Uno
de los mayores problemas con los trasplantes de órganos radica en el poco
tiempo que debe transcurrir desde que un órgano está disponible hasta su
trasplante en el receptor. Aunque depende de muchas variables -donante y del
tipo de órgano-, en principio para el riñón lo normal son 24 horas aunque es
posible que funcionen tras conservación en frío hasta 48 horas; el corazón y
pulmones solo pueden mantenerse durante unas seis horas, mientras que el hígado
y páncreas hasta 12 horas. En cualquier caso, siempre es preferible trasplantar
lo antes posible.
Pero
ahora, según un estudio que se publica en «Nature Medicine», podría prolongarse
la vida de los órganos fuera del donante gracias a novedoso sistema de
sobreenfriamiento. En concreto, los investigadores del Instituto Nacional de la
Salud de EE.UU. han probado con éxito esta nueva técnica de sobreenfriamiento
en ratas, y si tiene éxito en humanos, permitiría incrementar notablemente el número
de órganos y de donantes y así, salvar más vidas.
Hito
de la medicina
Hace
más de 60 años que se llevó a cabo el primer trasplante de un órgano sólido
humano, un riñón, un hito que cambió la medicina moderna. Desde entonces, se
han trasplantado todo tipo de órganos –corazón, pulmón, córneas, etc.-, pero
también tejidos, piel, etc., pero debido a la escasez de órganos de donantes,
las listas de espera siguen creciendo en todo el mundo.
Con
las técnicas actuales es posible preservar hígado no más de 24 horas; el método
combina bajas temperaturas y una solución química desarrollada por científicos
de la Universidad de Wisconsin-Madison en 1983. La solución ayuda a mantener
vivo el tejido hepático durante el tránsito del donante a su receptor. Gracias
a ello ha sido posible recuperar muchos órganos para aumentar el número de trasplantes
realizados con éxito. Sin embargo no es suficiente en el caso del hígado, el
segundo órgano trasplantado en Europa por detrás del riñón (en 2012 se
trasplantaron en la Unión Europea 112.631 órganos sólidos, de los que 23.721 de
hígado).
La
posibilidad de mantener un hígado durante más tiempo viable para el trasplante
fuera del donante, explican los autores de este trabajo, tendría múltiples
beneficios: más tiempo para preparar al paciente y una mayor facilidad logística
en el centro hospitalario de donantes; menor urgencia en la recogida del órgano
a su destino, y un aumento en el área de donación que permitiría elevar el número
de trasplantes transcontinentales e intercontinentales trasplantes, además de
la selección del órgano más adecuado para cada paciente.
La
principal dificultad para la conservación a largo plazo de los órganos humanos
deriva principalmente del grave daño tisular que se produce cuando los órganos
son criopreservados, es decir, congelado a temperaturas de -320,8 grados
Fahrenheit. Mientras que este sistema es muy eficaz en la conservación de las células
o de tejidos más simples, en el caso de los órganos más grandes el problema se
agrava debido a los múltiples tipos de células y otras estructuras que
reaccionan de manera diferente al frío.
Para
solventar estos problemas, el equipo de Martin Yarmush y Korkut Uygun,
investigadores en el Centro de Ingeniería Médica del Hospital General de
Massachusetts (MGH) de Boston, han desarrollado una técnica de conservación que
ha triplicado la cantidad de tiempo que un hígado de rata pede permanecer
almacenado antes de ser trasplantado.
Cuatro
fases
El
proceso, tal y como describen en «Nature Medicine», consta de cuatro pasos. El
primero pasa por emplear una máquina de perfusión -una forma de entrega de oxígeno
y nutrientes a los capilares en los tejidos biológicos mientras permanecen
fuera del cuerpo- para superenfriar el tejido hepático sin causar daño
irreversible en las células. Para lograr esto, los investigadores añadieron
3-OMG (3-O-metil-D-glucosa), un compuesto modificado de glucosa no tóxico, a la
solución tradicional. El 3-OMG, explican, se conserva y al no poder ser
metabolizado por las células, se acumula en los hepatocitos (células del hígado),
y así actúa como un protector contra el frío. El equipo también modificó la
solución al añadir de PEG-35 kD (polietilenglicol) para proteger específicamente
las membranas celulares. El etilenglicol es el ingrediente activo del
anticongelante, y funciona mediante la reducción del punto de congelación de
una solución.
Con
este nuevo sistema los investigadores lograron que los hígados se enfriaran más
lentamente por debajo del punto de congelación, a 21 grados Fahrenheit, sin
inducir así la congelación, y por tanto sobreenfriaando el órgano para su
preservación. Después de almacenar los órganos durante varios días, los
investigadores utilizaron de nuevo la máquina de perfusión para volver a
calentar el órgano, mientras que además suministraban de oxígeno y otros
nutrientes para preparar el órgano para el trasplante.
Órganos
funcionales
Utilizando
esta nueva técnica, los investigadores fueron capaces de almacenar los hígados
de rata superenfriados durante tres días (72 horas) y cuatro días (96 horas) a
21 grados Fahrenheit. Todos los animales que recibieron hígados almacenados
durante tres días sobrevivieron a los tres meses, pero ninguno de las que
recibieron un trasplante utilizando métodos actuales lo hicieron. La tasa de
supervivencia para los animales que recibieron hígados almacenados durante
cuatro días fue del 58%.
Para
ver qué pasos de su sistema eran los esenciales, los investigadores vieron que
si se eliminaban los componentes suplementarios de PEG-35 kDa o 3-OMG los
animales trasplantados fallecían a la semana, mientras que si no se empleaba la
máquina de perfusión o superenfriamiento, la muerte se produjo a la hora del
trasplante.
La
técnica debe pasar ahora por numerosas pruebas y ser refinada antes de que
puedan pensarse en su empleo en seres humanos, pero los primeros resultados son
muy esperanzadores. «Cuanto más tiempo seamos capaces de almacenar los órganos
donados, mayor será la probabilidad de que el paciente puede encontrar el mejor
órgano posible», concluyen los investigadores.
Ref:
Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario