
sustancia blanca 18 meses más tarde", insistió Jacobus.
La
organización de la materia blanca se vio comprometida en particular en un área
llamada el fascículo longitudinal superior, que es uno de los caminos de
conexión importantes en el cerebro. "Cuando las conexiones entre las zonas
del cerebro están gravemente dañadas, esas áreas del cerebro no funcionan
correctamente. El grado de déficil más sutil puede deteriorar el funcionamiento
pero es probable que no sea evidente en el funcionamiento durante el día a día.
Nos preocupa que incluso estos déficits sutiles pueden conducir a la
disminución de autocontrol", añade este experto.
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