¿Son
suficientes las cremas solares para protegernos frente a cáncer de piel? La
respuesta podría sorprender a muchos ya que, según una investigación publicada
en «Nature», la respuesta es que, al menos no son ser totalmente eficaces para
prevenir el melanoma.
La
investigación realizada en Universidad de Manchester (Reino Unido) aporta
información novedosa sobre cómo la luz ultravioleta induce el cáncer en las células
de la piel y va en la línea de las campañas dirigidas a cambiar un concepto
arraigado en la sociedad, como es el que basta con echarse crema solar para
protegerse del sol. La protección, dicen estas campañas, va más allá de las
cremas solares. «Este es el primer ejemplo en un modelo de ratón que muestra
que la luz ultravioleta causa el melanoma», señaló a la BBC el investigador
principal, el profesor Richard Marais.
La
exposición al sol es un factor de riesgo conocido para el cáncer de piel. Sin
embargo hasta ahora no estaba claro cuál era el mecanismo molecular por el cual
luz ultravioleta daña el ADN de las células de la piel.
Dianas
comunes
Los
científicos británicos han examinado los efectos de la luz UV en la piel de los
ratones con predisposición al melanoma. Así pudieron examinar los efectos de la
protección solar en el bloqueo de la enfermedad. «Los objetivos de luz
ultravioleta son los mismos genes que nos sirven de protección de sus propios
efectos dañinos, lo que demuestra lo peligroso que es el agente cancerígeno»,
afirma Marais.
Marais
y su equipo han analizado el papel de la radiación UV en los melanomas
impulsados por la mutación BRAF (V600E) -la más común en este tipo de cáncer de
piel-. Y han visto que en los animales con esta mutación, los niveles de
radiación UV que imitan a la quemadura solar leve en los seres humanos inducen
mutaciones en el gen del tumor supresor de Trp53, que impulsa a la progresión
del tumor. A
El
trabajo proporciona pruebas fehacientes de que las cremas solares no ofrecen
una protección completa contra los efectos dañinos de la luz ultravioleta. «El
artículo pone de manifiesto la importancia de combinar la protección solar con
otras estrategias para proteger nuestra piel, incluyendo sombreros y ropa
suelta, y por supuesto buscando la sombra entre las 12 y las 18 horas».
Los
investigadores encontraron que la luz ultravioleta provoca daños en el gen p53,
el mismo gen que normalmente ayuda a proteger al organismo contra los efectos
de daño en el ADN. El estudio también muestra que la protección solar podría
reducir la cantidad de daño del ADN causado por la radiación UV, lo que retrasa
el desarrollo del melanoma en ratones, pero, y quizás lo más importante, que
las cremas solares solar no ofrecían una protección completa ya que los rayos
ultravioletas todavía podían inducir el melanoma, aunque a un ritmo más
reducido.
36.000
casos al año
La
incidencia del melanoma está aumentando en todos los países del mundo. La mayor
se registra en países con fuerte irradiación solar y con una población blanca
no autóctona, lo que sucede principalmente en Australia, Nueva Zelanda, Norte
América y Sudáfrica. La incidencia de melanoma en España sigue una evolución
similar a la del resto de países habiéndose multiplicado por 10 en los últimos
20 años. Actualmente se diagnostican unos 3.600 casos anuales. Como en el resto
de Europa, es un tumor más frecuente entre las mujeres (2,7% de los cánceres
femeninos) que entre los hombres (1,5%).
Algunos
de los factores de riesgo que tienen una posibilidad mayor de presentar
melanoma son: tener más de 50 lunares comunes o un nevo displásico (lunar poco
común); la exposición a los rayos solares; haber tenido al menos una quemadura
grave por el sol con ampollas; el tiempo de exposición al sol durante la vida.
Que
el sol no te amargue las vacaciones
-
Evitar la exposición excesiva al sol, sobre todo en las horas centrales del día:
se ha demostrado que todas las prácticas sanas que evitan o minimizan la
exposición solar deben comenzar lo antes posible en los niños para que se
conviertan en algo habitual.
-
Protegerse del sol con ropa protectora, gorras y gafas, que evitan las
quemaduras solares. Llevar gafas de sol oscuras, con filtro para rayos UV. Esto
protege la delicada piel que rodea los ojos y previene además el desarrollo
precoz de cataratas. Usar fotoprotectores que eviten las quemaduras solares.
Usar cremas o lociones con filtro solar que sean resistentes al agua (si no
fuera así, aplicar repetidamente), con un factor de protección 15 o superior.
Aplicar 30 minutos antes de la exposición solar. Debe repetirse la aplicación
cada vez que la persona se moje, se seque, haga mucho ejercicio, sude mucho o
cada 3 horas de exposición solar.
-
Regla de la sombra: Cuanto más pequeña sea nuestra sombra, más riesgo
tendremos. No olvidar que los efectos de los rayos ultravioleta aumentan por el
viento y las propiedades reflectoras de la superficie del suelo; la arena
refleja entre un 10% y un 25% de estos rayos, por lo que la exposición de los
bañistas es especialmente intensa.
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