Un
gel capaz de reparar el daño cardiaco producido por un infarto, seguro y
eficaz, está ya preparado para ser utilizado en humanos. El hidrogel,
desarrollado por el equipo de Sonya Seif-Naraghi, de la Universidad de
California-San Diego (EE.UU.), está hecho de células cardiacas del propio
paciente y genera un material poroso y fibroso que, una vez inyectado, fabrica
un andamio celular en el tejido cardiaco dañado. Dicho andamio, explican los
investigadores en la revista Science Translational Medicine, proporciona una
estructura que favorece la estimulación de las nuevas células y nuevos vasos
sanguíneos para que migren hacia el tejido dañado; así, el resultado es la «regeneración
del músculo cardiaco» y la reducción del tejido cicatricial o lesión en la zona
del infarto. Además, como el gel se inyecta a través de un catéter, no hay
necesidad de cirugía o anestesia general, lo que se traduce en un procedimiento
menos invasivo para los pacientes.
Los
investigadores consideran que han demostrado en animales que el hidrogel
inyectable puede reparar los daños causados por una ataque al corazón, ayudar a
crecer tejido y nuevos vasos sanguíneos en el corazón y lograr casi un «corazón
sano». Los resultados, dicen, suponen un espaldarazo definitivo para que este año
se inicien ensayos clínicos en Europa.
Utilizando
un modelo de cerdo, los investigadores ha logrado verificar que el hidrogel
puede ser inyectado a través de un catéter insertado en una arteria y,
posteriormente, dirigido a través de los vasos sanguíneos hasta llegar a la cámara
principal de bombeo del músculo corazón. A través de una aguja ubicada en el
extremo del catéter, los médicos pueden realizar múltiples inyecciones del
hidrogel en la zona dañada. Además, después de completar su función, éste se
degrada por el organismo.
Insuficiencia
cardiaca
Aunque
cada día más personas sobreviven a un infarto, muchos de ellos terminan por
padecer insuficiencia cardiaca, señala Karen Christman, de Ventrix Inc., que añade
que, «los datos confirman que el gel puede aumentar el músculo cardíaco y
reducir la cicatriz en la región dañada por un ataque al corazón, lo que
previene la insuficiencia cardiaca. Ello sugiere que podemos estar ante un
nuevo tratamiento mínimamente invasivo para evitar la insuficiencia cardiaca
después de un ataque al corazón para humanos».
Además,
el material es biocompatible; los animales tratados con el hidrogel no
sufrieron efectos adversos como la inflamación, lesiones o latidos del corazón
arrítmicos. Otras pruebas realizadas con muestras de sangre humana mostraron
que el gel no afectaba la capacidad de coagulación de la sangre, lo que
confirma la biocompatibilidad del tratamiento para su uso en seres humanos.
Se
prevé que el primer ensayo clínico en pacientes infartados comience a finales
de este año en Europa -donde el material está catalogado como dispositivo médico-.
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