Los
niños que estuvieron expuestos en el útero a condiciones de hipoxia isquémica
(IHC, en sus siglas en inglés), situaciones en las que se priva al cerebro de
oxígeno, tienen significativamente más probabilidades de desarrollar el
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) más adelante en la
vida en comparación con los niños que no sufrieron esa falta de oxígeno antes
de nacer, según un estudio de Kaiser Permanente publicado en la revista
'Pediatrics'.
Los
resultados de esta investigación, en la que se examinaron los registros médicos
electrónicos de casi 82.000 niños menores de 5 años, sugieren que estos eventos
durante el embarazo pueden contribuir a la ocurrencia de TDAH por encima de las
ya conocidas influencias familiares y genéticas de la enfermedad. Según el
estudio, la exposición prenatal a IHC, especialmente asfixia al nacer, síndrome
de dificultad respiratoria neonatal y preeclampsia, se asoció con un riesgo 16
por ciento mayor de desarrollar TDAH.
Específicamente,
la exposición a la asfixia del nacimiento se relacionó con un riesgo 26 por
ciento mayor de desarrollar TDAH; al síndrome de dificultad respiratoria
neonatal, con un riesgo 47 por ciento mayor, y a la preeclampsia (presión
arterial alta durante el embarazo), con un 34 por ciento mayor de riesgo. El
mayor riesgo de TDAH sigue siendo el mismo en todos los grupos raciales y
etnias, añaden los autores.
"Estudios
anteriores han encontrado que la lesión hipóxica durante el desarrollo fetal
conduce a importantes lesiones cerebrales estructurales y funcionales en la
descendencia", dijo el autor principal del estudio Darios Getahun, del
Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente en el Sur de
California (Estados Unidos). "Sin embargo, este estudio sugiere que el
efecto adverso de la hipoxia y la isquemia en el desarrollo cerebral prenatal
puede dar lugar a problemas funcionales, como el TDAH", matiza este
experto.
Los
investigadores también hallaron que la asociación entre IHC y el TDAH fue más
fuerte en los nacimientos prematuros y que los que venían de nalgas, en posición
transversal (hombros primero) o tenían complicaciones del cordón están
relacionados con un 13 por ciento más de riesgo de TDAH, asociaciones que se
encontraron incluso después de controlar la edad gestacional y otros factores
de riesgo potenciales.
"Nuestros
hallazgos podrían tener implicaciones clínicas importantes, podrían ayudar a
los médicos a identificar a los recién nacidos con alto riesgo que podrían
beneficiarse de la vigilancia y el diagnóstico temprano, cuando el tratamiento
es más eficaz. Sugerimos a futuras investigaciones que se centrenn en las condiciones
pre y posnatal y las asociaciones con resultados adversos, como el TDAH",
subrayó Getahun.
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