Así,
el ginseng es un revitalizante no recomendado en mujeres con cáncer de mama o
de útero "hormonosensibles"; o tomar mucho zumo rico en vitamina C
puede interactuar con la quimioterapia, informa la Sociedad Española de Oncología
Médica (SEOM) con el lema "No todo lo natural es inocuo".
Con
este fin, la web wwww.oncosaludable.es publica más de setenta fichas con datos
científicos contrastados sobre las características y consecuencias positivas o
negativas que pueden tener plantas medicinales, elementos como minerales y
vitaminas y terapias corporales y mentales al ser administrados de forma simultánea
a los tratamientos médicos habituales.
El
yoga, por ejemplo, puede reducir la fatiga y el cansancio asociados a la
enfermedad y el tratamiento médico y el aloe vera tiene un efecto antitumoral
como regenerador celular.
En
cualquier caso, el presidente de la SEOM, Juan Jesús Cruz, ha recomendado, en
conferencia de prensa, consultar siempre al médico las posibles interacciones
de sustancias y terapias, aunque ha reconocido que los propios facultativos
desconocen en ocasiones los efectos, por lo que también pueden acudir a esta
web.
Si
no hay estudios o no son concluyentes sobre una sustancia, lo mejor es
abstenerse de tomarla.
Habitualmente,
el paciente no informa al médico de que lo que toma de forma complementaria,
pero se detecta porque la evolución del enfermo no es la esperada; es decir, se
deduce que algún otro fármaco o sustancia interactúa con el tratamiento
convencional, según el doctor Pedro Pérez Segura, coordinador de Prevención y
Diagnóstico Precoz de la SEOM.
"Ningún
oncólogo, de forma rutinaria, está recomendando esas sustancias cuando hay fármacos
adecuados", ha subrayado.
Ha
alertado del uso cada vez más creciente de estos productos y de la poca
fiabilidad de la recomendación para tomarlos, que suele provenir de familiares,
conocidos o Internet, con la idea de "curarse con una menor
toxicidad", sobre todos en situaciones desesperadas, cuando la realidad es
que los efectos pueden llegar a ser muy graves, incluso llevar a la muerte en
algún caso.
Por
eso, ha pedido "responsabilidad ética" a quienes aconsejen estos
productos basados en supuestos beneficios, cuando la mayoría de los propios
medicamentos autorizados para curar el cáncer se fabrican también a base de
sustancias naturales y no por ello dejan de tener riesgos si no se administran
correctamente.
Ha
insistido Pérez Segura en que el zumo de pomelo, los preparados a base de uva o
la soja no son malos en sí, pero el riesgo está en que se tomen cuando se
reciben tratamientos médicos específicos contra el cáncer.
Sobre
el selenio, ha dicho que hay estudios que no confirman que prevenga el cáncer,
incluso alguno dice que puede incrementar el riesgo de padecerse.
También
ha advertido sobre las "bayas del Goji", pues se ha detectado alta
dosis de plomo en algunas partidas, y ha pedido a las autoridades sanitarias
que controlen la entrada de productos que llegan como alimentos y se destinan
en la práctica al uso médico.
Cruz
ha señalado que los tratamientos complementarios no son ninguna panacea porque
los beneficios en la mayoría de los casos son escasos, a veces sólo psicológicos,
y eso si no tienen efectos perjudiciales.
En
torno al 30 por ciento de los enfermos de cáncer recurre a otros productos y
terapias de forma conjunta ("integrativas") o incluso alternativa, es
decir, como sustitución de los tratamientos con control sanitario.
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