Una
investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación para el
Desarrollo en Monpellier (Francia) ha observado que los mosquitos que
transmiten la malaria podrían estar modificando sus hábitos horarios a la hora
de picar para eludir las barreras que les evitan llegar a trasmitir el parásito.
Esta
es la principal conclusión de un estudio realizado en dos aldeas africanas, que
hace tres años empezaron a usar mosquiteras para combatir la malaria. Tras el
primer año se pudo observar que los mosquitos locales parecían cambiar sus hábitos
de picadura para de eludir las mosquiteras tratadas con insecticida.
En
el estudio, publicado en la revista 'Journal of Infectious Diseases',
investigadores franceses se centraron en el comportamiento del mosquito antes y
después en todos los hogares en dos pueblos africanos.
Así,
pudieron comprobar que los mosquitos parecían cambiar sus horas "pico de
agresión" de las 2.00 o 3.00 horas a las 5.00 horas; además aumentaron las
picaduras al aire libre. Las picaduras exteriores representaban el 45 por
ciento de todas las mordeduras en un principio, pero aumentó al 68 por ciento
un año después y el 61 por ciento después de tres años.
El
hallazgo es "preocupante ya que los pobladores en general se despiertan
antes del amanecer para trabajar en las cosechas, y como tal, no están
protegidos por mosquiteros", el investigador principal, Vincent Corbel,
quien ha aclarado que estos resultados provienen de sólo dos aldeas de la República
de Benín, por lo tanto "no podemos extrapolar el resultado a un área geográfica
más amplia o a un contexto entomológico diferente".
Pero
en los últimos años, los casos de malaria han comenzado a subir de nuevo en
algunos países africanos, afirma Corbel, quien destaca la preocupación de lo
expertos por la creciente resistencia de los mosquitos a los insecticidas
utilizados en las mosquiteras. Asimismo, afirma que cuestiona el
"dogma" que afirmaba que los mosquitos que trasmiten la malaria en África
muerden exclusivamente de noche.
Respecto
a los resultados, el investigador Thomas Eisele, de la Escuela de la
Universidad de Tulane de Salud Pública y Medicina Tropical de Nueva Orleans
(EEUU), e independiente a este estudio, ha afirmado que hay que tener cautela
en la interpretación de los datos, ya que es complicado conocer el
comportamiento del mosquito-
Eisele
ha señalado que medir el comportamiento a la hora de morder puede estar
"lleno de errores", además considera que los años del estudio han
sido insuficientes para "detectar cambios evolutivos en los
comportamientos de morder en la misma especie".
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