Las
infecciones de orina son una realidad cada vez más patente en los centros de
salud, ocupando el 1,2 % de las consultas en mujeres y el 0,6% en hombres. Se
estima que al menos el 50% de las mujeres padece una en algún momento de su
vida. "La infección urinaria con síntomas afecta al 30% aproximadamente de
mujeres entre 20 y 40 años, con una prevalencia 30 veces superior a la vista en
hombres", indica el doctor Javier Cambronero, urólogo del Hospital Quirón
San José de Madrid.
En
la adolescencia su prevalencia aumenta de forma brusca coincidiendo con el
inicio de la actividad sexual, pasando de un 1% a un 4% y luego de forma
progresiva a partir de los 40 años. En la menopausia la pérdida de estrógenos
también puede propiciar su desarrollo y a partir de los 80 años, por el
deterioro funcional y aspectos relacionados con la edad, los casos pueden
dispararse.
Además,
añade el doctor Pedro Tormo, portavoz del Observatorio Nacional de
Incontinencia (ONI), cuando la mujer ha tenido ya un episodio de infección de
orina, la probabilidad de padecer un segundo aumenta un 20% y hasta un 30% en
el tercero.
Por
este motivo, el ONI lanza en su tarea divulgativa una serie de pautas para
explicar y tratar de frenar estas molestas y dolorosas infecciones.
Las
mujeres son el blanco de esta enfermedad debido a la anatomía de su aparato
urinario inferior, es decir, "se trata de una cuestión geográfica",
explica el portavoz del ONI. El suelo pélvico de la mujer, uretra, vejiga,
útero y recto, están en un compartimento muy pequeño. La uretra es muy corta y
su extremo, el meato urinario, está situado en el interior de la vagina, un
lugar poblado por bacterias. Así, el momento crítico por el que se produce una
infección, asegura por su parte Cambronero, es la confluencia de la entrada de
bacterias en la mujer a través de la uretra, que éstas sean suficientemente
agresivas y que la inmunidad sistémica y local de la paciente se encuentre
debilitada.
Infecciones
y relaciones sexuales
Según
algunos estudios, explica este especialista, en mujeres jóvenes se ha visto que
factores como la actividad sexual reciente, la frecuencia de ésta y el número
de parejas sexuales aumentan de manera significativa la incidencia de
infecciones urinarias, así como también los varones pueden presentar
infecciones urinarias relacionadas con el sexo anal.
Algunos
estudios cuestionan, "no se ha podido probar claramente", que puede
existir la posibilidad que el 'E. Coli' (la bacteria que causa el 80% de las
infecciones urinarias en la mujer) se transmita entre las parejas sexuales y
pudiera ser el origen de la colonización sexual. "La única relación clara
establecida hasta el momento es la transmisión de bacterias patógenas por parte
del varón que padece de una prostatitis bacteriana crónica", subraya
Cambronero.
Por
tanto, en contra de lo que se pueda pensar, las infecciones de orina no se
transmiten por vía sexual, ya que el varón no transmite la bacteria a la mujer
a través del coito ni viceversa. La bacteria, explica el experto, procede de la
flora que coloniza la vagina y la uretra de la mujer, por tanto, no pueden
considerarse una ETS. "Las infecciones de orina no se transmiten por
contacto sexual o a través de algún objeto intermedio", aclara. Lo que si
puede hacer, explican los expertos es favorecerlas, es decir, "con el
coito la uretra es exprimida, haciendo que su contenido pueda ir hacia la
vejiga y por tanto, favoreciendo la entrada de bacterias en la vejiga".
En
las mujeres, explica el urólogo, la actividad sexual y la alteración de la
flora vaginal y uretral por el uso de diafragma y espermicidas, anticonceptivos
orales/vaginales, especialmente el DIU, y el uso de antibióticos son algunos de
los factores "favorecedores de infección urinaria".
No
obstante, como medidas preventivas para reducir la frecuencia de éstas se
recomienda: el lavado genital únicamente externo, antes y después del coito, y
orinar inmediatamente después ante la posibilidad que hayan entrado algunas
bacterias. Asimismo, en mujeres menopáusicas, se aconseja la utilización de
lubricantes sexuales antes de las relaciones.
Síntomas
y prevención
Los
síntomas más frecuentes que pueden aparecer son: necesidad de orinar
frecuentemente y hacerlo en pequeñas dosis y con dolor, fiebre y a veces dolor
lumbar. "Puede aparecer tan solo un síntoma o dos, y hay veces que la
persona ni siquiera sabe que lo tiene", afirma el portavoz del ONI. Muchas
veces, admite, viene una persona con unas décimas de fiebre, se le hace unos
análisis o cultivos de orina y se comprueba que lo que tiene realmente es una
infección de orina.
Por
tanto, el doctor Tormo enumera una serie de medidas preventivas generales
(además de las ya nombradas durante las relaciones sexuales) que son las
siguientes: vaciar la vejiga completamente, limpiarse de adelante hacia atrás,
beber mucha cantidad de líquidos, no tener humedad en la zona pélvica y
mantener una buena higiene íntima. Además, añade Cambronero que, "el uso
de productos con extracto de arándanos y el consumo de lácteos con probióticos
ha demostrado alguna utilidad en la prevención".
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