Llegan
las navidades, fecha idónea para que los Reyes Magos no olviden meter en sus
sacos las últimas fragancias, determinados maquillajes o alguna que otra crema
de belleza. Sin embargo, lo que Sus Majestades tendrán que tener en cuenta es
que hay un pequeño porcentaje de la población que, dependiendo de qué esté
hecho el cosmético, no podrá regalárselo bajo peligro de que se amargue las
fiestas con picores, enrojecimientos o lesiones en la piel.
Como
recuerdan algunas asociaciones dermatológicas, hay cierto tipo de gente que,
aunque tenga la piel sana, reacciona a según qué tipos de sustancias que forman
parte de varios cosméticos. "Se calcula que este porcentaje se mueve entre
un 10% a un 15% de la población, aunque también es cierto que cuando son
reacciones mínimas o leves la gente no suele acudir a los dermatólogos y el
número exacto no se conoce porque los problemas desaparecen a los pocos
días", explica el doctor Luis Conde Salazar, jefe del servicio de
Dermatología Laboral del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Como
especialista, Conde Salazar recuerda a ELMUNDO.es que no hay que alarmarse: los
cosméticos "que se consiguen en farmacias y/o son de laboratorios y casas
reconocidas son de los productos más seguros que nos podemos encontrar en los
mercados", asegura. Y esto es gracias a los controles que pasan tanto al
seguir los baremos de calidad de las instituciones sanitarias como por el
control de la propia industria.
Pero
los cosméticos siguen siendo un compendio de productos químicos que en algún
momento nos puede suponer algún problema. Según la Academia Americana de
Dermatología, los adultos estadounidenses usan un promedio de, al menos, siete
diferentes cosméticos o productos de cosmética diaria (una cantidad similar a
la de los europeos) y, a lo largo de la vida, no es de extrañar que alguno de
ellos nos pueda causar algún tipo de reacción en la piel, aunque la gran
mayoría se queda en una simple irritación.
"Lo
que hay que tener en cuenta es que muchas veces las reacciones no se deben
tanto al producto en sí, sino a la mala utilización que hacemos de ellos",
afirma el doctor Conde Salazar. "Más del 50% de las personas que llegan a
la consulta con reacciones en la piel por un cosmético tienen ese problema
porque éstos estaban caducados. Este es el ejemplo más frecuente del mal uso
que les damos", recuerda este especialista. Pero no el único. "Otro
problema es la utilización incorrecta, por ejemplo, cuando no nos lavamos las
manos antes de echarnos una crema en la cara o cuando vemos que, por ejemplo,
una crema de manos nos va muy bien y decidimos aplicarla en la cara",
explica.
En
la lista de los fallos más comunes, Conde Salazar no se olvida de "la
importancia de mantener los cosméticos en lugares adecuados", sin que les
dé el sol, "y sin dejarlos al aire libre sin tapa", añade.
A
pesar de todos estos errores comunes, "las reacciones siguen siendo
pocas", puntualiza. Pero de dar reacción, lo más común suelen ser las
irritaciones, que presentan un cuadro bastante diferente a las alergias. En
primer lugar, las causas no son las mismas. Respectivamente, mientras que la
reacción alérgica se produce al contacto con una molécula alergénica; la
irritación es producto del empleo de un cosmético inadaptado a nuestro tipo de
piel.
Irritaciones...
La
mayor parte de los pacientes que acuden a consulta por reacciones a los
cosméticos suelen ser mujeres de entre 20 a 40 años. "Eso no quiere decir
que se produzcan menos en ellos, simplemente que ellas se cuidan más y si
tienen un problema también consultan más".
En
caso de irritación, la reacción se limita a la zona de contacto con el
producto, suelen aparecer de inmediato o a las pocas aplicaciones, mientras que
la dermatitis alérgica va más allá de la zona de aplicación. "Además, sus
síntomas también son diferentes, ya que una irritación produce lesiones mínimas
o enrojecimiento de la zona aplicada", dice el especialista.
En
cuanto a su tratamiento, hay que saber que se cura en poco tiempo, normalmente
utilizando alguna crema hidratante. Una vez pasado los efectos de la
irritación, y utilizando bien el producto, se puede volver a usar sin
problemas.
...y
alergias
Por
su parte, al hablar de alergia a los cosméticos -muy minoritaria- los síntomas
como los enrojecimientos, edemas o fisuras, entre otros, pasan por ser mucho
más agudos y duraderos. "Y en estos casos, cuando la alergia está creada
ya eres alérgico para siempre, esa sustancia no la puedes volver a poner en
contacto con la piel", puntualiza Conde Salazar.
¿Y
qué sustancias son las más propensas a estar involucradas en un proceso
alérgico? "Hay que tener en cuenta que un cosmético puede estar compuesto
por hasta 20 o 30 sustancias distintas y cualquiera de ellas puede originar
intolerancia o alergia, pero las más frecuentes son los conservantes y las
fragancias", explica.
"Los
conservantes son necesarios para los cosméticos, ya que sin ellos se echaría a
perder enseguida o se podría contaminar perdiendo sus propiedades",
comenta el experto. "Lo bueno de estos productos es que se utilizan en
cantidades pequeñas", señala.
Entre
los nombres de conservantes que más pavor han levantado en los últimos años
están los parabenos los que suenan con más fuerza. "Pero esto es un
mito", afirma tajante Conde Salazar. "La mala fama les viene por los
problemas que plantearon en su comienzo, al utilizarse en grandes
concentraciones y ser usados, antes que a nivel cosmético, a nivel médico,
en enfermos con la piel alterada por úlceras. Ahora sus
concentraciones son mínimas y es muy raro ver una reacción por parabenos",
señala este doctor.
Aun
así, muchos son los que han preferido confiar en los cosméticos naturales, algo
que en opinión de Conde Salazar no tiene razón de ser "y en algunas
circunstancias pueden ser más dañinos porque suelen están menos controlados y
en algunos no se indica su composición ni llevan etiqueta: en este caso no
podemos fiarnos, pues no resultan tan inocuos como los pintan".
"Además, por muy natural que diga que son, siguen llevando componentes
químicos y conservantes, de lo contrario no habría quien se lo pusiera en la
cara", añade.
En
cuanto a las fragancias, estos componentes se usan mayoritariamente para dar
cierto olor atrayente al producto, pues de no ser así sería bastante
desagradable utilizarlos.
"Por
la cantidad de palos que se han dado muchas veces a los cosméticos, las casas
se aseguran mucho de cumplir un estricto control para que las sustancias que
más reacción pueden presentar sean las mínimas necesarias. Además, ahora
podemos ver en el mercado una cantidad de gamas dependiendo de cada tipo de
piel, algo que evita más problemas", afirma.
Pero
en el caso de que al paciente se le diagnostique una alergia, "los
dermatólogos solemos tener una lista de cosméticos que pueden y no pueden
utilizar y siempre aconsejamos que, una vez aplacados los efectos de la alergia
y si utilizan otro cosmético, se lo apliquen poco a poco para ver si no le
afecta", explica.
"Pero
el mayor consejo es siempre que nos fijemos en lo que vamos a comprar. Hay que
asegurarse de comprar cosméticos en farmacias o casas especializadas y que se
fijen en el etiquetado", finaliza Conde Salazar.
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