El
número de personas con Alzheimer podría triplicarse en los próximos 40 años,
según las estimaciones de un estudio que publica esta semana la revista
'Neurology', la principal publicación de la Academia Americana de Neurología.
El
trabajo ratifica los datos que se manejan desde hace al menos una década y pone
el acento en la necesidad de fomentar la investigación y las estrategias
preventivas para intentar frenar esta escalada.
Tal
y como señalan los autores de esta investigación, del Rush Institute for
Healthy Aging de Chicago (EEUU), el marcado incremento no se debe a un aumento
del riesgo general de padecer este tipo de demencia, sino al esperado
envejecimiento de la población.
La
generación del 'baby boom' está envejeciendo, señalan estos científicos en la
revista médica, y eso implica un mayor porcentaje de personas mayores y, por
consiguiente, una mayor susceptibilidad de padecer enfermedades como el
Alzheimer.
Para
llevar a cabo sus estimaciones, este equipo realizó un seguimiento durante ocho
años a una población de 10.802 personas cuyas edades superaban los 65 años.
Además de evaluar si en ese periodo desarrollaban demencia, los investigadores
también tuvieron en cuenta la edad, raza o nivel de educación, entre otros
factores.
Por
otro lado, para calcular los posibles datos a futuro, también manejaron otras
estimaciones, como las tasas de mortalidad entre los pacientes con demencia o
el crecimiento esperado de la población en EEUU.
El
análisis arrojó un incremento considerable en las previsiones. Según sus datos,
en 2050 el número de personas con Alzheimer en EEUU podría ser de 13,8 millones
de personas (la gran mayoría de los cuales tendría más de 85 años). Para 2010,
la cifra sería de 4,7 individuos.
"Estos
datos coinciden con las estimaciones que se han realizado en los últimos
años", comenta Félix Bermejo, miembro del Grupo de Estudio de Conducta y
Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
Según
este especialista, en nuestro país hay actualmente unas 400.000 personas con
Alzheimer, una cifra que, debido al envejecimiento demográfico que también se
espera en España, podría incrementarse mucho.
"Viviremos
más y habrá más personas mayores, por lo que es esperable que haya más
enfermedades de este tipo", subraya Bermejo, que, con todo, no es
partidario de estas previsiones a tan largo plazo.
"Hacer
predicciones a 40 años tiene muchas limitaciones, porque, aunque razonable, ese
escenario puede no cumplirse, o convertirse en más favorable", aclara.
En
su explicación, Bermejo cita el ejemplo de la tuberculosis. "Las
previsiones no eran optimistas, pero la enfermedad comenzó a curarse porque
cambiaron algunos factores implicados, como una mejora de las condiciones de
trabajo".
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