En
general, cualquier zona anatómica del cuerpo puede ser perforada, siempre que
no comprometan las funciones vitales. Las más demandadas son la región de la
oreja, el tabique de la nariz, la cola de la ceja, la zona del ombligo, los
labios y la lengua.
En
concreto, la perforación del cartílago, en lugar del lóbulo, eleva notablemente
el riesgo de infección, y tarda entre cuatro meses y un año en cicatrizar.
Además, en el cartílago, aumenta el peligro alto de infección, inflamaciones y
necrosis.
En
este sentido, esta experta advierte de que los tratamientos antisépticos y
antibióticos no ofrecen un efecto óptimo ya que esta zona se encuentra muy poco
vascularizada y, en consecuencia, el tejido se regenera peor y los principios
farmacológicos llegan con dificultad.
Por
su parte, la cicatrización del 'piercing' en las cejas tarda entre seis y ocho
semanas. Sus riesgos pasan por inflamación local, infección y parálisis de la
parpebral. Barba Martínez aconseja hacérselo en la parte externa de la ceja y
nunca cerca de la nariz para evitar las lesiones nerviosas y los riesgos de
parálisis.
El
'piercing' nasal, prosigue esta experta, puede ocasionar desgarros y heridas,
infecciones por pseudomonas y estafilococos, ya que se trata de una zona
permanentemente húmeda. Mientras que el de la lengua puede acarrear infecciones
severas, aunque es un tejido que cicatriza deprisa. Sus riesgos pasan por
desgarros y microtraumatismos dentales, capaces de astillar los dientes e,
incluso, provocar su caída.
La
experta recomienda, en estos casos, mantener una estricta higiene bucal y optar
por los abalorios de goma y silicona. Además, hay que vigilar periódicamente el
cierre del adorno para que no se desprenda accidentalmente y se produzcan
atragantamientos.
Por
su parte, un 'piercing' en los labios hace que aumente la salivación y el
líquido puede salir incluso por el orificio. Además, la humedad constante hace
que la piel se macere alrededor del adorno, lo que eleva el riesgo de
colonización bacteriana e infección. Estos adornos también pueden provocar
erosión en las encías que quizás derive en gingivitis y caída de piezas
dentales.
Por
último, los 'piercings' en el ombligo tardan en cicatrizar entre cuatro semanas
y un año dependiendo de la edad, el grosor de la piel y la profundidad del
ombligo. Sus complicaciones son infección local o secreciones persistentes.
Mientras que los del pezón, cuya cicatrización oscila entre seis semanas y seis
meses, puede generar inflamación mamaria, infección o prótesis de pecho, en
caso de que la hubiera.
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