¿La
última novedad de la radiofórmula? ¿El 'jingle' de un anuncio? ¿El
impronunciable Gangnam Style? Haga memoria. ¿Cuál es la última canción que se
ha grabado en su cerebro? Tal vez no tenga que pensar mucho, sólo escuchar ese
estribillo que lleva un rato colándose en su mente mientras lee estas líneas.
El fenómeno es muy común. Usted no sabe de dónde ha sacado la canción ni por
qué la repite insistentemente, pero el caso es que no puede sacársela de la
cabeza.
"Es
como si la mente actuara como un disco rayado, repitiendo la misma canción una
y otra vez", resumen los autores de un trabajo que ha analizado a fondo
los mecanismos que están detrás de este curioso comportamiento.
A
través de varias investigaciones, estos investigadores, miembros del
Departamento de Psicología de la Western Washington University (EEUU), han
desvelado algunas claves que contradicen muchas creencias generalizadas. Como
por ejemplo, el mito de que las canciones más repetitivas y con peor calidad
son las que antes se agarran a nuestras neuronas. "Al contrario de la
suposición que asegura que sólo las canciones más odiosas se graban, nosotros
hemos visto que son las canciones que la gente conoce y que a la gente le
gustan las que más frecuentemente se vuelven invasivas", señalan los
autores en la revista 'Applied Cognitive Psychology'.
Este
mito, aclaran los autores, puede deberse a un sesgo de la memoria. "Es posible
que las canciones invasivas negativas se recuerden más", subrayan. Los
científicos también han comprobado que cuanta más música se escuche, más
posibilidades hay de quedarse 'enganchado' de una canción y que, a menudo, los
estribillos repetidos en la mente siguen 'pistas' determinadas.
"Por
ejemplo, escuchar una palabra que forme parte de la letra de una canción, puede
traer el tema a la mente" y que el círculo de repeticiones empiece,
señalan los investigadores.
Asimismo,
si una persona continúa cantando mentalmente una canción que acaba de escuchar,
las probabilidades de que esa melodía vuelva a su cabeza en las siguientes 24
horas aumentan significativamente.
Música
y pensamiento
Por
otro lado, en su análisis los investigadores también han comprobado que las
canciones que se instalan en el cerebro comparten muchas características con
las divagaciones del pensamiento.
Por
un lado, aseguran, tienden a aparecer en mayor medida cuando el cerebro está
inmerso en tareas que exigen un esfuerzo cognitivo bajo. "Cuando las
personas están realizando actividades automáticas, fáciles o poco interesantes,
con frecuencia su mente divaga", y lo mismo pasa con la música.
Pero,
del mismo modo, las canciones repetitivas también suelen aparecer en los
momentos en los que la mente se enfrenta a un desafío. Es decir, son más
comunes cuando el cerebro está concentrado intentando encontrar una vía
novedosa para solucionar una dificultad cognitiva.
Este
descubrimiento, subrayan los investigadores en la revista médica, puede ser
relevante para encontrar nuevas formas de frenar los pensamientos rumiativos
comunes en las personas con problemas de ansiedad.
"En
nuestros experimentos, hemos visto que es fácil iniciar y manipular ciclos de
canciones invasivas. En ese sentido, la música podría proporcionar una buena
herramienta para examinar por qué aparecen determinados pensamientos no
deseados y cómo controlar esos pensamientos", concluyen.
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