El
cannabis continúa siendo la droga más consumida por los reclusos de las
cárceles españolas, ya que hasta uno de cada cinco (un 21,3 por ciento) admite
seguir consumiendo esta droga tras su ingreso en prisión.
Así
se desprende de los últimos datos de la Encuesta 2011 sobre Salud y Consumo de
Drogas en Internados en Instituciones Penitenciarias, presentada este lunes en
el Ministerio de Sanidad con motivo de un acuerdo de colaboración de este
ministerio y el de Interior en materia de prevención de drogodependencia en
presos.
De
este modo, y según los datos recopilados tras la encuesta de 4.980 reclusos, el
cannabis sigue siendo la sustancia adictiva más consumida en las cárceles
españolas, a pesar de que su consumo ha bajado en los últimos años, si se
comparan los datos con los de la encuesta de 2006, que reflejaba que hasta un
27,7 por ciento la consumía en prisión.
Tras
el cannabis estaría la heroína, consumida por el 3,8 por ciento de los reclusos
encuestados, los tranquilizantes (2,4%), el alcohol (1,8%) y la cocaína en
polvo (1%).
No
obstante, y como ha destacado el delegado del Plan Nacional sobre Drogas,
Francisco Babín, estos consumos son inferiores a los registrados en 2006 y, muy
especialmente, a los que presentaban los reclusos antes de entrar en prisión, ya
que hasta un 71,3 por ciento admitían ser consumidores de alcohol, un 43,4 por
ciento de cannabis y un 33,2 por ciento de cocaína un año antes de su entrada
en prisión.
La
ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha defendido que
la prevención de drogas sigue siendo una de las prioridades de su departamento
y, en este sentido, ha avanzado que en el próximo Consejo Interterritorial las
comunidades aprobarán el Plan de Acción sobre Drogas 2013-2016, que estará
centrado en la atención a menores en situación de riesgo y las mujeres
drogodependientes.
El
ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha destacado el esfuerzo que desde
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y las Instituciones
Penitenciarias se está haciendo para tratar de frenar la entrada de éstas y
otras sustancias en las cárceles españolas.
603
INTERVENCIONES EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2012
Prueba
de ello, según ha precisado posteriormente el secretario general de
Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, es que durante el primer semestre de
2012 se han realizado 603 intervenciones en las que se han incautado 12,56
kilos de hachís, 2,26 kilos de cocaína, 109 unidades de anfetaminas, 4.849
unidades de benzodiapezinas, 291,6 gramos de marihuana y 157,5 gramos de
heroína.
Yuste
ha resaltado la especial incidencia que tiene el trabajo de la Guardia Civil
con las unidades caninas, que tienen un efecto "muy positivo" a la
hora de detectar sustancias y, asimismo, un efecto disuasorio para quienes
intentan hacer llegar a los reclusos estas sustancias.
"La
mera llegada de una unidad canina hace que, al verlos, haya visitantes que
desistieran de realizar la visita y pasar el control", según ha afirmado.
Asimismo,
el secretario general de Instituciones Penitenciarias ha destacado la
importancia de los cacheos y las exploraciones para disuadir a la
"picaresca" empleada para introducir estas sustancias, y ha recordado
que esta práctica constituye un delito o una infracción administrativa en
función de la cantidad incautada.
UNO
DE CADA TRES USUARIOS DE DROGAS INYECTABLES, CON VIH
La
encuesta también ha analizado el porcentaje de infecciones por VIH y hepatitis
C y el conocimiento sobre las vías de transmisión. En este sentido, revela como
uno de cada tres usuarios de drogas inyectadas tiene VIH y tres de cada cuatro
hepatitis C. Asimismo, uno de cada cinco internos cree que compartir
jeringuillas no es contagioso.
Por
otro lado, el 6,8 por ciento de los internos dice haberse sentido forzado
alguna vez en la vida a mantener relaciones sexuales, de los que el 22,1 por
ciento son mujeres. De igual modo, cuatro de cada diez internos utilizan
preservativo, pero sólo la mitad lo hace siempre.
Entre
los internos con VIH positivo, el 37,6 por ciento dice no utilizar
preservativo; y de los que lo utilizan, el 23,3 por ciento lo hace sólo
ocasionalmente. De los que han usado preservativo, el 97,9 por ciento cree
fácil conseguirlo en el propio centro.
En
lo que respecta al tratamiento, tres de cada cuatro encuestados en tratamiento
consideran que han mejorado con su último tratamiento en prisión.
El
83,1 por ciento de extranjeros manifiestan más impacto positivo en su estado de
salud a partir de los últimos tratamientos que los españoles, colectivo entre
el que lo considera así el 72,5 por ciento.
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