Hasta
un 11% de las mujeres que se someten a un tratamiento de fertilidad siguen
también una terapia con antidepresivos. Así se lo aconsejan sus médicos para
lidiar con una situación que, en muchos casos, lleva a la desesperación por lo
largo del proceso y el impacto emocional que éste tiene sobre la mujer y la
pareja. Sin embargo, la a menudo recomendable solución farmacológica no lo es
tanto en las mujeres que buscan quedarse encinta y, por supuesto, en las que ya
lo están, según un estudio publicado en la última edición de 'Human
Reproduction'.
El
trabajo asocia el consumo de estos fármacos durante el embarazo con riesgo de
aborto, parto prematuro, complicaciones en el nacimiento e irregularidades en
el comportamiento a largo plazo, incluyendo autismo, sugiriendo que una de las
familias más comunes de antidepresivos, los inhibidores selectivos de la
recaptación de la serotonina (SSRI, de sus siglas en inglés) sólo deben ser
recetados con gran cautela y explicando muy bien a las mujeres los riesgos que
implica.
Según
explican los autores, hasta ahora la comunidad médica había asumido que, aunque
existieran riesgos para el feto asociados al consumo de antidepresivos, los
beneficios de estos fármacos para la madre harían que mereciera la pena el
consumo. Sin embargo, explica el equipo del Beth Israel Medical Center autor
del estudio, hasta ahora no existían estudios clínicos que evaluaran
específicamente esta tesis.
Los
investigadores dirigidos por Adam Urato no han hecho un estudio tal cual, sino
que han revisado toda la literatura científica que implicaba a mujeres
infértiles que consumían antidepresivos. Lo primero que descubrieron es que
dicha asociación era frecuente. "Hay evidencia de que la mayoría de las
mujeres infértiles experimentarán síntomas de depresión en algún punto del
tratamiento, especialmente después de someterse a ciclos de reproducción
asistida sin éxito", escriben.
Según
explica a ELMUNDO.ES Urato, la revisión de estudios también demuestra que no
hay evidencia de beneficios en el uso de estos fármacos en el embarazo.
"No hay evidencia de que las madres y los niños están mejor cuando se usan
los SSRI durante la gestación".
El
jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid,
Jerónimo Saiz, reconoce que el uso de antidepresivos en mujeres embarazadas es
polémico y que ha habido numerosos estudios "con resultados
contradictorios". Como aclara este especialista, debido a los requisitos
metodológicos de la investigación clínica, no se pueden hacer estudios
comparando la evolución de embarazadas que consuman o no estos fármacos, por lo
que los trabajos publicados son de registro. Entre ellos, comenta Sainz, hay
varios que establecen el beneficio no solo del consumo de SSRI, sino también de
los antiguos "que interesan menos a los laboratorios, como los
tricíclicos".
Urato
es el autor de algunos de los trabajos incluidos en la revisión, incluido uno
en el que se asocian los SSRI al parto prematuro. El autor se ha mostrado muy
crítico con el uso de estos fármacos durante la gestación y, en un artículo
publicado recientemente en la revista 'Common Health' llegó incluso a afirmar
que la mayoría de los médicos que recomiendan su utilización a mujeres
embarazadas reciben dinero de las farmacéuticas fabricantes.
"Sentimos
que hay una importante falta de conocimiento sobre los riesgos de los SSRI en
el embarazo, tanto entre las mujeres en edad de concebir como entre los médicos
que las cuidan", explica Urato a este periódico por correo electrónico.
Así,
apunta: "Yo mismo lo he comprobado al hablar con muchos médicos que se han
sorprendido cuando les he hablado de la evidencia científica sobre este asunto.
Por ejemplo, del hecho de que haya más de 40 estudios sobre la relación entre
estos fármacos y el parto prematuro, el 90% de los cuales demuestran que sí
existe un nexo".
Sin
embargo, Saiz explica que las depresiones graves y recurrentes "son muy
negativas para la evolución del feto y la madre".
Para
Urato, no se trata solo de los SSRI. "No hay antidepresivos que se hayan
mostrado sin riesgo para el embarazo y ninguno ha demostrado tampoco que mejore
el pronóstico de madres y bebés", subraya. Para este ginecólogo, lo que
las mujeres con depresión deben de hacer es recurrir a otras opciones
terapéuticas, como la terapia cognitivo conductual y el ejercicio, entre otras.
Saiz,
sin embargo, cree que se pueden recetar antidepresivos siempre que se aplique
el principio de precaución. "Los tres primeros meses de embarazo es un
periodo delicado, por lo que, si se puede, es preferible evitarlos",
señala el psiquiatra del hospital madrileño, que también aconseja tener cuidado
con estos medicamentos en el periodo justo previo al parto, "porque
traspasan la barrera placentaria y pueden provocar algún tipo de síndrome de
abstinencia".
Aunque
el estudio publicado en 'Human Reproduction' no hace distinciones entre los
distintos SSRI, Saiz considera que sí las hay y apunta, por ejemplo, que el
nexo negativo se ha mostrado más con algunos, como la paroxetina, que con
otros.
"Dar
el mensaje de que no se pueden tomar antidepresivos durante la gestación puede
ser equívoco para las mujeres embarazadas deprimidas. Siempre hay que hacer un
balance entre los beneficios y los riesgos", concluye el experto.
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